El tricolor se encuentra ante la última oportunidad para prevalecer en el ánimo del electorado y en el espectro político del país, advierten.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- El 18 de febrero cerca de 20 mil priistas en todo el país elegirán a quien será su nuevo dirigente nacional.
Hasta ahora, son cinco los aspirantes a suceder a Mariano Palacios Alcocer: Beatriz Paredes, Enrique Jackson, Javier Oliva, Alejandro Gárate y Sergio Martínez.
?El problema es que el PRI no ha entendido que es hora de la renovación, que requiere ?como muchos otros partidos en el mundo? abrir espacios a cuadros nuevos, distintos, y si son jóvenes mejor?, asegura el politólogo Ulises Corona Ramírez.
A su vez, Juan Carlos Reyes, afirma que el proceso interno del PRI ?es tan definitorio que tiene que pasar por la revisión no sólo de la ideología, sino también de sus líneas programáticas y de su accionar, y que si quienes están contendiendo no ven este reto y lo entienden, van a quedar registrados en la historia no como contendientes, sino como los peritos que levantan el acta de defunción?.
La contienda en el PRI ha iniciado. El jueves 18 de enero la Comisión Nacional de Procesos Internos ?encabezada por Rafael Rodríguez Barrera? registrará a las fórmulas de quienes desean encabezar a este partido y, a partir de que esta instancia emita los dictámenes mediante los cuales se acepta o niega el registro, el 19 de enero, iniciarán las campañas.
De acuerdo con la convocatoria para la elección interna, el proselitismo de las fórmulas de candidatos y de los candidatos en lo individual podrá iniciar a partir del momento en que se resuelva la procedencia del registro respectivo y deberá concluir a más tardar el día 17 de febrero.
Ahí se plantea que los integrantes de los comités Ejecutivo Nacional, directivos estatales y del Distrito Federal, de defensoría y jurisdiccionales, así como los de los sectores y organizaciones, en los ámbitos nacional, estatal y municipal, deberán mantener ?una actitud de imparcialidad, por lo que se abstendrán de pronunciarse públicamente a favor o en contra de alguno de los candidatos?.
Ahora, los priistas elegirán a su nuevo dirigente a través de una votación directa y secreta de sus cerca de 20 mil consejeros políticos en el país.
La votación será recibida el 18 de febrero y la jornada se iniciará a partir de las 10:00 horas y concluirá a las 15:00 horas.
Para poder votar, los consejeros políticos deberán exhibir la credencial de identificación y el gafete para votar que expedirá la Comisión Nacional de Procesos Internos, los que le serán entregados al registrar su asistencia previo al acceso al recinto de votación exhibiendo su credencial para votar con fotografía expedida por el Instituto Federal Electoral.
Última oportunidad
El politólogo Juan Carlos Reyes afirma que el PRI se encuentra ante la última oportunidad de prevalecer en el ánimo del electorado y en el espectro político del país.
?Es la última oportunidad de garantizarle a la sociedad política, a la clase política y a la sociedad en general, que el PRI es un partido del siglo XXI que no se quedó en el siglo XX, que fue en donde nació?, asegura.
En entrevista, refiere que este proceso interno del PRI ?es tan definitorio que tiene que pasar por la revisión no sólo de la ideología, sino también de sus líneas programáticas y de su accionar, y que si quienes están contendiendo no ven este reto y lo entienden, van a quedar registrados en la historia no como contendientes, sino como los peritos que levantan el acta de defunción?.
Reyes es contundente y dice que ?ese debe ser el castigo o el reconocimiento que históricamente se le debe dar y, sin ningún prurito, el país debe reconocer lo que el PRI le dio en términos de estabilidad, de crecimiento y de instituciones sociales. El PRI fue importantísimo en el siglo XX, pero quiere seguir presentándose como un partido del siglo XX?.
Reflexiona y afirma que ?hay dos personas que entienden esto, uno es Beatriz Paredes y otro es Javier Oliva, el problema de Javier es que no tiene condiciones reales de competir, yo no sé cuántos gobernadores o ex presidentes de la República estén con él?.
