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La economía

Jaque mate

Sergio Sarmiento

“El problema de nuestros tiempos es que el futuro no es ya lo que era”.

Paul Valéry

En lo económico 2007 fue en general un año decepcionante para México. El crecimiento del Producto Interno Bruto tuvo una desaceleración significativa, al pasar de 4.8 por ciento en 2006 a lo que se estima será 3.4 por ciento en este 2007. En el sector industrial, tanto la construcción —con un crecimiento de 1.9 por ciento— como las manufacturas —con 0.7 por ciento— han tenido un desempeño muy débil. La debilidad, sin embargo, fue mayor en el primer semestre que en el segundo, cuando se registró una recuperación.

El Banco de México y la Secretaría de Hacienda habían previsto una inflación de 3 por ciento en este 2007, pero el año cerrará más bien con un 4 por ciento, similar al de 2006. Este promedio, sin embargo, oculta la fuerte presión que se ha generado en los precios de los alimentos. Éstos han aumentado de manera muy importante como reflejo de un fenómeno internacional.

A pesar de los altos precios del petróleo, nuestro sector externo empieza a mostrar una situación potencialmente peligrosa. Las exportaciones totales avanzaron 7.3 por ciento entre enero-octubre de 2006 y el mismo periodo de 2007. No es una mala cifra, pero inquieta el hecho de que las ventas petroleras hayan aumentado tan sólo 1 por ciento. Hace un año el ritmo de crecimiento fue de 28 por ciento.

El problema no radica en los precios del petróleo, que han avanzado en el mundo de manera vigorosa, sino en una caída en el volumen de exportación por la declinación del yacimiento de Cantarell. Son las manufacturas, que alcanzaron un paso de expansión de 8.3 por ciento anual en los 10 primeros meses de 2007, las que se han convertido una vez más en el motor del sector externo.

Las importaciones siguen creciendo. En enero-octubre lo hicieron a un ritmo importante de 10 por ciento al año. Lo que preocupa es que el rubro con mayor expansión es el de productos de consumo, que no añade nada a la producción nacional. En los 10 primeros meses del año la importación de productos de consumo aumentó 15.9 por ciento.

El presidente Felipe Calderón, prometió ser el presidente del empleo, pero sus cifras son mixtas. Las encuestas del INEGI muestran un ligero aumento en la tasa de desempleo abierto, de 3.6 por ciento en promedio en 2006 a 2.78 por ciento en enero-octubre de 2007. Por otra parte, los registros del IMSS muestran la creación de casi un millón de empleos —993,454 para ser exactos— entre el 31 de diciembre de 2006 y el 30 de noviembre de 2007.

El viejo sueño de crear un millón de empleos formales en un año parece al alcance de la mano, y esto con el indicador más severo de todos: los registros del IMSS. La mitad de estos empleos es temporal, y los sueldos siguen siendo muy bajos, pero nadie puede negar lo importante que es llegar a la cifra mágica del millón de empleos formales. Ahora bien, no fue el fallido programa de primer empleo del presidente el que logró la hazaña, sino un aumento en la necesidad de trabajadores de las empresas privadas.

La inversión extranjera fue de 27,539 millones de dólares en enero-septiembre, 9,359 millones más que el año anterior. La inversión bruta fija, en cambio, avanzó 5.9 por ciento en el primer semestre de 2007, un ritmo significativamente menor al 11.3 por ciento del primer semestre de 2006.

Para el año 2008 la mayoría de los especialistas espera alguna mejoría para México, por lo menos en crecimiento económico. El primer año económico de un Gobierno en nuestro país es siempre difícil porque muchos proyectos de inversión no se pueden concretar cuando una Administración empieza sus funciones. Para 2008, sin embargo, el Gobierno de Calderón está impulsando un amplio abanico de inversiones de infraestructura —públicas y privadas— para lo cual utilizará el dinero que obtendrá por el aumento de impuestos que se aplicará a partir del primero de enero.

Del lado negativo, sin embargo, está el hecho de que la producción petrolera está cayendo como consecuencia de la declinación del yacimiento de Cantarell. Si el descenso en el volumen producido se combina con una baja en los precios, el Gobierno mexicano podría tener un problema de liquidez. Por otra parte, un agravamiento de la crisis hipotecaria en los Estados Unidos puede afectar seriamente al mercado mexicano.

De momento puede preverse un crecimiento de 3.8 por ciento en la economía mexicana en 2008, un poco por arriba del cierre esperado de 2007, con una inflación que fluctuará entre 3.5 y 4 por ciento. La cotización del peso frente al dólar y las tasas de interés deben permanecer razonablemente estables. Sin embargo, si se profundiza la crisis hipotecaria estadounidense, o si se registra una caída más abrupta de las exportaciones petroleras, los escenarios de estabilidad bien podrían venirse abajo.

NUEVA REFORMA FISCAL

El Gobierno de Calderón tendrá, efectivamente, más dinero para gastar el año que viene como consecuencia del aumento de impuestos al que se le ha llamado “reforma fiscal”. Pero si aumenta el ritmo de declinación de Cantarell, o si se reducen de manera significativa los precios del petróleo, las limitaciones de ese aumento de impuestos se volverán evidentes. El Gobierno tendrá que hacer una nueva reforma fiscal… pero ahora sí en serio.

Página de Internet:

www.sergiosarmiento.com

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