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?La vida ya no es igual?

Leopoldo Ramos

Familiares de las víctimas de Pasta de Conchos piden el peor castigo para Industrial Minera México: el retiro de concesiones.

El Siglo de Torreón

SAN JUAN DE SABINAS, Coah.- La vida no es igual después del 19 de febrero de 2006 en San Juan de Sabinas. La cotidianeidad de esta comunidad se trastocó con la tragedia de Pasta de Conchos donde perdieron la vida 65 mineros. A un año de distancia, los deudos sólo tienen un reclamo: justicia.

La profesora Maribel Rico Montelongo perdió a su hermano Gil en la explosión de la mina, desde entonces se convirtió en una de las principales activistas que reclama un castigo para la empresa Industrial Minera México (IMMSA).

?Gil era el centro de atención en la familia. Era el hermano mayor, al que todos consultábamos y al que todos le hacíamos caso. Era la guía de todos los hermanos y era el orgullo de mamá. Nada en la casa de mis padres se movía si Gil no daba el visto bueno. Era un hombre hecho y derecho?, recuerda Rico Montelongo.

Originaria de Agujita, villa carbonera de esta región, Rico Montelongo tiene claro que nada devolverá a su familia la estabilidad emocional, sin embargo, esto no es obstáculo para seguir su lucha.

?A Industrial Minera México le tenemos que pegar donde le duele, en el dinero y el peor castigo que las autoridades le pueden dar es el retiro de las concesiones que tiene para explotar los yacimientos de carbón?.

La tristeza se refleja en el rostro de la maestra cuando recuerda a su hermano muerto. Desde el 19 de febrero de 2006 su vida cambió drásticamente como la de otras 64 familias que perdieron a sus seres queridos en una explosión que fue noticia no sólo en México sino también a nivel mundial.

?Desde hace un año, cuando pasó todo esto, la vida en la familia ya no es igual, nos hace mucha falta, pero estamos conscientes de que si el Señor lo llamó fue por algo y creemos que su muerte y la de los otros compañeros debe servir para que la tragedia como la de Pasta de Conchos no se repita, por eso pedimos justicia, para que la situación no quede en un accidente más?, dice Rico Montelongo.

Hasta hace unos días las demandas de los deudos se limitaban a dos aspectos esenciales: la recuperación inmediata de los 63 cadáveres que permanecen en medio del filón y castigo con cárcel para los responsables de que la carbonera propiedad de Industrial Minera México haya operado con elevados índices de inseguridad. Ahora incorporaron a sus demandas una más:

?Queremos que una vez recuperados los cuerpos y cuando se castigue a los responsables de la tragedia, las autoridades, en este caso del Gobierno Federal, cancelen todas las concesiones que le han dado a Industrial Minera México y a su filial, Grupo México?, sentencia la maestra.

Ya nunca verán a su padre

Elvira Martínez Espinoza, de 33 años de edad, ya no sabe queé responder a sus hijos cuando le preguntan cuándo volverán a ver a su padre.

?¿Entonces ya no lo volveremos a ver nunca?, preguntan constantemente los hijos de Elvira.

?No. Nunca. Si van a ver algo va a ser un cajón, nada más.

Este es un diálogo común en la casa de Elvira, cuando la nostalgia y las ganas de llorar atrapan por las tardes a sus tres hijos y ella tiene que sacar fuerzas para contenerse y poderles explicar que jamás volverán a ver físicamente a su padre, ni siquiera dentro de un ataúd.

?Ya pasó un año y por naturaleza los cuerpos se descomponen y lo que me pregunto es qué nos van a entregar, por eso trato de explicarles a los niños que cuando nos entreguen el cuerpo de su padre no va a haber velorio ni nada, lo normal, como cuando cualquier persona muere. Les digo que nada más nos vamos a ir directito al panteón, a sepultarlo y ya?.

Elvira Martínez es aperlada, medianita, con el cabello color negro, largo, de voz serena. Nació en la villa carbonera de Palaú y hace 14 años se casó con Jorge Bladimir Muñoz Delgado, padre sus tres hijos: Tania, de 14; Cristian, de 12 y la pequeña Estefanía, de cuatro años de edad.

Antes del 19 de febrero de 2006 eran una familia normal, como cualquier otra. Jorge, su esposo, fue minero toda la vida. Trabajaba como operador general en la mina Pasta de Conchos y su tiempo libre lo llevaba desde atender a su familia hasta realizar trabajos extra para poder costear la construcción de su casa.

?Ése era su gran reto. Darnos nuestra propia casa y ya casi lo lograba, la construcción iba muy avanzada?, recuerda Elvira.

Pero hace un año Jorge se convirtió en uno de los 65 mineros que murieron cuando la mina estalló y se derrumbó por completo. Sus restos, como los de otros 62 trabajadores, siguen atrapados en medio del filón, a más de 150 metros bajo tierra, pues en todo este tiempo las brigadas de rescate sólo han recuperado dos cadáveres.

