El Departamento de Encuestas y Sondeos de Opinión, de El Siglo de Torreón, publicó un estudio realizado el pasado mes de agosto; lo hizo como parte de la información aportada durante los festejos del Centenario.
Indudablemente, los laguneros tenemos particularidades que nos caracterizan; entre otras: no haber sido conquistados sino colonizados, realidad que de inicio cimenta una idiosincrasia diferente; ser habitantes del semidesierto, con retos particulares; mezcla de culturas distintas y genética diversificada, creando un grupo social que toma como natural las manifestaciones culturales ajenas; etc. Así, no es extraño que contemos con una mezquita o tengamos festejos orientales y medio orientales.
Tal vez, por esa cultura diversificada, somos tan abiertos a personas de otras regiones y consecuentemente considerados como excelentes anfitriones.
El orgullo y hasta la presunción nos son común, sin duda es legado de hombres y mujeres que supieron venir y ser —vencer– en un ambiente agreste, amenazados permanentemente por grupos indígenas y bandoleros. Trabajadores, porque es necesario el sobreesfuerzo para surcar la tierra árida, pastorear animales y administrar el agua: cuando existía mucha, sin controles de presas, igual dejaba beneficios o arrasaba el esfuerzo de meses, o actualmente, con la escasez imperante.
Alegres, como asienta el corrido de González Domene: “dicen que andamos en la uva bebiendo las viñas y malgastamos dinero; es que en mi bella Laguna sí vale la vida y el divertirse es primero”; ¿y cómo no?, si luego de meses de trabajo arduo y hasta sacrificio había méritos sobrados para atender al espíritu.
Actualmente, por el efecto de globalización y comunicación instantánea, los laguneros mostramos particularidades que, en lo general, son similares al resto de México, pero sin abandonar nuestra herencia cultural que apenas comienza a crear costumbres y conformar cultura propia.
La primera diferencia está en nuestra escolaridad, con 10.02 años de estudios, contra los 8.14 de la media nacional. Otra, la proliferación de la oferta educativa, con alternativas variadas, muy evidente en la superior, con casi treinta distintas universidades reconocidas y otras varias de calidad no confirmada. Llama la atención que 19 de cada 100 encuestados declararon hablar inglés y 2 de 10, francés; desgraciadamente sólo 2 de cada 5, estudian carreras técnicas, en una región que ha virado su vocación a lo industrial y requiere de muchos técnicos capacitados. Vale la pena hacer notar que las ingenierías tienen más estudiantes a nivel universitario que en algo abate el desequilibrio. Desafortunadamente estamos preparando “muchos generales” a los que les faltarán “soldados” para enfrentar la batalla de la competitividad.
La distribución económica de la región mostró que el comercio y servicios ocupan 34%, seguidos por la industria con 33%, quedando en “otros” la agricultura, parte del 22% universal. Aunque la vocación lagunera vaya cambiando del comercio a lo industrial, hay advertencias para atender: el agua y la contaminación ambiental son dos de las amenazas ya presentes y podemos tomar experiencias ajenas, caso de Nuevo León. Vale la pena mencionar una cifra que requiere reflexión: el 16% de los hombres desempleados declaró que: “no quiere o le da flojera buscar trabajo”.
Los laguneros decimos ser felices: 66 de cada 100. Entre los datos que pueden cruzarse para encontrar explicación está: el 83% declara tener casa propia, 66% economía familiar estable, pudiendo sumarse al 21% que contestó vivir “sanamente”; en total, 87 de cada 100 personas entrevistadas no sienten grandes presiones económicas. 36% dijeron no adeudar y de los que sí deben, el 47%, es con algún centro comercial, 40% en tarjetas de crédito y 28% tiene pendientes con algún familiar. ¿Orgullo o verdad?
A la pregunta ¿qué tipo de alimentos consume?, 63% respondió: carne, pescado, huevo y el 58% leche y sus derivados, que contrastan con el 1% de grasas, aceites y derivados; sólo el 10% papas, legumbres y frutos secos. Habrá que revisar el dato, porque tenemos altos índices de obesidad y diabetes.
El 74% dijo leer, al menos, un libro anualmente y utilizar 2.3 horas en Internet. Puede ser reflejo del alto nivel de educación, aunque volvemos a caer con 2.24 horas perdidas en ver, generalmente, mala televisión.
Desde luego que la encuesta, como todas, sirve para orientarnos sobre las condiciones generales de los torreonenses, tanto ventajas como claras advertencias de la problemática vivida; más importante aún, los retos que debemos atender, caso particular el ecológico.
La muestra nos confirma que tenemos características que nos hacen peculiares y contamos con áreas de excelencia -como la escolaridad-, ventajas competitivas para aprovechar; otras –como el mucho tiempo perdido- las podemos combatir hasta mejorar.
Bienvenido el inicio del Segundo Centenario; esperemos sea utilizado inteligentemente y que nuestra región siga sobresaliendo como una de las zonas económicas más importantes de México; también por tener hombres y mujeres alegres, amistosos, acostumbrados a los grandes esfuerzos, que han logrado trascender para bien.
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