Por dondequiera surge el comentario de los vocablos que se dice que la Academia de la Lengua ya aceptó y hay gente incluso que está muy indignada porque dice ¿Pero cómo se les ocurre autorizar todas esas groserías si ya de por sí somos deslenguados o mal hablados y luego con el permiso de los señores académicos, pues entonces la cosa va a estar pior y ya sabe usted que dice la gente que pior es peor que peor...
Lo que pasa es que hay qué entender claramente las funciones de la Academia Española y sus afiliadas en los países de habla hispana.
Recordemos que el lenguaje está vivo... Uy, es como un animalito que se mueve, que crece o más bien dicho, cambia constantemente. Es un ser vivo como yo o como usted que hoy no somos iguales que ayer ni vamos a ser así mañana.
Recordemos también que el uso y la costumbre son fuente del idioma. Entonces un barbarismo por más bárbaro que sea, la gente lo usa y lo usa tantas veces que en un momento determinado deja de ser barbarismo y se convierte en un neologismo que es una palabra nuevecita y de paquete, chico.
Todo esto hace que en cuestiones del lenguaje no puede haber reglas fijas perdurables por que ¿cómo? Fíjese, el Quijote decía “trujimos...” y ahora ya no se dice así, es un error. Y si el que bebe es bebedor y el sitio es el bebedero, hay qué llamar comedero a lo que hoy es comedor, comedor será quien coma como es bebedor quien bebe.
Lo que ha hecho la Academia con todas esas imprecaciones, vulgaridades o maldiciones que publicó, no es precisamente aprobarlas sino testimoniar que son vocablos, palabras que nosotros los mexicanos a cada rato las decimos y pues ¿a poco no es cierto? ¿No ve usted que todos las usamos a cada momento, casi como si fueran los puntos y comas de nuestra conversación.
Entonces la Academia lo que hace es decir: Los mexicanos dicen esta palabra terminada en ón o esta expresión que termina en ejo y no es conejo... sino que la usa como adjetivo... En fin, ni la aprueba ni desaprueba ni la autoriza ni nada... ¿O a poco usted iba a pedir autorización, por ejemplo, cuando va usted en su auto y se le atraviesa un sujeto que va en la pura baba...? ¿Pide permiso a la autoridad para lanzarle dos o tres linduras? Fíjate cómo manejas... y luego por ahí algunas expresiones no muy edificantes de ésas que ha dicho la Real Academia de la Lengua que decimos y sí las decimos... ¿para qué negarlo?
POR SI LAS DUDAS
www.comodijo.net
Gracias a Leopoldo Ruiz Esparza Salazar por el pedido de libros que nos hizo.
PREGUNTA DEL PÚBLICO: Mely Mares Argüello, una joven de Irapuato, Gto., nos escribe un amable mensaje y pregunta: “¿Cuál es la palabra correcta para nombrar a una persona a la que le da asco fácilmente? Yo he escuchado que dicen “yo soy muy asquerosa” pero ¿no significa eso lo contrario?
RESPUESTA: Curiosamente el Diccionario de la Lengua Española dice que asqueroso o asquerosa es aquél que provoca asco, el que lo tiene y el que está propenso a tenerlo.
FRASE LOCA, DE REMATE:
El libro de matemáticas se suicidó. Creo que tenía demasiados problemas. ¿Cómo dijo? ¡Hasta mañana!
comodijo2@hotmail.com