Hueso a hueso, la parca se ha paseado por el Torneo de Apertura 2007 con la guadaña afilada. Ocho técnicos la han probado sobre sus cabezas y previo a la Fecha 16, los sucesores de los hoy ya miembros del más allá, buscan poner a salvo el cuello, no sea que la muerte quiera dobletear.
América, Chivas, Tecos, Chiapas, Veracruz, Morelia, Atlas y Monterrey, mataron para revivir en la presente campaña, y a excepción de Monterrey y en algo Atlas, parece que en la otra media docena, el intercambio con la huesuda no fue del todo condenatorio.
América puede pedir mano para hablar del asunto. Luis Fernando Tena los dejó en la Fecha 11 al borde del fracaso y con el temor de no jugar la Liguilla. Desde la presidencia del club llegó la orden de Cañedo, no importa de dónde venga, había que revivir al americanismo como fuera y en El Ruso encontraron una arenga que hoy los tiene con la esperanza de ganarse el cielo y la entrada a la gran fiesta.
Triunfos imposibles en Pachuca y ante Chivas, hacen que Daniel Alberto Brailovsky parezca no vaya a recibir la visita de la parca, al menos de aquí a diciembre y quien quite hasta contrato del Clausura se animen a firmarle si consigue por ahí un título de Liga o de menos en la Sudamericana.
En Chivas, fuera del Clásico, Efraín Flores hace a los rojiblancos jugar mejor que cuando El Chepo mandaba. De hecho, los tapatíos no habían perdido desde la Fecha 9, hasta que visitaron El Nido, pero sin importar la derrota, aún hoy tienen en sus tachones amarrar primero la Liguilla y luego lucha por el doceavo título.
Tecos es caso aparte con todo y su irregularidad. La simpatía de la huesuda por su estratega los mantiene en vilo. El Flaco Menotti, si bien, no es un mago, sí consentido de la flaca, los ha llevado al menos a saber ganar de vez en cuando, desde que en la Jornada 5 empezó a entrenar.
Para Jaguares, ofrecer a Víctor Manuel Vucetich como cambio, les llevó a un ex atlantista. René Isidoro García llegó hasta la selva con la promesa de mejoría, y al menos ahora, aunque llenos de igualadas, los descalabros no son tan frecuentes como antaño se daban.
En el puerto, los Tiburones con Pumpido, a nadie asustaban. Viejo lobo directivo, Alberto de la Torre, confió en que un Turco enderezaría el camino, aunque resultara que también éste era argentino. Antonio Mohamed desempacó en Veracruz con empate en el Azteca ante el América y desde entonces, el tiburón ya cuando menos los dientes enseña.
Lejano de ahí, en tierra purépecha, Monarcas Morelia, nada más ver, quiso entrar a la moda. Corrió de un tirón a Trejo en la Fecha 13, para prestar vida a Patiño, aquel ex jugador puma, aún sin cartel, ni experiencia como técnico, pero con la esperanza de pasar noviembre, sin que la calaca vea sus pininos, algo que en verdad parece muy difícil.
En Atlas, la situación era dramática. Tenían sólo números rojos de la Fecha 1 a la 9. Un par de empates a cambio de siete de igualadas. Rubén Omar Romano fue el sacrificado y El Jefe Tomás Boy elejido para el cambio. Los resultados dan para tener esperanza, y es que con El Jefe triunfos ya se sacan, aunque aún los Rojinegros permanecen en el fondo de la tabla.
Los únicos con lugar reservado en el purgatorio son los Rayados. Ya que la peor de sus pestes parece no estaba en quitarse de encima al Piojo. Y si con números negativos marchó el equipo de la Fecha 1 a la 9. Desde que llegó Mizrahi a la banca, no hay salida de los últimos lugares y menos idea se ve como pueda Monterrey llegar al menos a la mitad de la tabla.
Es la historia de los equipos que en el Apertura 2007 quisieron matar para vivir. Algunos con mayor penitencia que otros, pero al final, en este Día de Muertos, la guadaña afilada espera por un nuevo trueque u ofrenda que se anexe a las almas antes llevadas.
