¿ESTÁ USTED DE ACUERDO?
Luis Fernando Tena dejó, desde la tarde del domingo, de ser el director técnico de las Águilas del América tras la derrota ante Toluca en el Nemesio Díez de la capital del Estado de México.
La noticia corrió como reguero de pólvora y el alto mando azulcrema, tan proclive al ultimátum y al acelere, presentó casi simultáneamente a su sucesor en la persona de Daniel Alberto Brailovsky, conocido en el medio como el “Ruso”.
La falta de resultados positivos, el desfase en la forma de jugar del equipo, el desgaste de la relación entrenador-dirigencia y los intereses que rodean a una institución como América fueron dando forma a la salida del “flaco”, quien, pese a ser un extraordinario estratega y una mejor persona, no le halló la cuadratura al círculo y terminó encartándose con las figuras de un cuadro que él mismo armó.
Llega al banquillo de Coapa un hombre recordado con añoranza por los aficionados americanistas que se deleitaron con sus proezas en la década de los 80’s, pero con escaso currículo como para dirigir a un equipo que mueve millones de aficionados no sólo en la República Mexicana sino allende las fronteras.
La explicación de los dirigentes es que se trata de una persona vinculada con la institución y que quiere mucho al equipo; rara vinculación ésta cuando hace tantos años que el Ruso no pone un pie en el nido de Coapa y si de amor se trata, caray, vayan poniendo en la lista a mi tocayo Arturito, utilero del club, quien sin duda es el amante más fiel del equipo y por cuyas venas corre sangre azul y crema.
La trayectoria de Brailovsky como entrenador es corta, dirigiendo en Israel con alguna fortuna y regresando a este México mágico donde ser extranjero es mucho más que una calidad migratoria para convertirse en una profesión. Ya aquí, fue contratado por el Veracruz, donde pasó con más pena que gloria un par de meses y a partir de ahí, su capacidad técnica y el conocimiento adquirido en ese “vasto” recorrido lo pone al servicio del público en la prensa escrita y en un canal de televisión.
Precisamente en el puerto jarocho, al popular Daniel Alberto, le grabaron algunas conversaciones donde se ponía de acuerdo para la compra-venta de algunos jugadores con la correspondiente mochada, que al negocio hay que entrarle, que caray, por lo que no dude usted, amable lector, que en los próximos días se dé a conocer algún fragmento de estas pláticas inaugurando algo que desde ahora propongo se llame el “ruso-gate”.
No tengo nada personal contra Brailovsky y créanme que hasta bien me cae; sólo que me parece poco ético el modo de promocionarse desde las páginas de un diario y aprovechando la nostálgica ansiedad de la directiva americanista arribar a un cargo que considero no merece.
Dicen que en el pecado suele llevarse la penitencia y espero que el Ruso esté consciente de lo arriesgado de su apuesta pues de no conseguir una mejoría sustancial en el funcionamiento del equipo, otros rondarán en pos de su cargo, y lo peor es que al salir eventualmente mal del América, nadie en su sano juicio lo volverá a contratar.
Por el bien del equipo y la salud de la Liga, ojalá funcione el relevo aunque debo confesar que no estoy de acuerdo, ¿y usted?.