A pesar de que la hepatitis C es consideraba como incurable, hoy en día es posible su control y una probable erradicación de la infección con un tratamiento consistente en Interferón Alfa combinado con Ribavirina.
Así lo sugiere el caso de la paciente María Dolores Osorio Patrón, de 72 años de edad, quien fue atendida con esta terapia luego de que hace tres años los médicos le diagnosticaron esa enfermedad.
En entrevista señaló que gracias a una detección oportuna ahora goza de cabal salud y sólo requiere de un chequeo anual para verificar que su hígado se encuentra en buen estado.
Afirmó que gracias a la intervención de médicos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán pudo recuperar la salud, ya que luego de acudir con varios especialistas los galenos de esta institución determinaron cuál era la patología que enfrentaba.
La hepatitis C es una enfermedad que afecta a una de cada 100 personas en México pero de no ser detectada y tratada a tiempo puede causar la muerte, pues se trata de una infección que ataca al hígado y lo degenera.
Este padecimiento pueden presentarlo quienes han tenido relaciones sexuales con múltiples compañeros o quienes recibieron una transfusión sanguínea antes de julio de 1992.
Asimismo quienes tienen contacto frecuente con sangre en su trabajo, quienes fueron sometidos a diálisis renales durante mucho tiempo o quienes se inyectan drogas alucinógenas y comparten agujas.
También pueden contagiarse quienes comparten elementos de uso personal como cepillo de dientes o máquinas de afeitar, quienes han tenido relaciones sexuales con una persona con hepatitis C o nacieron de una madre afectada por este mal.
Osorio Patrón explicó que de manera repentina comenzó a presentar moretones esporádicos en brazos, comezón en el cuerpo, su carácter se torno irritable, perdió el apetito, comenzó a obrar blanco y su orina adquirió un olor penetrante, por lo que se sometió a los estudios necesarios.
Luego de un tratamiento especializado la paciente recuperó la salud y pudo superar una enfermedad que en otros momentos pudo haber cobrado su vida.