Ayer, dos microempresarios recibieron recursos por parte de Funtec para impulsar sus negocios en nuevos mercados dentro y fuera del país. (Fotorgrafía de Francisco Meléndez)
Después de un año de incubación dos empresas laguneras obtienen recursos para renovarse.
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Ayer fue un gran día para María del Carmen Martínez y Margarita Gutiérrez, ambas microempresarias de La Laguna de Durango. Después de un año de trabajar en la incubación de su negocio, por fin obtuvieron los recursos para innovar sus negocios por parte Fundación Mexicana para la Innovación y Transferencia de tecnología en la Pequeña y Mediana Empresa (Funtec), A.C..
María del Carmen es propietaria de Dulcería Lupita Rodrimar, es una empresa que elabora desde hace 50 años caramelo macizo, en tanto Margarita se encuentra al frente de Aloe Cevallos, empresa que nació hace cinco años y que se especializa en la elaboración de jugo de sábila.
El dinero que recibieron será aplicado para realizar cambios en las líneas de producción, de envase o etiquetado de los productos, buscando la primera exportar sus bebidas a Japón y en el segundo, consolidar el producto en la región y crecer fuera de La Laguna.
Con sabor a Aloe
Margarita Gutiérrez junto a Héctor Flores, gerente de ventas y director de Aloe Cevallos, respectivamente, acudieron por la mañana a la Incubadora de Empresas de la Universidad Juárez del Estado de Durango. Recibieron de manos de la coordinadora, Ana Luisa Flores, un primer cheque por 148 mil pesos.
Margarita manifestó que el interés de participar en la Incubadora nace a raíz de que se buscaba ser más competitivos. Relató que la idea del negocio nació por la intención ser emprendedores y tener un negocio propio. ‘Buscando y buscando’, Héctor comentó que detectó oportunidades en la producción de nopal, sin embargo, al realizar estudios se encontró que la sábila podría tener mejores oportunidades.
Desde hace cinco años producen sábila en tres hectáreas de superficie en La Popular Durango, Municipio de Gómez Palacio. Actualmente, el jugo de sábila es comercializado en la capital del estado, Monterrey y Ciudad Juárez, sin embargo, ahora quieren ampliar su mercado y exportar a Japón.
Graduados de su proceso de incubación, Margarita comentó que el apoyo que recibieron de la Incubadora de Empresas es la asesoría para mejorar la presentación y calidad de la bebida. Dando empleo a cinco personas, la microempresa tiene experiencia en ir tocando puertas en los mercados internacionales, ya que han viajado a Japón en dos ocasiones. Héctor explicó que realizarán mejoras en la presentación del producto, etiquetado y envase, actualizarán página de Internet y el tener una planta procesadora propia, ya que actualmente se maquina en otras ciudades del país.
Con planes de ir a Japón en septiembre de 2007 para participar en la feria Fiesta Mexicana, ambos se sienten emocionados de recibir este primer apoyo económico, el cual servirá para la compra de envases y el etiquetado de los productos, entre otros.
Endulzan la competencia
María del Carmen Martínez Mora, propietaria de Dulcería Lupita Rodrimar es otra microempresaria que también estuvo en el proceso de incubación durante un año.
En sus hombros tiene la gran responsabilidad de renovar la empresa familiar que tiene 50 años de estar operando dentro del mercado. Su fundador Andrés Rodríguez Mendoza fue el creador de las conocidas bolitas de menta, paleta de corazón o lápices de dulce de colores.
Comentó que decidieron participar dentro del programa de incubación porque buscaban actualizarse para competir dentro del mercado. Aunque afirmó que “la calidad siempre ha estado en los dulces” que elaboran, sintieron la necesidad de hacer innovaciones para lanzar nuevos productos al mercado y crecer en nuevos mercados.
La empresa actualmente elabora 80 cajas de caramelo macizo al mes y se distribuyen en Gómez Palacio, Monclova, Chihuahua, Zacatecas y algo en Torreón. En el negocio laboran cinco personas, tres de ellos son familiares.
María del Carmen consideró que es el momento oportuno para que agregar nuevas variedades de producto, aprovechando el ser los fabricantes originales de muchas golosinas que disfrutaron varias generaciones atrás.
En su caso recibió un solo cheque por 100 mil pesos, recursos que serán aplicados no sólo a la compra de materias primas, sino a realizar cambios en imagen, envases y etiquetas, las cuales les sean más atractivas a los chiquitines. Los planes son expandirse en plazas como Parral, Chihuahua y en otras ciudades de Zacatecas.
