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La Reforma Electoral en Coahuila| No hagas cosas buenas...

Enrique Irazoqui Morales

Los temas nacionales siempre resultan aburridos a mil kilómetros de distancia, más o menos lo que hay de La Laguna a la Ciudad de México. Nuestro país es en verdad un lugar de terribles incongruencias, ¿cómo es posible que en el Distrito Federal viva aproximadamente un poco más del 20 por ciento de la población total en toda la república? Esa cifra de suyo es asombrosa, pero el que ese veinte por ciento concentre alrededor del 45 por ciento de la riqueza de todo el territorio nacional, es ya ilógico. Donde está el dinero está todo, así que las grandes ligas para la inmensa mayoría de los negocios –hay excepciones por supuesto y muchas- la política, la cultura, sólo se encuentran en la capital del país.

Hasta eso, los capitalinos cuando piensan en algo nacional incluyen a Guadalajara y Monterrey, que si se suman las poblaciones darán entre todos algo así como 40 millones de habitantes, aunque la riqueza de ellos combinada debe ser por ahí del 60 por ciento del total.

La resultante es pues que para los capitalinos, alrededor de 55 millones de mexicanos somos simples provincianos humildes que muy poco tenemos que decir y opinar sobre los asuntos nacionales.

Vale la pena comentar que el Distrito Federal tiene esa misteriosa capacidad de transformar a muchas de las personas que la vida los lleva a vivir allá y pronto se aclimatan a ese peculiar “snobismo” que resulta chocante para la gente simple, como los laguneros en general.

Todo esto viene a cuento por el asunto de la reforma electoral que se ha fraguado en el Congreso de la Unión y que ya ha sido aprobada por las dos Cámaras que lo componen: la Cámara de Diputados y la de Senadores, las cuales se constituyeron en las dos terceras partes para poder llevar a cabo la reforma a nivel constitucional, tal como lo ordena nuestra Carta Magna, falta la autorización de la mayoría simple de los congresos locales y la no-observación del Ejecutivo Federal para que ésta quede firme.

Aunque los periodistas residentes en la capital, que han logrado eco por distintos medios en toda la república, han escrito hasta la saciedad sobre el tema, específicamente los de prensa escrita, ya que la televisión y la radio, están resultando seriamente afectados con los cambios propuestos a las normas electorales, es importante señalar el ominoso abuso que han cometido los partidos políticos en cuanto a la propia reforma electoral.

Dos puntos son los más peliagudos desde el punto de vista jurisdiccional desde mi perspectiva: lo general en cuanto a la prohibición de candidaturas independientes y el sostenimiento de la no-reelección de diputados, alcaldes y senadores y la segunda y lamentable: la remoción aunque sea escalonada de los consejeros electorales del IFE.

Vayamos por partes, en cuanto a la cancelación definitiva de las candidaturas independientes y sostener la no-reelección de diputados, alcaldes y senadores, los tres partidos pactaron muy sencillo: ¡partámonos la madre entre nosotros! pero jamás permitamos que la ciudadanía participe en las decisiones de las cúpulas partidistas.

Con esto se consolida la partidocracia, que sustituye en la práctica a la democracia que se supone nos rige. El segundo punto versa sobre el acuerdo de la remoción del Consejo del IFE, era claro, PRD y PRI querían saldar cuentas con el árbitro que sancionó los comicios donde el pejelagarto mesiánico fue derrotado, en tanto el PRI desquitarse de la multa de más de mil millones por aquello de “Pemexgate”. En tanto el PAN, se vio obligado a ceder a cambio de la absurda reforma fiscal que está por salir. La obligatoriedad ahora del retiro de las campañas políticas a través de los medios electrónicos para ser ahora proyectadas sólo en los tiempos oficiales y bajo la vigilancia del IFE, es un asunto meramente de dinero. La televisión y la radio dejarán de percibir enormes cantidades de dinero por la reforma y no deja de ser un poco una revancha del poder político sobre el duopolio televiso, del inmenso control que sostienen las empresas televisoras sobre los candidatos y políticos en general. La verdad es que esta reforma da para mucha controversia, pero la consideración es que los puntos tratados resumen muy someramente su contenido.

En lo local y tema para nosotros, es que el gobernador Humberto Moreira ha aparecido en la televisión con cobertura nacional ya que se manifiesta en contra del principio de la soberanía de las entidades federativas que tiene derecho -entre otras cosas- a organizar sus propias elecciones y con la reforma se faculta al IFE en vigilar a los medios electrónicos locales en tiempos electorales.

En el fondo Moreira tiene toda la razón, en la capital se ha pactado una ley que nos atropella en cierta manera nuestra autonomía como Estado. Pero el Profesor lo que aprovechó es que los medios electrónicos le darían todos los espacios para quejarse al respecto y se aventuró a decir que ha dado línea para que la Legislatura de Coahuila vote en contra. Veremos si los diputados locales se sostienen, pero por lo pronto Humberto Moreira empieza a andar un camino con el que soñó su antecesor, Enrique Martínez, de llegar a la Presidencia de la República. Es muy temprano para ello y habrá que recordarle al Gobe que por muchas razones, a los laguneros nos ha quedado a deber más que al resto del estado.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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