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La industria detrás del narco

El Universa

Una década le tomó a Zhenli Ye Gon construir la base de un imperio que estuvo a punto de inundar de metanfetaminas.

a México y EU, si no fuera porque el 15 de marzo un cateo en su casa de Lomas de Chapultepec derrumbó esos planes Zhenli Ye Gon pretendía instalar en Toluca una nave industrial de casi 14 mil metros cuadrados con maquinaria de vanguardia para controlar la fabricación de anfetaminas.

China es el tercer mayor exportador de pseudoefedrina; México, el segundo mayor importador de ese mismo material a nivel mundial.

Zhenli Ye Gon aprovechó su conocimiento de ambos países para traficar el precursor químico desde Hong Kong hasta los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas.

19 toneladas de pseudoefedrina fueron decomisadas a Zhenli en Lázaro Cárdenas, Michoacán. Tres millones de tabletas de metanfetaminas al día planeaba producir.

600 millones de dólares sería la ganancia de su comercialización en Nueva York.

Zhenli Ye Gon no sólo era un hombre extraño para adquirir sus automóviles, sino que era extremadamente ambicioso.

En su faceta de hombre de negocios ligado a la industria farmacéutica, pretendía instalar en Toluca una nave industrial de casi 14 mil metros cuadrados con maquinaria de vanguardia, capaz de proveer de materia prima a todos los Cárteles mexicanos que controlan la fabricación de anfetaminas en México y abastecen 80 por ciento del mercado estadounidense.

Localizada en el parque industrial de San Pedro Totoltepec, la planta tenía la fachada de una simple fábrica farmacéutica. Estaba siendo construida por mano de obra china para la compañía Unimed Pharm Chem de México, pero tenía los equipos y la estructura para convertirse en uno de los laboratorios más grandes de anfetaminas en América Latina.

Iba a ser el resultado de más de una década de trabajo, que comenzó el 28 de noviembre de 1996 cuando el empresario chino creó su primera empresa en sociedad con Hongju Ye, de acuerdo con documentos obtenidos del Registro de Compañías de la Administración Regional Especial del Gobierno de Hong Kong.

La empresa, registrada como abastecedora de materias primas para la industria farmacéutica como la seudoefedrina, fue denominada Unimedic Hong Kong Company, LTD, con residencia en ese país asiático, e inició operaciones con un modesto capital de diez mil dólares.

Con el tiempo esta empresa se convertiría en la Emerald Import and Export Corporation, que era utilizada para presentar documentación de importación falsa y hacer llegar la seudoefedrina a nuestro país a través de su filial Unimed Pharm Chem de México, creada en abril de 1997 por Ye Gon.

Ahora se sabe que por esta ruta llegó a introducir al país hasta 60 toneladas de esta sustancia con etiquetas apócrifas, reportando cargamentos de productos distintos al precursor para que no fueran inspeccionados por los agentes aduanales.

De acuerdo con expedientes oficiales, Unimed Pharm Chem de México comenzó a hacer importaciones irregulares. Por ejemplo, importó 20 toneladas de precursores por la aduana de Manzanillo, y el tres de enero de 2006 repitió la operación con 29 toneladas del químico metilacrilamida procedentes de Hong Kong, que en su momento no fueron aseguradas para seguirles la pista. La confirmación de estas importaciones ilegales propició que la PGR iniciara, el diez de mayo de 2006, el expediente del caso.

Como en el país sólo cuatro aduanas pueden autorizar el ingreso de seudoefedrina (el aeropuerto capitalino, Nuevo Laredo, Veracruz y Manzanillo), llamó la atención otro cargamento, éste sí decomisado, en diciembre de 2006, en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, de 19 toneladas de seudoefedrina.

Según el papeleo, la carga tenía como destino la Unimed Pharm Chem.

Este aseguramiento permitió ubicar una ruta definida de las importaciones ilegales de seudoefedrina: Hong KongShangai en China, con destino a Long Beach, California y de ahí a los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, en Michoacán.

También concluyó en el decomiso de 205 millones de dólares de la casa de las Lomas a mediados de marzo, que presume la PGR iban a ser utilizados para poner en marcha el laboratorio de producción de metanfetaminas que alistaba el grupo criminal en Toluca, Estado de México.

