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La India sigue avanzando

Julio Faesler

El Gobierno de la India, cuyo primer ministro es Manmohan Singh, cumple en estos días tres años y los periódicos están llenos de comentarios sobre lo que han sido sus éxitos así como los temas que aún no se han podido resolver. La tarea no ha sido fácil ya que la coalición gobernante, encabezada por el Partido del Congreso, requiere del apoyo de los dos partidos comunistas que no siempre han dado.

Entre los éxitos más reconocidos está el control de la inflación que ha facilitado un crecimiento anual del orden del 8 y 9%. Se han aprobado leyes para combatir la pobreza como la del empleo rural o la del derecho a la información. No se ha avanzado en otras reformas debido a la oposición de la izquierda.

Ha crecido considerablemente la demanda para muchos productos, incluyendo los de primera necesidad. El progreso económico ha presionado los precios y el Gobierno tendrá que ejercitar un mayor control de ellos cuyo aumento perjudicaría a la gran mayoría de población de menores recursos. De no atenderse este elemento el Gobierno podría perder el apoyo popular que lo llevó al poder.

Una de las prioridades fundamentales del primer ministro Singh es el desarrollo regional equilibrado y la capacitación de los recursos humanos. Con esta finalidad, el Gobierno se propone duplicar el crédito rural, asegurar precios remuneradores a los productos del campo, ampliar servicios sociales y de salud. Se incrementará la inversión en educación y se extenderán las cuotas de participación de las minorías marginadas en los institutos de educación superior.

El comercio exterior de la India, ha venido creciendo dejando un importante superávit, factor que ha incrementado las reservas monetarias. Tal y como sucede con otros países asiáticos como China y Vietnam, el sorprendente crecimiento nacional se ha debido al aprovechamiento la abundante mano de obra que trabaja a bajos niveles de salarios, bajos niveles de tasas de interés bancario al lado de recursos naturales que apenas ahora comienzan a explotarse. Esto ha producido fuertes excedentes de divisas que enfrentan a los bancos centrales con un serio problema para esterilizar estos fondos para evitar que pasen a la circulación generando alzas inflacionarias.

El impresionante éxito económico que se ha alcanzado es, empero, producto de sólo el sector más moderno y globalizado del país lo que deja a las mayorías sin beneficiarse de la nueva riqueza. El capitalismo que ahora ha venido a sustituir sistemas de planificación central en China, o los amplios programas sociales subsidiados que caracterizaron a la India han multiplicado el número de nuevos millonarios.

El combate a la pobreza consiste en encontrar la fórmula para una participación efectiva de la población en este tan mundialmente aclamado progreso.

En México también conocemos este problema. Nuestras dimensiones económicas serán muy menores que las de India y China, cuyas poblaciones exceden de los mil millones, pero el desequilibrio social que nosotros tenemos que remediar a medida que vamos creciendo es análogo al que se presenta en estos países asiáticos. La educación y la preparación de los jóvenes es una de las llaves que hay que usar.

En la India aunque falten muchas mejoras en materia educativa, ello no oculta el que en la India se titula anualmente más de un millón de universitarios, de los cuales, 400 mil son ingenieros y una tercera parte de éstos son reclutados por las grandes consultorías de la informática, como son Infosys y Wipro. No hay suficiente producción de profesionistas capacitados, lo que constituye el único “cuello de botella” de esta particular actividad.

Es claro que a medida que vayan produciéndose más profesionistas capacitados en ésta y en otras ramas, la India irá absorbiendo su fuerza de trabajo disponible. El Gobierno ofrece facilidades fiscales a los institutos insistiendo en que sean más incluyentes e incorporen en su alumnado a los sectores marginados. Este propósito es indispensable, pero la creación de empleos que sería su objetivo, se está encontrando, a menos en la industria manufacturera, con la tendencia actual de aumentar la productividad del capital utilizando menos mano de obra. El crecimiento económico se está presentando sin la correspondiente creación de empleo. Este fenómeno también lo estamos experimentando en México y requiere una solución que por ahora no se ha encontrado.

Mayo de 2007.

juliofelipefaesler@yahoo.com

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