Según un estudio, adolescentes y jóvenes de entre 12 y 24 años son quienes más navegan.
Aunque no se diga muy alto, los crímenes cometidos en agravio de menores por medio de una computadora han tenido, según expertos, un incremento sin precedentes, tanto en México como en el mundo.
Derivado de la velocidad del desarrollo tecnológico y las crecientes oportunidades de acceso a Internet; según informes de la Policía Cibernética, la Red ha sido utilizada no sólo por organizaciones criminales de pedófilos que promueven y transmiten pornografía infantil; sino por bandas internacionales de prostitución, que utilizan sistemas informáticos como medio de promoción y sobre todo de reclutamiento.
Tal es el caso del joven estadounidense Justin Berry, prostituido de los 13 a los 18 años de edad, a través de una cámara Web desde la computadora de su habitación, hasta que un reportero del New York Times, Kurt Eichenwald, lo contactó ?sin que Justin lo sospechara? y así develó su historia.
El diario lo convenció para que dejara el negocio y contribuyera a proteger a otros jóvenes en peligro, por lo cual lo puso en contacto con el Departamento de Justicia estadounidense y se obtuvo los nombres y los datos de las tarjetas de crédito de los clientes que pagaron a Justin para que actuase ante la cámara Web, analizando así los antecedentes de 300 pederastas.
Al mismo tiempo, un estudio sobre Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2006, elaborado por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), da a conocer que son los adolescentes y jóvenes, de entre 12 y 24 años quienes más navegan por Internet.
Este grupo representa 59 por ciento del total de usuarios de nivel socioeconómico alto y medio alto, con un incremento de tres millones de usuarios en relación con el año pasado.
El estudio de AMIPCI también reporta que 58 por ciento de los cibernautas mexicanos es de hombres, mientras que 42 por ciento es de mujeres.
Asimismo, cifras del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) revelan que la Red es utilizada en 61 por ciento para la obtención de cualquier tipo de información, seguido de actividades de comunicación como el correo electrónico.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a través de la División de Policía Cibernética ha detectado 397 comunidades o sitios Web con pornografía infantil, de las cuales 197 son mexicanas.
Esta corporación también tiene conocimiento de la existencia de cuatro millones de sitios Web que explotan la pornografía, 60 por ciento de ellos es con fines lucrativos, es decir, el sitio exige el pago del ?servicio? por medio de la tarjeta de crédito del usuario y 40 por ciento es de intercambios de fotos y videos persona a persona.
Según la Policía Cibernética, la innovación tecnológica ha creado nuevos retos para la seguridad y la privacidad, pues los medios de comunicación actuales, transformando nuestra convivencia, se han convertido en un riesgo y una oportunidad.
De modo que, según una iniciativa de Ley propuesta el 22 de marzo de 2000 ante el pleno de la Cámara de Senadores de la 50 Legislatura, están considerados como delitos informáticos ?todas aquellas conductas ilícitas susceptibles de ser sancionadas por el derecho penal, que hacen referencia al uso indebido de cualquier medio informático?.
Delitos cibernéticos
?El anonimato de los cibernautas y la velocidad de la información han transformado a la Red en el paraíso de la pedofilia?, comenta el sociólogo Érick Gómez Tagle, investigador asociado de la Red de Investigadores Latinoamericanos por la Democracia y la Paz y miembro de la Coordinación Nacional para Prevenir, Atender y Erradicar la Explotación Sexual Comercial Infantil.
Para el experto es claro que actualmente Internet se ha convertido en uno de los medios de comunicación e información más utilizado, sobre todo por los jóvenes, quienes están más familiarizados con las nuevas tecnologías.
?Entre otras cosas, otorga indiscriminadamente a toda persona que tenga acceso a una computadora conectada a la Red, la posibilidad de visitar sitios de información de toda clase de temas, entre los cuales encontramos una muy amplia gama de páginas pornográficas
?Esta situación ha provocado que exista mayor consumo de pornografía en todo el mundo y que actualmente sus principales consumidores sean las personas más jóvenes, debido a la facilidad para ingresar a esos sitios, con el agravante de que la pornografía que se exhibe es cada vez más grotesca, agresiva y fuera de la realidad, debido a la competencia entre productores interesados en conseguir una mayor cantidad de visitantes, clientes y suscriptores?, alerta Gómez Tagle.
A su entender, cuando la pornografía muestra la realidad distorsionada, a través de escenas en las que impera la pedofilia, la zoofilia, el sadismo o cualquier otro tipo de desviación o de contenido extremadamente fuerte, ésta puede dañar la sexualidad de las y los jóvenes de muchas maneras, ya que en el futuro es probable que caigan en conductas violentas con actos sádicos, pedófilos, masoquistas, o asfixiofílicos, entre otros.
Prostitución por correo
A su vez, para Teresa C. Ulloa Ziáurriz, directora regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas para América Latina y el Caribe, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual se ha disparado en los últimos cinco años en mil por ciento y a su entender, los productores y vendedores de material pornográfico contribuyen como responsables directos de esta situación.
En este sentido, uno de los objetivos de la organización que dirige Ulloa, es llamar la atención del mundo entero contra la oferta y venta de novias por correo; lo cual, a su entender, forma parte de la explotación sexual y violencia contra las mujeres.
Según sus investigaciones, México es un país de origen, tránsito y destino de la trata de personas y los destinos más frecuentes del tráfico ilegal de mujeres y niñas mexicanas para la industria del sexo (incluido la exposición de escenas sexuales por Internet) son España, Japón, Holanda, Alemania y distintas ciudades de Estados Unidos y Canadá.
?En México también existe trata interna, de las zonas rurales o de las provincias a las grades zonas urbanas, zonas fronterizas o centros turísticos?, agrega Ulloa Ziáurriz en la obra Estado de Derecho y trata de personas para la explotación sexual comercial.
