Padre e hijo enseñaron gran fe en la salvación de los Guerreros y para ello elevaron sus plegarias a la Guadalupana. (Fotografía de Jesús Galindo López)
Torreón, Coah.- El corazón de toda La Laguna empezó a latir a un solo ritmo ayer por la tarde, y el destino les tenía deparado a toda la Comarca y al Santos una de esas pruebas que forjan con fuego hasta al más experimentado.
La tensión se respiraba por las tribunas del Corona, pero para animar a la confianza apareció el nuevo héroe lagunero, Cristian Mijares, quien escuchó su corrido entonado por su compositor Benny Peralta. El Guerrero se hincaba e imploraba al cielo que esta tarde fuera favorable para el conjunto albiverde. Aparece el Cruz Azul, y la gente aplaude a Jared Borgetti, quien como todo un profesional busca anotarle al equipo de sus amores, a pesar de la situación límite en la que se encuentra.
Salta el Santos Laguna y se desata la locura total en el Corona, ahora la emoción está a flor de piel. Sólo quedan 90 minutos para permanecer o bajar a la Primera A. Abrazo de compadres entre Oswaldo y Jared, cambio de canchas, y quienes hacen la primera carrera en la cancha son los fotógrafos que ya se habían instalado atrás de las porterías. De inicio Ludueña derrocha su calidad pero su balón pasa por un costado.
Todos están nerviosos. Vuoso como un toro que embiste pero que ahora no salió con tino. El público está pendiente de lo que sucede en el terreno de juego y lo que pasa en el Jalisco. Y de pronto cierto sector del estadio empieza a celebrar, comienza el rumor, anotó Atlas ante Querétaro. La algarabía recorre las tribunas después de que el público se va enterando que no es un rumor, Atlas va arriba en el marcador.
En la cancha, los cuerpos de seguridad, parecidos a Robocop, se distribuyen para mantener el orden. Y de nueva cuenta los radios, los celulares y hasta los televisores portátiles avisan que los Rojinegros hacen la tarea, anotan por segunda vez.
El alcalde José Ángel Pérez se puso la casaca de los Guerreros, como otros miles de laguneros que están pendientes de cada jugada. Fernando Ortiz se va mostrando como una muralla, Lorito no le llega al balón y los vendedores de cerveza se ponen pelucas para apoyar al equipo.
Cruz Azul empieza a merodear la portería de Oswaldo, quien hizo la parada del juego. Sin embargo Jared nos da una desconocida, al conectar una media tijera que revienta el poste. El “respetable” le grita a Borgetti “...ulero, ...ulerooooo”, Jared sólo sonríe. Lo mejor del primer tiempo sucedió en el Estadio Jalisco, ahora faltaba que en casa se cerrara con broche de oro.
En las tribunas ya bailan algunos, pero faltan 45 minutos. Antes del silbatazo Borgetti saluda a toda la banca de Santos Laguna.
Cruz Azul no encuentra su mejor futbol y Óscar “Conejo” Pérez mantiene el cero en su marco gracias a sus oportunas atajadas. En las tribunas se vive un momento difícil; cómo soportar la angustia si ya la cerveza se agotó. Pero puede más el ingenio y hay algunos de los asistentes que consiguen las últimas cheves.
Pero a falta del elíxir dominical, Santos regala los goles de la permanencia y de la clasificación. Primero Oribe Peralta, quien cierra la pinza y le pone el toque lagunero. Ahora se voltea la cara de la moneda de la semana pasada, cuando en el Corregidora se daba la despedida a La Laguna y a su equipo de Primera División; pasan los minutos y el llanto se apodera de los queretanos, mientras que la alegría se va instalando en el Corona.
Los gritos de apoyo ponen la piel de gallina a todo el público, que ahora anima al Santos en los últimos minutos. Surge el Cielito Lindo en Sol plateas, seguido del “No, no se va, no se va, Santos no se va”. El espectáculo ahora lo da la tribuna, que con cada minuto que pasa entona “sí se pudo, sí se pudo”.
Pero Agustín Herrera consigue el gol que corona todos los sueños de los últimos días de miles de laguneros que viven dentro y fuera de la Comarca. Con el silbatazo final la alegría hizo erupción en el Corona y en toda La Laguna, porque el equipo de todos se brindó en la cancha. Las lágrimas de los jugadores y el cuerpo técnico fueron compartidas con miles de espectadores, que lejos o cerca de la cancha se unieron a la celebración que se extendió por toda la Comarca, porque a pesar de todo somos de Primera.