REACCIONES| La varicela es una enfermedad altamente contagiosa que provoca erupciones vesiculares en la piel.
Es un grave error exponer intencionalmente a los niños al virus de la varicela.
MÉXICO, D.F.- La creencia popular ha hecho que, por tratar de remediar algún mal, sólo logremos empeorarlo.
Contagiar a los niños de varicela para evitar que la contraigan de adultos, en vez de vacunarlos, es una practica cotidiana en el país, pero también un grave error.
En algunas familias mexicanas aún se vive la denominada "fiesta de la varicela", ya que muchas madres consideran que el contagio de sus hijos, a través de los hermanos, primos o amiguitos infectados, es la mejor forma de evitar que la enfermedad aparezca en la vida adulta.
Ellas consideran que es mejor inmunizar a los pequeños infectándolos con la enfermedad que vacunarlos, y es precisamente durante el invierno que el contagio de este virus se intensifica.
Pese a lo que se cree, esta práctica no es conveniente, pues cada niño reacciona de forma distinta a la enfermedad, e incluso se podría poner en riesgo la vida del menor.
Los efectos de la enfermedad
La varicela es una enfermedad altamente contagiosa que provoca erupciones vesiculares en la piel.
Se le asocia con malestar, fiebre y en ocasiones puede causar serias complicaciones como neumonía, daño al cerebro e incluso la muerte, dependiendo de muchos factores, algunos de ellos hasta hoy desconocidos.
Los síntomas se manifiestan desde el día 7 al 21, después del contacto con una persona infectada, iniciando con un cuadro febril no específico.
Cuando se contrae varicela, aparecen erupciones cutáneas que fácilmente pueden confundirse con el piquete de mosquito, seguidas de vesículas (ámpulas), las cuales contienen en su interior partículas virales viables con capacidad de contagiar a otros. Todo lo anterior se asocia con malestar general, dolor de cabeza y comezón intensa.
En promedio, un pequeño puede desarrollar de 250 a 500 pequeñas ampollas, todas ellas susceptibles de infectarse debido a las bacterias del medio ambiente o por rascar las ronchas con las manos sucias. Sin embargo, si las defensas del niño son bajas, pudieran presentarse algunas de las complicaciones señaladas.
Los chicos con varicela eventualmente corren el riesgo de quedar con cicatrices en las partes afectadas debido a las erupciones cutáneas propias de la enfermedad, lo que ocasionaría problemas de inseguridad en su vida futura, como consecuencia del daño estético.
El riesgo de contagio por el virus de la varicela es alto, ya que la mayor transmisión de la enfermedad ocurre a través del contacto con las vesículas de pacientes con la enfermedad, sin embargo desde dos días antes de aparecer las lesiones en la piel, el individuo ya transmite el virus.
Afortunadamente, con la vacunación es posible proteger a los hijos contra la varicela, ya que ofrece un rango de eficacia muy alto, evitando así que se presente durante la infancia y en la edad adulta, época de la vida donde las manifestaciones pueden ser muy severas.
Y para el caso de los niños que fueron infectados, éstos pueden regresar a sus actividades normales una vez que las lesiones cutáneas se han convertido en costras, cosa que ocurre en un lapso de entre 10 a 14 días después de iniciados los síntomas. Sin embargo, siempre será mas conveniente la evaluación médica.
Es importante saber que una vez que el niño ha sido contagiado con el virus de la varicela, aún puede recibir la vacuna dentro de un plazo de 72 horas, a fin de prevenir o modificar la evolución de la enfermedad.
Los expertos recomiendan a los padres eliminar la costumbre de exponer intencionalmente a sus hijos al virus de la varicela, y mejor llevarlos a vacunar para protegerlos.
La incidencia de la varicela en México sigue siendo muy alta en los infantes: la mayoría de los casos (85%) surge antes de la edad de diez años, usualmente entre los dos y los seis. Suele ser benigna en niños con buena salud, pero grave en recién nacidos, sujetos inmunodeprimidos (con defensas bajas) y adultos, entre quienes según las estadísticas, la tasa de mortalidad es 25 veces más alta que en los niños menores de 13 años.
De la insistencia en la previsión de vacunar a los pequeños se ha logrado que la varicela aparezca cada año en solo 1% a 4.4% de los vacunados, contra alrededor de 85% entre los niños no vacunados menores de 10 años.