Del mismo modo, Gómez Tagle agrega que en la llamada comunidad virtual (conjunto de personas que coinciden en tiempo y en espacio virtual en la Red), que mantienen aspectos en común, como el lenguaje, intereses, gustos, etcétera, que a su vez, conforman un núcleo social delimitado por un chat (espacio cibernauta donde se mantienen conversaciones de manera simultánea); las personas no usan su nombre propio para identificarse en los ?chats? pornográficos, sino que hacen uso de un sobrenombre, lo cual propicia ?a decir del experto? la despersonalización.
?En el espacio virtual, los usuarios no tienen rostro, ni nombre. Además pueden comunicar toda clase de fantasías, sin que exista la posibilidad de ser juzgado, (al menos no a la persona propiamente, sino al sobrenombre que está usando). El uso de un sobrenombre o nick name y el no exponer la propia imagen corporal, facilita que una persona que es moralmente respetada por su núcleo familiar y laboral, se conduzca de manera recta dentro de esos ámbitos, y a su vez se desenvuelva en la comunidad virtual como un hombre o mujer diferente, flexibilizando radicalmente su moral, expresando e incluso exagerando sus fantasías y haciendo acuerdos con sus pares de la comunidad para intercambiar pornografía?, comenta.
En rigor, informes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), señalan que tan sólo en Estados Unidos el negocio de la pornografía infantil genera una cifra anual de entre dos mil y tres mil millones de dólares.
Como consecuencia del crecimiento descontrolado de este fenómeno también llamado ciber-crimen, (cuando se utilizan computadoras o cualquier medio informático como herramienta, medio o como un cómplice para realizar un delito); a decir de los expertos uno de los problemas más importantes para la persecución de estos delitos tiene que ver con la rapidez que ofrece la publicación electrónica para poner y quitar información de cualquier tipo y formato en Web.
Crimen en el ciberespacio
Para los investigadores Octavio Islas y Fernando Gutiérrez, autores del libro Internet: el medio inteligente, la Policía Cibernética vigila la Red mediante sistemas convencionales para rastreo.
Por lo que hace a los delitos cometidos contra personas menores de edad, ?su patrullaje se centra sobre hackers, sitios de Internet, comunidades y chat rooms, en los que se promueve la pornografía y el turismo sexual infantil.
?La Policía Cibernética utiliza Internet como instrumento para detectar delincuentes que organizan sus actividades en algún lugar del ciberespacio. Además se realizan análisis sobre actividades de organizaciones locales e internacionales de pedofilia así como de Redes de prostitución infantil y Redes de tráfico de menores que los explotan en otros países?, aseguran.
Para Islas y Gutiérrez, respectivamente, en el caso de México, la actividad de la Policía Cibernética resulta delicada; pues, a su entender, en cierta medida puede atentar contra las garantías individuales plasmadas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
?El Gobierno mexicano, así como otros gobiernos del mundo, enfrentan actualmente el desafío de combatir enérgicamente el crimen en el ciberespacio, considerando aspectos de gran importancia como son la territorialidad, la privacidad de los ciudadanos, la seguridad nacional, el derecho a la información, la libertad de expresión, el desarrollo de nuevos mecanismos de seguridad, el adiestramiento constante de los órganos vigilantes, la legislación vigente y la colaboración de la iniciativa privada y la sociedad.
?Combatir el crimen del ciberespacio sin atentar contra las garantías individuales significativas de los ciudadanos es un gran reto para el gobiernos?, afirman.
En este sentido, la Secretaría de Seguridad Pública indica que a un pedófilo, después de haber conocido a un menor en un chat de Internet, le toma 15 días para poder tener relaciones sexuales con él o ella, utilizando palabras infantiles para que las y los niños las tecleen y entrar así a sitios pornográficos.
Asimismo, la mayoría de los individuos -que están afectados por el fenómeno de la pedofilia- es de edad madura y en mayor medida del género masculino y por último, la estadística mundial refiere a los menores entre siete y 13 años como las víctimas más vulnerables de abuso sexual infantil, aseguran.
Una realidad distorsionada
Por último, para Érick Gómez Tagle, también profesor investigador de la Facultad de Derecho y coordinador académico del Centro de Investigaciones de Derecho y Técnicas de Creación Normativa (Cideten), la pornografía, específicamente la que se encuentra en Internet, puede ser, en principio, una forma ocasional de buscar placer sexual, a través de imágenes ?normales? de sexo. Sin embargo, por el contrario, si la pornografía muestra la realidad distorsionada, los niños y los adolescentes, por su vulnerabilidad son proclives a sufrir traumas que pudieran determinar cierta conducta negativa en su vida adulta.
?No quisiéramos afirmar, en ningún momento ?enfatiza el experto? que la pornografía que muestra escenas pedofílicas, es la culpable de la pedofilia; pero el uso continuo de un estímulo como éste, puede llevar al sujeto al desvanecimiento de la culpa y a considerar la pedofilia como un acto común, lo cual podría conducirlo a buscar placer en una actividad que supone la violación de una prohibición mayor. Al respecto hay investigaciones clínicas de sujetos con esta patología caracterizándolos generalmente como personas retraídas, amables, laboralmente estables y con familia, la cual desconoce sus conductas en esta vía?.
A su vez, según el especialista en informática, Anderson Miranda, muchas imágenes pornográficas en la Web son ficticias o truqueadas, ?pero los coleccionistas quieren y exigen realidades y pagan entre 100 dólares por una foto y mil dólares por un video inédito, en el cual los adolescentes anuncian los horarios de su próxima masturbación para los clientes que pagan por actuación o por una suscripción mensual?, concluye.