La contienda real, añade, es entre Enrique Jackson y Beatriz Paredes ?y yo a Jackson no le veo prácticas políticas que permitan conocer que es un político moderno, Beatriz tampoco, pero ella tiene una fortaleza ideológica que Jackson no tiene?.
El analista asegura que ?Beatriz tiene probadamente prácticas y cultura dinosauricas, basta ver sus colaboradores en donde siempre está obstaculizando el paso a los jóvenes y ella no garantiza que haya rostros nuevos, y eso es lo de menos, lo que no garantiza son las prácticas democráticas, de apertura, que el PRI necesita?.
Si con el proceso interno no se logra la apertura, afirma, ?se van a estar peleando por ver quién carga el ataúd, no se cuál sea el atractivo de salir en esa foto?.
En esto coincide con el catedrático de la UNAM y del Instituto Tecnológico de Monterrey, Ulises Corona Ramírez, quien afirma que ?esta es la hora de las definiciones en el PRI, o nos demuestra a la sociedad que está dispuesto, listo y preparado para cambiar, o el partido político caminará a la extinción?.
Las actitudes ?dinosauricas?, afirma Corona, se han mantenido a pesar de las derrotas en las elecciones de 2000 y 2006.
?En el PRI no han entendido que es necesario cambiar, modificar actitudes, formas de hacer política, para convertirse de nueva cuenta en una opción del electorado, basta ver lo que ocurre en su proceso interno en donde gobernadores se esmeran en dar línea a favor de alguno de los aspirantes. Es penoso verlos hacer lo que ya no funciona?, refiere.
Es necesario, considera, que los priistas ?de viejo cuño se decidan a hacerse a un lado y dar paso a nuevas generaciones. Es algo que no están acostumbrados a hacer pero aquí vale la pena preguntarse qué habría ocurrido si en España Felipe González decide mantenerse vigente dentro del PSOE, seguramente José Luis Rodríguez Zapatero seguiría buscando una oportunidad?.
Eso, considera Corona Ramírez, es lo que no se observa en el PRI: la valentía para admitir que los ciclos políticos concluyeron, que es necesario hacerse a un lado y que las nuevas generaciones arriben al poder.
Beatriz y Enrique
Beatriz Paredes y Enrique Jackson son los dos aspirantes con mayores apoyos para lograr la dirigencia priista.
Beatriz Paredes ha negociado con gobernadores y con los ?madracistas? para intentar obtener el triunfo y lo mismo ha hecho Enrique Jackson.
La carrera política de ambos dentro del PRI es amplia.
Paredes inició su carrera política a los 21 años como diputada local en Tlaxcala, después fue diputada federal en la LI Legislatura, y respondió uno de los informes de Gobierno de José López Portillo en septiembre de 1979.
En 1987 asumió como gobernadora de Tlaxcala, lo que la convirtió en la segunda gobernadora del país a pesar de no haber concluido la Licenciatura en Sociología en la UNAM.
Ha tenido una carrera legislativa amplia ya que también fue diputada federal en la LIII Legislatura, y senadora en la LVII Legislatura.
Posteriormente, en la LVIII Legislatura coordinó a la bancada del PRI y presidió la Mesa Directiva.
Además ha sido subsecretaria de la Reforma Agraria y de Gobernación.
Enrique Jackson, es licenciado en Administración Pública egresado de la UNAM y desarrolló el inicio de su carrera política en el entonces Departamento del Distrito Federal.
Entre 1985 y 1988 fue delegado en Cuauhtémoc, secretario de Seguridad y de Transporte y finalmente secretario General del Departamento del Distrito Federal con Manuel Camacho Solís.
En 1997 fue electo diputado federal a la LVII Legislatura en donde se convirtió en vicecoordinador de Arturo Núñez, y en 2000 fue senador de la República, y coordinador de los Senadores del PRI y presidente del Senado a lo largo de varios periodos.
En 2005 fue precandidato de su partido a la Presidencia de la República como miembro del Tucom (Todos Unidos Contra Madrazo) pero fue derrotado por Arturo Montiel Rojas.