Ari Telch ve en la fama ventajas y desventajas. (El Universal)
Pese a todo, el actor acepta que ser una personalidad tiene sus privilegios
MÉXICO, DF.- “Cuando abres el frasco de la fama, apesta... y apesta gacho”. No obstante, Ari Telch acepta que en ese mismo frasco hay varios privilegios: buenos lugares en el teatro, cambios en los pasajes de avión a primera clase, buen trato en restaurantes.
Con tantos privilegios ¿de verdad crees que apesta?
Cuesta trabajo entenderlo, al principio hay euforia pero después te das cuenta que todo viene en el mismo frasco. Hay que aprender a vivir con la fama, pero no de ella. Si vives de ella te metes en graves problemas porque cuando se te termina y no tienes talento para sostenerla, ya valiste.
¿Estás curado de fama?
No. Pero sí de espantos, je, je.
La última obra de teatro que hiciste fue Ella en mi Cabeza...
Así es: el gran fracaso. No nos fue a ver nadie.
En el Distrito Federal difícilmente una obra puede presumir de éxito en taquilla.
Había tenido una racha de 15 años con éxito en teatro y por eso mismo el fracaso de esta obra fue un mazazo en mi cabeza. Estrenamos durante el mundial y junto a las manifestaciones de AMLO en Reforma. En medio estábamos con nuestra obra hablando sobre el sicoanálisis, cosas que no le interesa al público mexicano.
¿Será que ya nadie le cree a Freud?
Creo que mucha gente le cree. Si te subes a un taxi en Buenos Aires, el chofer te dice ‘Recuéstese’ y resulta que es un sicoanalista. Pero los mexicanos no estamos acostumbrados a hablar de nuestros problemas y menos a pagar por hablar de ellos.
En la telenovela Mientras Haya Vida interpretas a un sicoanalista ¿te ha salvado la vida el sicoanálisis?
Nunca, sólo el teatro. En el sicoanálisis normalmente aborto, voy a pocas sesiones, le veo los calzones a las terapeutas y siempre pierdo la dirección del consultorio, je, je.
Mientras Haya Vida apela a la cotidianeidad ¿Crees posible que una telenovela refleje la realidad?
Es muy posible. Ya no quisiera que la televisión siguiera en la historia de la sirvienta y el millonario, no lo quiero en lo absoluto... no sé si yo lo vuelva a hacer, seguramente sí, pero tenemos que abocarnos a hacer una telenovela que refleje a la gente.
¿Es resignación decir que sí harías telenovelas de “sirvienta y millonario”?
No es resignación, es un hábito. En cuanto empiezas a ser actor y lo haces en México, sabes que se hacen cinco o seis películas anuales, o sea que te toca una vez cada cinco años. Sabes que vas a tener que hacer tele y que harás telenovelas... a lo mejor es resignación pero no ante todos los productos, por ejemplo este personaje de Mientras Haya Vida se acerca a la vida real, igual que el de Mirada de Mujer.
¿Qué es lo que nunca dejarás de hacer mientras tengas vida?
Amar a mis hijas y a mi madre... y tomar agua. Estoy gordo y me pusieron a dieta rigurosa.