A lo largo de este año Elvira no ha tenido tiempo de ensimismarse como viuda, pues además de aparecer como madre y padre frente a sus hijos, encabeza los intereses de muchas mujeres que, como a ella, la mina les arrebató al esposo, al hijo, al hermano.

Elvira es sencilla y quizá por ello tiene un liderazgo natural entre los deudos. Considera que ha valido la pena la exigencia constante, permanente, para que se castigue a los culpables y se recuperen los restos de sus familiares.

?Ha sido un año de logros, como es la investigación y las autoridades muestran que tienen interés de castigar a los culpables, pero frente a esto el rescate (de los cadáveres) ha sido lentísimo. También ha sido un año de mucho desgaste emocional, físico, de mucho descuido de la familia, de nuestros hijos, quitamos tiempo de estar con ellos para estar aquí al pendiente de cómo van los trabajos?.

Que cierren la empresa

Para la profesora Rico Montelongo la empresa tiene seguros contra todo, incluso contra la muerte de los trabajadores por eso ahora parece no escatimar y aparece como una empresa preocupada por su gente, ?pero eso no es cierto, a ellos (los directivos de IMMSA) no les está costando nada la tragedia y están esperando que la situación se normalice para poder seguir extrayendo el carbón y seguir generando riqueza para ellos?, asegura.

Guillermo Iglesias López es ingeniero en Minas y tras la tragedia donde perdió a padre, ha destacado por su arraigo entre los deudos, quienes incluso le han confiado el análisis y validación de los reportes técnicos proporcionados por la empresa sobre las labores de búsqueda y las condiciones en que se encuentran los túneles de la carbonera.

Además, Iglesias López se ha encargado de la logística en la mayoría de las manifestaciones de protesta que los familiares de los trabajadores muertos han enderezado, a lo largo de los últimos 12 meses, en contra de la empresa.

Iglesias López coincide con la profesora en el sentido de que IMMSA debe ser castigada de manera ejemplar tras los acontecimientos.

?Nosotros creemos que no se trata solamente de que vayan a la cárcel los responsables de la tragedia. Eso es importante porque sentaría un precedente histórico, pero no es lo único?, aseguró.

La profesora Rico Montelongo explica que su exigencia ?se basa en algo muy simple, es una situación de sentido común: cuando el Gobierno extiende un permiso para que una empresa explote el subsuelo y extraiga carbón es porque esa empresa está capacitada para hacerlo y su capacidad no sólo debe ser técnica, sino también humana y laboral?.

El dinero no compra el dolor

A la semana siguiente de la explosión, la empresa Minera México extendió 65 cheques, uno para cada viuda, por 750 mil pesos por concepto de apoyo humanitario, cantidad independiente a la indemnización legal y al resto de las ayudas. A la fecha, Elvira Martínez es la única que no ha accedido al citado apoyo.

?Mi argumento para no recibir el dinero es la dignidad y el respeto a mi marido. No pueden comprarme el dolor con dinero. Nosotros no estamos aquí por dinero y desde el principio la empresa quiso manejar esto con dinero, pensaron que con dinero nos podían callar y yo no he accedido a ese recurso, más que todo, por dignidad.

?Cómo era posible que nos dieran dinero cuando lo que yo les estaba pidiendo era a mi esposo y hasta la fecha sigo en la misma postura, porque no estamos aquí para sacar un beneficio económico, estamos aquí porque los queremos a ellos?.

?Pero eres la única en esta postura?

?Sí. Soy la única. Las demás así lo decidieron. Yo no lo creí necesario. No me hace falta para poder estar aquí.

?¿Has batallado económicamente para mantener a tu familia?

?No, porque tenemos el sueldo triple que se nos está dando y con eso es más que suficiente y aparte las ayudas que las diversas instituciones nos han hecho llegar, el Gobierno del Estado con las becas para los niños, entonces en lo económico no me he sentido necesitada, además mi seguridad no depende de 750 mil pesos.

Elvira se convirtió en coadyuvante de las investigaciones que el Ministerio Público realiza para conocer las causas de la tragedia y deslindar responsabilidades y a su juicio como el resto de los deudos, a los directivos de IMMSA ?les dolería más que les quitaran la concesión y la producción, que ver a uno de sus miembros en la cárcel?.

Lo más complicado para Elvira ha sido explicarle a su pequeña de cuatro años lo que sucedió, a la fecha la niña hace planes para cuando se reencuentre con su padre.

?Yo espero que me entreguen a mi marido, sepultarlo y que se castigue a cada uno de los responsables, que se llegue hasta el fondo y se logre lo que queremos, que se les quite la concesión y que haya un cambio en la vida y en las condiciones de los trabajadores, que se valore a los trabajadores como lo que son, como personas. Que valga la pena la tragedia, que 65 vidas no sean solamente para que se queden en la historia, sino que sirva para que los que siguen trabajando tengan mejores condiciones de vida y tengan mejores salarios?.

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Escrito en: Pasta de Conchos

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