Los fundadores de youtube Chad Hurley (izq.) y Steve Chen (der.),
A pesar de los filtros, no es raro encontrar en la Red todo tipo de escenas, desde violentas hasta degradantes.
Entre los millones de videos de YouTube pueden aparecer imágenes de sus últimas vacaciones. Teléfonos móviles y minicámaras son capaces de grabarle sin que se entere. Quizá mientras navega por Internet encuentre estas imágenes, pero es más probable que, si existen, no llegue a verlas nunca.
Pero ¿y si las encuentra? Esto fue lo que le ocurrió a una familia madrileña que hace unos meses descubrió el video de uno de sus miembros en YouTube. El protagonista de las imágenes, un hombre de 46 años enfermo mental, había sido captado disfrazado de indio, mientras otras personas se burlaban de él. Ahora, después de varios meses de quejas y una denuncia de la familia, el canal -propiedad de la multinacional Google- ha decidido retirar el video por considerar que “viola los términos de uso” de la Web.
“Finalmente David pudo con Goliat”. Así acogió José Martín Roldán, el padre de Román, el enfermo mental que había sido grabado, la retirada del video. Aunque el arma utilizada para librar la batalla no fuera una honda, sino la opinión pública. Más de doscientos mensajes contrarios a la grabación clamaban por su eliminación en la comunidad de usuarios de YouTube.
Ahora la familia de Román quiere que las personas que grabaron y colgaron las imágenes respondan ante la justicia. Además, no descartan actuar legalmente contra YouTube que, aseguran, mantuvo el video durante días, al considerar que no incumplía sus términos de uso. La Agencia Española de Protección de Datos también ha iniciado una investigación que podría concluir en una sanción muy grave -de entre 300 mil y 600 mil euros- por la captación y difusión de estas imágenes. “Un delito considerado además mucho más grave en este caso porque se refiere a la salud de una persona”, declaró el director de la Agencia, Artemi Rallo. Aunque la responsabilidad de un archivo es de quien lo ha colocado en la Red, YouTube está obligada a retirarlo en cuanto la autoridad le advierta de la ilicitud del mismo, explicó.
“La dimensión de este problema es exponencialmente muy grande, porque estamos hablando de un medio global como Internet”, dijo Rallo, que explicó que la Agencia de Protección de Datos quiere impulsar una normativa internacional que eleve los niveles de privacidad en este medio, sin incurrir en la censura. “Habrá que plantearse un marco adaptado a las nuevas tecnologías, pero preservando nuestra intimidad”, declaró el director de la Agencia.
FILTROS EN LA RED
En YouTube los filtros son los propios usuarios. Decenas de millones de personas visitan cada día esta Web en la que se suben, según sus propios datos, seis horas de grabaciones al minuto. Una enorme comunidad de usuarios que son, según Rachel Whetstone, directora de Comunicación y Asuntos Públicos para Europa de Google, los que dictaminan si el video puede ser inadecuado o incumple los términos de uso del canal. “Si alguien marca el video como inapropiado se revisa y se decide si incumple las reglas. Si es así, se quita lo antes posible”, explica Whetstone.
Formalmente no se admite pornografía, imágenes violentas o cuyos derechos pertenezcan a terceros. Sin embargo a pesar de esto y de los filtros que ejercen los millones de usuarios, no es raro encontrar escenas que violan estos principios, desde contenidos violentos hasta fragmentos de películas o videoclips que, en teoría, están protegidos. Los mecanismos existen, pero la Red es inmensa y muchas veces se esfuma en ella la intimidad y la privacidad de las personas.
Además, como sucedió en el caso de Román, es frecuente que en cuanto se retira una grabación ésta vuelve a colgarse por otro usuario. YouTube es sólo el más popular de los muchos canales y sistemas para subir sus fotos o imágenes a Internet. Gracias a los enlaces, las ramificaciones pueden llegar a ser interminables.
El padre de Román tiene grabados en su ordenador los videos de su hijo y no descarta que otros lo hayan podido hacer también. No le falta razón, imágenes como las de su hijo circulan sin control por las redes P2P (del inglés peer to peer, entre pares) en las que se intercambian todo tipo de archivos. Una vez que llegan a ellas, son imposibles de frenar.
Del ocio a la política
Ya se cumplió un año desde que Chad Hurley y Steve Chen, dos jóvenes que ayer apenas llegaron a los 30 años de edad, vendieron su más grande invento a Google por mil 650 millones de dólares.
YouTube, creado en 2005, se ha convertido en el octavo sitio con mayor tráfico en Estados Unidos y es tan popular que cada minuto se suben siete horas de contenido a nivel global.
Luego de que YouTube se convirtiera en un espacio para las campañas presidenciales de Estados Unidos cuando el pasado julio CNN y el portal organizaran un debate en donde los ciudadanos podían interrogar a los candidatos demócratas, el sitio se convirtió en pieza clave en la política del país vecino.
Hurley expresa que YouTube es una plataforma que permite que los mensajes de los políticos lleguen directamente a los votantes, sin necesidad de intermediarios, como lo son los medios de comunicación.
“Queremos expandir este fenómeno globalmente ya que permite involucrar a más personas en la política”, asegura el joven empresario. (Agencia Reforma)