Cuatro mesas de trabajo y una conferencia magistral se efectuaron previo a la conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, organizadas por la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Las instituciones que atienden y buscan prevenir el fenómeno de la violencia, están comprometidas a conformar redes que trabajen hacia una sola dirección y no en forma aislada como hasta ahora ha ocurrido.
Norma Bárbara Bueno Recio, presidenta de la agrupación civil “Dignificar los derechos de la mujer”, consideró que de nada sirve la proliferación de dependencias y organismos abocados a este problema social si cada una opera por su lado y hasta se repiten las acciones o programas.
Por el contrario, dijo, la idea es que se involucren todos los ámbitos, desde las agencias del Ministerio Público que atienden los delitos sexuales y demás agresiones físicas en contra de las mujeres, las instituciones de salud y todas aquellas que están directa o indirectamente relacionadas con el fenómeno.
Incluso, esta situación ha impedido que se cuente con un diagnóstico real de la problemática y con base en ello se acuerden programas en conjunto, pues cada institución o dependencia tiene sus propias estadísticas de acuerdo a la atención que brinda.
“Precisamente con esas actividades buscamos propiciar esa unión de esfuerzos y la generación de propuestas que se puedan traducir a los hechos, llevándolas hasta los diputados locales que tienen la facultad de reformar las leyes”, dijo en torno a las mesas de trabajo que se realizaron, como parte de la conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.
En esta jornada de trabajo se analizaron diversos temas, como Violencia intrafamiliar, Salud, Derechos Humanos y la Procuración de Justicia, en lo que constituyó el primer foro organizado por la asociación civil en forma coordinada con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Durango, mediante su representación en Gómez Palacio.
Bueno Recio explicó que el objetivo general de las mesas de trabajo, es resumir las propuestas en torno a un nuevo marco legal y de salud, para hacerlas llegar a los diputados locales y éstos las consideren en la modificación y reformas a las leyes.
En ese sentido, indicó que el estado de Durango presenta un marcado retraso en cuanto a la aplicación de penalidades contra quienes ejercen violencia hacia la mujer, pues quienes llegan a ser denunciados por este hecho recuperan su libertad tras el pago de una fianza y esto complica la situación intrafamiliar, e incluso empeora las condiciones de las víctimas.
De ser posible, dijo, la violencia contra la mujer debería perseguirse de oficio, en tanto que los encargados de las agencias del MP que atienden estos delitos tienen que mostrar una mayor sensibilidad, pues sigue habiendo resistencia para colaborar y mejorar la atención hacia las afectadas.
En lo que respecta a los números de su agrupación, Norma Bueno destacó que en el transcurso de este año se ha brindado atención a 498 mujeres, todas víctimas de violencia doméstica en cualquiera de sus modalidades.
Estadísticas
Actualmente, cada 18 segundos una mujer sufre de violencia en alguna parte del mundo; por desgracia este no es un tema nuevo sino que se remonta a las primeras generaciones de seres humanos y prevalece de manera cada vez más contundente y lamentable como consecuencia del sexismo cultural.
Ricardo Ruiz Carbonell, coordinador de Proyectos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), impartió la conferencia magistral alusiva al Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, enfatizando que la propia sociedad se ha encargado de imponer ese sexismo, a través de diversos aspectos como el uso del lenguaje, las religiones y la aceptación de la propia violencia como algo normal.
Aunque a lo largo de la historia se han desarrollado infinidad de movimientos para tratar de exterminar la cultura de la discriminación, falta mucho por hacer y ante la situación que ahora se vive “debemos adelantar la lucha para que ojalá, algún día este tema quede en el pasado”.
Ruiz Carbonell destacó que generacionalmente se le ha atribuido a la mujer el rol de esposa y madre con funciones reproductivas y de sometimiento “que para la sociedad cumple mejor si se muestra tierna y débil y sonríe ante cualquier circunstancia”.
El propio uso del lenguaje, dijo, es discriminatorio, pues el 88 por ciento de los términos se emplean en masculino, mientras que todas las religiones existentes, dictan normas que violentan los derechos y la libertad de las mujeres.