La infanta Leonor. (Archivo)
MADRID, ESPAÑA.- La infanta Leonor, la hija mayor del príncipe Felipe y de su esposa, Letizia Ortiz, irá hoy por primera vez a la guardería del recinto de El Pardo y a la que asisten los hijos de los miembros de la Guardia Real.
En un principio se barajó la posibilidad de que la pequeña Leonor (quien cumplirá dos años el próximo 30 de octubre) fuera educada en el Colegio de Nuestra Señora del Camino, un centro privado y católico al que acudieron las infantas Elena y Cristina. Luego se pensó en la guardería Micos, donde trabaja la propia infanta Elena.
Sin embargo, sus padres se decidieron por la guardería de El Pardo -inaugurada en febrero de 2005 por la reina Sofía- para así evitar los problemas de seguridad y de intimidad. La pequeña tendrá por compañeros de juegos únicamente a los hijos de las personas que trabajan en el Palacio de la Zarzuela, residencia oficial de los reyes de España y de los príncipes, de manera que nadie podrá fotografiarla durante su estancia en el centro. Y por otro lado, la cercanía del centro con su residencia hará que los desplazamientos diarios sean sencillos, lo que facilitará el trabajo a los responsables de la seguridad de la pequeña. La escuela abre a las 7.30 de la mañana y cierra a las tres de la tarde; cuenta con cuatro educadoras, una directora, y un pediatra que acude todos los días a las instalaciones y que tiene una ficha de cada uno de los alumnos, para su seguimiento total.
A sus casi dos años, la primogénita de los príncipes de Asturias ha aparecido públicamente en contadas ocasiones tales como su nacimiento, bautizo, los veranos en la isla de Palma de Mallorca con el resto de la familia real, y en el nacimiento y bautizo de su hermana, la infanta Sofía.
Desde que nació, sus padres han querido que permanezca al margen de los medios de comunicación y, a diferencia de otras casas reales donde desde el nacimiento de los nuevos herederos se habla de la vida de los más pequeños, Felipe y Letizia no han dado detalles ni imágenes sobre su vida familiar y se han limitado a comentar lo estrictamente necesario sobre el desarrollo de la pequeña en algunas de sus apariciones públicas.
Lo único que se sabe es que, durante estos casi dos años, la vida diaria de la infanta ha transcurrido entre su preciosa recámara en la residencia de los príncipes, situada junto al Palacio de la Zarzuela, y los jardines que rodean la casa. Y que, cuando sus obligaciones se lo permiten y su hija Sofía también, la propia Letizia ha sido quien pasea a Leonor por los jardines del palacio, quien le da de comer, la baña cada noche, juega con ella, le lee cuentos y quien la lleva cada día al Palacio de la Zarzuela para que visite a sus abuelos paternos.
Eso sí, casi siempre acompañada por la cuidadora de la niña, una periodista asturiana de total confianza de Letizia, y a veces por su abuela materna, Menchu Álvarez del Valle, que se ha convertido en su mejor niñera ya que, desde que su esposo murió, pasa largas temporadas en casa de los príncipes disfrutando a su nieta.
La infanta Leonor comienza su educación, pero excepto de la guardería a la que va a acudir, se sabe muy poco sobre su futuro. Dado que es muy posible que algún día sea reina al suceder a su padre en el trono, lo más probable es que seguirá el modelo educativo del príncipe. Es decir, acudirá a un colegio privado, luego recibirá una educación militar (será reina y jefa de las Fuerzas Armadas), aprenderá idiomas, y cursará una carrera universitaria, probablemente en una universidad pública, como hizo su padre: preparada a su medida.
Además de la infanta Leonor, otro miembro de la familia real fue protagonista de la actualidad en España: la infanta Elena, primogénita de los reyes. Aunque no es habitual, ante los comentarios aparecidos en diversos medios de comunicación sobre desavenencias con su marido, Jaime de Marichalar, la Casa Real desmintió que la pareja se fuera a divorciar.
Ciertos o no los rumores, desde hace mucho tiempo se ve a la pareja distanciada y no se aprecian muestras de cariño entre ellos. A esto se une el que son muy pocas las ocasiones en que se les ve juntos. De hecho, tan sólo acuden a eventos oficiales o a celebraciones de algún miembro de la Casa Real. Y casi siempre se les ve separados. Por ejemplo, es habitual ver a Jaime de Marichalar acudiendo solo a desfiles de moda, de compras por las tiendas más lujosas de Madrid o de viaje en París, una ciudad en la que vivió de soltero y que le encanta. Y a la infanta Elena se le ve por su lado, paseando con sus hijos por el exclusivo barrio madrileño de Salamanca, donde reside.
Todo ello hace pensar que, aunque viven bajo el mismo techo, desde hace tiempo hacen vidas separadas. Y que si no se divorcian es porque sería la primera separación legal en la historia de la monarquía española, algo que no estaría muy bien visto en un país donde las vidas de los miembros que conforman esa monarquía son, aparentemente, perfectas.
