“GANAS DE VIVIR”
La escuchaba atentamente mientras ella yacía en aquella cama de hospital, era una mujer todavía joven ya que contaba con 40 años de edad. Me platicó de su niñez cuando era muy niña perdió a su papá quien era de oficio albañil en un accidente de construcción, quedando a cargo de su mamá en aquel pequeño pueblo cercano a la ciudad de Saltillo, su madre que cargaba con cuatro hijos más y debido a la precaria situación económica la mandó a vender gorditas en la estación de ferrocarril arriesgándose la niña a sufrir algún accidente ya que cruzaba entre las máquinas del tren para poder vender su producto. Le gustaba mucho la escuela, pero le era difícil acudir por tener que trabajar para ayudar a su mamá y con dificultades terminó el tercer año de primaria. Su madre desesperada por la situación aceptó vivir en unión libre con un hombre mucho mayor que ella con la esperanza que pudiera hacerse cargo de ella y sus hijos; al principio el trato fue bueno, pero poco a poco fue mostrando su verdadera cara ya que era alcohólico y empezó a golpearla y a maltratar a los niños. Un día que andaba tomado y aprovechando que la mujer no estaba en casa, abusó sexualmente de la pobre criatura, amenazándola de muerte, y advirtiéndole que si le contaba a su mamá también ésta pagaría las consecuencias, por lo que aterrorizada prefirió no contarle nada a nadie. Una mañana salió al corral para lavarse la cara en un tanque que estaba a la intemperie cuya agua estaba a punto de hielo, dirigiéndose luego a la estación a vender sus gorditas, pero al llegar a la misma las demás vendedoras empezaron a burlarse de ella ya que le había dado una parálisis facial y su cara se le “enchuecó” aminorando notablemente la autoestima de la niña.
El tiempo pasó y ella fue creciendo hasta convertirse en una adolescente. Un día al llegar de la estación encontró a su madre tirada en el suelo de la cocina respirando dificultosamente, y gritando, pidió el auxilio de las vecinas quienes de inmediato llamaron a un doctor que ya no pudo hacer nada por la mujer quien había fallecido de una embolia.
Con todo el temor del mundo y pensando que ahora estaba más sola que nunca, decidió emigrar a esta ciudad en donde se empleó como sirvienta. Un día conoció a un jardinero de quien se enamoró y él se la llevó a vivir con él. Pero el hombre resultó también ser alcohólico y golpeador, resignándose a su suerte y procreando una hija, a quien como pudo le dio estudios y ésta logró recibirse de enfermera. No perdiendo la ilusión de que tal vez algún día ella podría regresar a la escuela. Un día empezó a sentir que le faltaba el aire así como una tos persistente que tenía tiempo que no se le quitaba, por lo que decidió consultar a un médico quien luego de practicarle algunos estudios la envió a un especialista, diagnosticándosele cáncer pulmonar muy extendido. Ella no supo de su diagnóstico pero su hija sí (situación de la que yo estaba enterado), y prefirieron decirle que tenía bronquitis para no alarmarla. Yo me desempeñaba en ese entonces como médico de guardia y fue cuando me contó su historia, ignorante ella de que padecía cáncer me dijo que ella “tenía ganas de vivir” y que tan pronto se aliviara se pondría a estudiar para terminar la primaria y si podía haría la secundaria. No pude evitar que los ojos se me llenaran de lágrimas y despidiéndome de ella para que no me viera llorar me retiré de su cama. Jamás la volví a ver.
Las Damas Vicentinas son una organización que tiene su origen en el apostolado que iniciara San Vicente de Paul quien nació en Ranquine, Francia en el año de 1581 y quien vivió hasta 1660. su fiesta patronal es el 27 de septiembre. Él fundó el día 25 de agosto de 1617 a las hermanas de la caridad organización de donde nacen varias asociaciones como son las Damas Vicentinas su presidenta actual es la Sra. Guadalupe Jiménez Morfín en la ciudad de Gómez Palacio, Dgo. Gracias a la información proporcionada por la sra. Carola Cardini de Villalpando, esposa de nuestro buen amigo Pedro Villalpando Aranda a quienes les enviamos un afectuoso saludo, logramos conocer que manejan desde hace siete años un comedor para niños en la colonia Flores Magón donde proporcionan un desayuno completo de lunes a viernes durante el año escolar y tienen un importante proyecto de construcción de un asilo de ancianos. También reparten despensas y realizan importantes obras de caridad en beneficio de la gente más humilde principalmente ancianos y enfermos si usted desea dar un donativo en especie o económico comunicarse al Tel.- 714-09-29 con la Sra. Yolanda Balza de Aguirre. Una de las grandes reflexiones de San Vicente de Paul (de quien hablaremos en fecha próxima) era que “al servir a los pobres se sirve a Jesucristo”. Felicidades a todas esas hermosas Damas Vicentinas que desinteresadamente sirven a los demás. ¡Hasta luego!
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