La Casa Blanca afirma que el fracaso de una propuesta de reforma inmigratoria era prueba de que el Congreso, controlado por los demócratas, no puede manejar cuestiones importantes. (Archivo)
Destaca el presidente de Estados Unidos los 132 mil puestos de trabajo que se crearon en junio.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo ayer que la economía estadounidense es “la envidia del mundo”, tras la publicación de unos datos de empleo que sugieren fortaleza pero que, según algunos analistas, se prestan también a distintas lecturas.
El inquilino de la Casa Blanca celebró en su discurso radiofónico semanal los 132 mil puestos de trabajo que se crearon en junio, una cifra que superó expectativas y que mantuvo sin cambios por tercer mes consecutivo la tasa de desempleo, en el 4.5 por ciento.
“El desempleo es bajo, la confianza de los consumidores alta, los ingresos están subiendo y las oportunidades aumentando en todo EU”, aseguró Bush en su alocución radiofónica en la que no tuvo reparos en atribuir las saludables cifras económicas a los, según él, aciertos de su Gobierno.
“La sólida economía de nuestro país no es un accidente”, afirmó, a lo que añadió que “es el resultado del trabajo duro del pueblo estadounidense y de las políticas pro-crecimiento de Washington”.
Se refirió, en concreto, a los recortes tributarios decretados por su Administración en 2001, que los demócratas consideran irresponsables por favorecer sobre todo a los ricos. Menos triunfalista, aunque igual de positivo, es un artículo que publicó ayer en su portada el prestigioso diario financiero The Wall Street Journal.
Con el título de “Los robustos datos laborales sugieren que la economía gana impulso”, el Journal adelanta un sólido segundo semestre, en el que la primera economía mundial conseguirá crecer muy por encima del raquítico 0.7 por ciento de los tres primeros meses del año.
Una encuesta publicada esta semana por el rotativo indica que la media de analistas prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) suba a un ritmo del 2.5 por ciento en el tercer trimestre y del 2.8 por ciento en el cuarto, aunque también son muchos los que anticipan un crecimiento de más del tres por ciento para el resto del año.
La mayoría de analistas vaticina que Estados Unidos crecerá por encima del tres por ciento en el segundo trimestre, un dato que se dará a conocer a finales de julio.
Por otro lado, las cifras de empleo publicadas el viernes reflejan una modesta subida salarial que podría plantear cierta amenaza inflacionaria, aunque la Reserva Federal (Fed) no parece por el momento alarmada con el fenómeno.
La Fed mantuvo los tipos de interés sin cambios la semana pasada, en el 5.25 por ciento, el nivel en el que se encuentran desde hace ya un año.
El banco central estadounidense ha insistido en distintas ocasiones en que el enfriamiento económico aplacará el calentamiento inflacionario, aunque se mantiene vigilante ante las señales de presión sobre los precios.
Pese a las favorables expectativas, analistas como Peter Morici, profesor de la Universidad de Maryland, creen que la economía de Bush está plagada de “contradicciones”.
El experto destacó el viernes en un comunicado tras la publicación de los datos de empleo que “el mercado laboral es estupendo para los trabajadores cualificados y sus participaciones bursátiles seguirán aumentando”.
La situación es menos alentadora para los “trabajadores de a pie” que, dice Morici, “siguen soportando la carga de los salarios de la globalización, que aumentan por debajo de la inflación, así como (el peso) de un mercado laboral irregular” .
“Esto es caviar para los mejores y pastel a secas para el resto”, insistió el experto, quien apuntó que el nivel del 27 por ciento de aprobación de Bush que muestran algunas encuestas coincide con el porcentaje de estadounidenses a los que les van bien las cosas.
Morici destacó que en noviembre de 2000, cuando Bush ganó sus primeras elecciones presidenciales, el porcentaje de adultos que buscaba empleo era mucho más alto que ahora.
“Si el mismo porcentaje buscara ahora trabajo, la tasa de desempleo sería del 6.1 por ciento”, dijo el experto, quien cree que muchos han tirado la toalla y prefieren depender de sus parejas o sus activos antes de aceptar un trabajo basura.
SEÑALA BUSH QUE CONGRESO NO CUMPLE OBLIGACIONES
El presidente George W. Bush acusó ayer a los legisladores demócratas de no cumplir sus obligaciones debido a que no han aprobado la financiación del gobierno federal.
“Los demócratas no están cumpliendo su responsabilidad de tomar decisiones difíciles e invertir más sabiamente el dinero del pueblo”, dijo el presidente en su discurso radial semanal. “Este momento es una prueba”.
La Casa Blanca dijo que el fracaso de una propuesta reforma inmigratoria era prueba de que el Congreso, controlado por los demócratas, no puede manejar cuestiones importantes.
“Hemos visto esto con la inmigración y lo vemos con otros asuntos”, dijo el vocero Tony Fratto.
Sin embargo, el principal motivo del fracaso del proyecto de inmigración fue la enérgica oposición de la propia base de Bush, los conservadores. El presidente no pudo convencer a miembros de su propio partido pese a intensos esfuerzos.
El proyecto inmigratorio era prioritario en la agenda interior de Bush. Ahora el presidente debe concentrarse en el proceso de asignaciones anuales y el control de los gastos federales.
Doce proyectos anuales de gastos representan aproximadamente un tercio del presupuesto federal. Deben ser aprobados cada año por el Congreso antes del primero de octubre cuando comienza el año fiscal, pero los legisladores empezaron a considerar los de este año a mediados de junio. La Cámara de Representantes aprobó la mitad y el Senado en pleno todavía no le ha echado mano a ninguno.
“Los demócratas tienen una oportunidad para demostrar que apoyan un Gobierno abierto y transparente trabajando para completar cada uno de los proyectos de gastos de manera independiente y a tiempo”, dijo Bush. “Insto a los demócratas en el Congreso a dar un paso adelante y aprobar estos proyectos de uno por vez”.