Hace algunos días las autoridades de Salud levantaron tres toneladas de cacharros en Torreón
TORREÓN, COAH.- Con las lluvias, llega la alerta a la Secretaría de Salud porque tan sólo en Torreón y Matamoros en 2006 se registraron 97 casos de dengue clásico y uno hemorrágico. Hasta la semana pasada la Jurisdicción Sanitaria VI y la Dirección de Salud Municipal levantaron tres toneladas de cacharros, distribuyeron 13 bultos de abate (de 16 kilos cada uno) y fumigaron ocho hectáreas.
Pero como en los hogares se encuentran los principales criaderos del mosco transmisor del dengue, la Secretaría de Salud exhorta a la ciudadanía a colaborar con las brigadas que recorren las colonias y ejidos de Torreón, con el fin de eliminar cualquier riesgo.
Humberto Flores Muñoz, epidemiólogo de la Jurisdicción Sanitaria VI, informó que en 2007 se confirmó un caso de dengue clásico, el cual es calificado como “importado” porque la persona enfermó en Acapulco; además se reportaron cuatro sospechosos que resultaron negativos, es decir, las personas tenían otros padecimientos como resfriados fuertes o cuadros diarreicos.
“Ambas dependencias (jurisdicción y Salud Municipal), nos preparamos con tiempo para evitar que los casos de dengue clásico se conviertan en hemorrágicos, pero es muy importante la participación de la ciudadanía porque la mayoría de los criaderos están dentro del hogar”.
El dengue es una enfermedad infecciosa aguda de etiología viral, transmitida por mosquitos del género Aedes. La infección viral puede producir un cuadro asintomático, cuadros de fiebre indiferenciada, fiebre clásica de dengue (DC), dengue hemorrágico (DH) o síndrome de choque por dengue (SCHD).
Los cuerpos de agua donde se lleva a cabo la fase acuática del Aedes Aegypti son comúnmente llamados criaderos. En general, son producidos por el hombre y ubicados dentro o cerca de las casas. En forma potencial, todo recipiente capaz de contener agua y con la presencia del mosquito puede transformarse en criadero.
De acuerdo al Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (Cenave), el tamaño de los criaderos puede variar, e ir desde la tapa de un envase de refresco hasta una cisterna; pueden ser artificiales (plástico, metal, madera y cemento) o naturales (como son las axilas de los árboles, plantas o pequeños encharcamientos debidos a los accidentes del terreno).
La disponibilidad de agua es muy importante para aumentar la probabilidad de que los recipientes puedan convertirse en criaderos de mosquitos; en este sentido, pueden convertirse en criaderos los almacenes de agua de uso doméstico (tinacos, pilas, tambos, bebederos de animales o floreros), almacenes temporales, tales como llantas de vehículos y demás recipientes sujetos a llenarse de agua de manera premeditada, accidental o natural por efecto de la lluvia.
Además, estos criaderos pueden estar dentro o alrededor de las casas. A esto se debe, entre otras causas, a que existan épocas en la variación de las densidades de mosquitos, paralelas a los cambios climáticos.
Según el Cenave, la hembra del Aedes Aegypti deposita huevecillos alrededor de las partes húmedas de los cuerpos de agua. Hay preferencia a ciertos tipos de criaderos, dependiendo de su oxigenación, temperatura, humedad, disponibilidad de alimento, capacidad y estabilidad del agua, color y olor, entre otros, aunque esto no es limitante para encontrar ocasionalmente una gran diversidad de criaderos. La rapidez con que se desarrollan las larvas y pupas depende en gran medida de las características del microambiente.
Los tres tipos de dengue y sus síntomas:
El dengue clásico: los signos y síntomas, conocido también como “trancazo” o “fiebre quebrantahuesos”, se presentan después de un periodo de incubación de cuatro a siete días (mínimo tres, máximo 14) y se caracteriza por un cuadro febril, de inicio brusco, con cefalea intensa (generalmente frontal), mialgias, artralgias y dolor de ojos (retroocular) que se incrementa con los movimientos oculares.
La presencia de esta forma clínica debe ser objeto de seguimiento exhaustivo para establecer su posible evolución hacia Dengue Hemorrágico o síndrome de choque por dengue.
Dengue hemorrágico: Se caracteriza por la presencia de hemoconcentración debida a la fuga de plasma al espacio extravascular por el aumento en la permeabilidad de los vasos sanguíneos, lo que determina la severidad del cuadro clínico y lo diferencia del dengue clásico.
Dicha hemoconcentración se manifiesta por hematocrito elevado y con frecuencia por la presencia de hemorragias (epistaxis, gingivorragia, sangrado urogenital, sangrado en sitios de punción, hemoptisis y sangrado del tubo digestivo) y extravasación de líquidos (equimosis, hematomas o petequias).
Otros síntomas que suelen acompañar al hemorrágico son: dolor en área hepática, dolor abdominal, derrame pleural, ascitis, edema en diversos órganos, hepatomegalia o esplenomegalia, leucopenia inicial y leucocitosis posterior, hiponatremia, hipoalbunemia, hipotensión con tendencia al acortamiento en el intervalo sistólico o diastólico.
Síndrome de choque por dengue: suele presentarse en el curso de un cuadro de dengue hemorrágico, por lo general entre el tercero y quinto día de evolución; sin embargo, de acuerdo a literatura, puede manifestarse inmediatamente dos o tres días después de un clásico y excepcionalmente en pacientes asintomáticos o con cuadro febril inespecífico de dengue.
Como en todo cuadro de choque, hay manifestaciones de insuficiencia circulatoria: piel fría y congestionada, cianosis peribucal o de las extremidades, vómito, llenado capilar lento, taquicardia, tensión arterial disminuida o imperceptible, pulso rápido y débil o imperceptible, oliguria; puede haber además inquietud, agitación y alteraciones en el estado de conciencia, como letargo o confusión.
Se han identificado los siguientes signos de alarma que hacen inminente el cuadro de choque en un paciente de dengue hemorrágico, permitiendo un manejo oportuno:
- Dolor abdominal intenso y sostenido que pasa a ser uno de los componentes sintomáticos del cuadro al dato cardinal.
- Vómito persistente.
- Caída brusca de la temperatura, de hipertermia a hipotermia, con frecuencia acompañada de sudoración, adinamia y lipotimias.
- Inquietud o somnolencia.
FUENTE: CENAVE