LAS TABLETEADORAS

El decomiso llevó a las autoridades a rastrear la compra de ocho máquinas tableteadoras adquiridas por Unimed Pharm Chem de México, que ingresaron el 27 de febrero de 2007 a la aduana del puerto de Veracruz.

La máquina tableteadora era, comparativamente, “el Rolls Royce” de hacer tabletas para la industria farmacéutica. De marca alemana, Fette GMBH, de alta precisión, dicen los expertos, puede elaborar de 15 mil a 50 mil pastillas por hora. Esto es, casi 360 mil pastillas por día.

Una máquina fue encontrada en la planta industrial de Toluca; la PGR no sabe dónde están las otras siete.

Al considerar que la red pretendía instalar ocho de estas tableteadoras, el laboratorio de Yen Gon podría haber producido potencialmente casi tres millones de tabletas por día y obtenido ganancias de más de 164 millones de pesos diarios en el mercado del menudeo.

La producción de cada pastilla le hubiera costado tres pesos y la venta en el mercado negro de México le hubiera dado entre 60 y 300 pesos por tableta. Las ganancias hubieran sido aún más escandalosas cuando las tabletas se colocaran en el mercado de Estados Unidos.

Especialistas a quienes se les mostraron las fotografías de la nave industrial del Estado de México, indicaron que las instalaciones en Toluca serían lo que se llama una farmoquímica. La planta podría fabricar tabletas con precursores químicos, pero también podría producir tabletas extrayendo la seudofedrina de los antigripales, cuya venta aún no tiene ningún control en México.

Por esta razón, autoridades de la PGR indicaron que investigan las relaciones que Zhenli Ye Gon y su organización podrían tener con proveedores de antigripales con seudofredina.

LA RUTA DEL DINERO

La llamada Operación Dragón, desplegada por las autoridades mexicanas para seguirle la pista a este caso, permitió desmantelar parcialmente la organización y evitó la instalación del superlab.

De antigripal a droga sintética

Unas horas antes del amanecer del 24 de julio de 2006 un comando de 15 hombres armados irrumpió en los laboratorios de la empresa Medix, en el Estado de México. Ataron de pies y manos y cubrieron boca y ojos a cuatro custodios y a un policía a quienes después degollaron; sólo un vigilante sobrevivió.

El objetivo del crimen: una tonelada de pseudofedrina con valor de 57 millones de pesos en el mercado legal, pero hasta 170 millones en el mercado ilegal. El precursor químico, inicialmente usado para producir antigripales, se ha convertido en la principal materia prima para la creación de drogas sintéticas.

Su importancia en ese mercado es tal que en 2004 dos terceras partes del total de pseudoefedrina importada por México terminó en laboratorios clandestinos, reconoció en junio de 2006 la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

La “fuga” desde el mercado legal se evidenció porque de las 216 toneladas métricas de pseudoefedrina importadas en 2004 por México, en realidad sólo se requerían de 70 toneladas para cubrir con la demanda farmacéutica del país.

El asalto a Medix, uno de los pocos que han sido denunciados, se suma a todo un patrón de irregularidades que afecta a la industria farmacéutica y que ha forzado a las autoridades federales a modificar las medidas de control y seguridad en la compra, traslado y almacenamiento del precursor químico. Se encendieron las señales de alarma en la Secretaría de Salud (Ssa)y en la Cofepris desde 2003, cuando las farmacéuticas reportaban cada vez con mayor frecuencia pérdidas millonarias como consecuencia de los robos a sus cargamentos.

Entre 2001 y 2004 la industria reportó 100 millones de pesos en robos, por lo que la Ssa redujo el tope a la importación de pseudoefedrina en 66 por ciento .

Además, se propuso el uso de la fenilefrina para suplir, en un lapso de dos años, a la pseudoefedrina como sustancia activa. Se ordenó que sólo por medio de las aduanas de Manzanillo, Ciudad Juárez, Veracruz y el aeropuerto internacional de la Ciudad de México pueda ingresar el químico.

Sin embargo, de 2004 a 2006 se han reducido en 65 por ciento las verificaciones e inspecciones a empresas que procesan químicos esenciales, entre ellos la efedrina, según indican datos de la propia Cofepris.

En México existen 224 laboratorios de medicamentos o productos biológicos pertenecientes a 200 empresas. De ese universo, 46 forman parte de corporativos con capital mayoritariamente extranjero. Del total de laboratorios, casi la mitad importa pseudoefedrina para elaborar medicamentos.

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