Si bien es cierto que el futbol mexicano no es de los peores ni mejores del mundo, los especialistas de la materia afirman que debería dar satisfacciones a los aficionados aztecas, ya que cuentan con instalaciones de primer mundo, como el Centro de Alto Rendimiento, ubicado en el Distrito Federal. (Jam Media)
En el balompié nacional se mueve mucho dinero, pero son pocos resultados de relevancia.
La historia en México ha demostrado que para jugar bien al futbol no es suficiente poner la infraestructura y los dólares sobre los jugadores que integran la Selección Nacional, sino invertir en los nuevos cuadros que podrían participar como seleccionados en Mundiales de las diferentes categorías y en justas internacionales.
En la Copa del Mundo pasada, la Federación Mexicana de Futbol obtuvo ingresos totales -boletaje, publicidad y convenios- por más de mil 200 millones de pesos. El 40 por ciento, poco más de 400 millones, fueron destinados a la Selección Nacional y el 25 por ciento de ese monto cayó en los bolsillos de su técnico, el argentino Ricardo Antonio La Volpe.
Por eso, no resulta extraño que la Federación Mexicana de Futbol (FMF), que concentra la mayor parte de recursos en el seleccionado nacional, haya dado resultados poco contundentes en las últimas décadas.
¿Por qué no ganan los mexicanos? Es una pregunta que se hace una buena parte de la población mexicana y los especialistas extranjeros.
Personalidades de futbol, descubridores de talentos y formadores de estrellas de la talla de Batistuta se han maravillado al contemplar el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol, al sur del Distrito Federal, en el que con orgullo entrenan los que visten la camiseta verde nacional.
¿Y por qué no ganan?, se han preguntado. Pero lo que figuras como el argentino Jorge Griffa y el suizo Joseph Blatter, actual presidente de la FIFA (Federación Internacional de Futbol Asociación), no se han detenido a pensar es que las instalaciones y el dinero obtenido sólo se dirigen a la elite mexicana de jugadores y no hacia los jóvenes, los nuevos talentos, que aspiran a jugar en una Copa del Mundo.
Los seleccionados escogidos pueden ganar un salario anual hasta de un millón de dólares. Cuauhtémoc Blanco, el jugador profesional que apenas hace unos días aceptó el llamado para integrarse a una liga estadounidense, llegó a ganar hasta dos millones de pesos mensuales en México, vistiendo los colores del América.
¿Cuántas veces se ha visto alinear en torneos de talla mundial a seleccionados que todos sabemos que ya vivieron sus mejores años y que no tienen nada qué hacer en una cancha de talla internacional? Los ejemplos sobran y se desploman a ras de césped.
Expertos como Francisco Javier Plascencia -ex jugador y hoy diputado federal- aseguran que el problema principal es que la mayor parte de los recursos van a la Selección Nacional y a jugadores de Primera División que ya no están en proceso de formación. A ellos se les pagan los mejores sueldos y se les facilitan las mejores instalaciones.
En contraste se invierte muy poco en infraestructura para las nuevas generaciones o en la búsqueda de nuevos talentos. “Migajas es lo que se invierte en las selecciones juveniles o en las capacitaciones de entrenadores”, dice Plascencia.
Las selecciones juveniles de México, tanto la varonil como la femenil, han dado una bofetada con guante blanco al alcanzar resultados sorprendentes. En el pasado Mundial Sub 20 el Tri de Chucho Ramírez mostró un buen conjunto, aunque cayó con Argentina que a la postre sería el campeón del torneo. Mientras que en los Juegos Panamericanos tanto la varonil y la femenil llegaron a semifinales, y sólo los varones consiguieron el bronce, además que la Sub-17 ha desempeñado el mejor papel de los últimos tiempos, convertida en monarca del mundo apenas en 2005.
Muchos años de futbol han pasado sobre la historia Mexicana. Pero para el argentino Abel Alves, director técnico del club Boca Juniors, la comparación es simple con México: “Argentina les lleva años luz en la búsqueda de talentos”. Pero va más allá cuando dice que si ellos no se esforzaran en formar jugadores, simplemente el futbol argentino no existiría. La venta de jugadores hacia el extranjero es el motor para ir en busca de nuevas estrellas y entrenarlas.
El hecho es que Argentina sacó de la Copa América a la selección nacional y ésta a su vez otra vez no pudo con la escuadra de Estados Unidos, un país donde no hay tradición futbolística y hasta 1996 ni siquiera contaba con una liga profesional. Pero en 2005 y 2007 ganó la Copa Oro de la Concacaf.
México cuenta con un Centro de Alto Rendimiento que costó 16 millones de dólares y es comparable con Francia e Italia en tecnología, pero para que jugadores de Segunda División o amateurs puedan jugar el balón en sus pastos amortiguados falta mucho.
Debe haber inversión en jugadores más jóvenes. Para el periodo 2007-2010 la Federación Mexicana de Futbol estima recibir casi 200 millones de dólares por derechos de comercialización de la Selección Nacional.
Y con seguridad, de nueva cuenta el 40 por ciento de ese monto será destinado a la escuadra tricolor y, por supuesto, al técnico nacional.
La FMF descuida inversiones a futuro
La Federación Mexicana de Futbol (FMF) es la más rica de América. En los últimos cuatros años logró ingresos de 120 millones de dólares por la venta de los derechos de comercialización de la Selección Nacional, y se estima que en los próximos cuatro años la cantidad fácilmente se duplicará gracias a millonarios contratos de publicidad.
La oficina de comercialización de la FMF, por ende, ya se frota las manos. Pero después de las derrotas ante Estados Unidos y Argentina, en Copa Oro y Copa América, la pregunta que se hacen los aficionados es: ¿cómo una organización con tanto dinero y una larga historia sigue cosechando derrotas?
Y lo peor es que no sólo se pierde con potencias, sino incluso cuando se enfrenta a países con una pobre historia como Honduras, El Salvador o Trinidad y Tobago.
La razón es que todo ese dinero es destinado a la Selección Nacional y a la Primera División, sin inyectar recursos en los procesos de formación. Muy poco se invierte en las nuevas generaciones, en el futuro; ni para mejorar la infraestructura de selecciones menores o la búsqueda de nuevos talentos, como se hace en Argentina y Estados Unidos.
La Federación Mexicana y los clubes siempre han visto al futbol como un negocio al que hay que exprimir, dice el diputado federal panista Francisco Javier Plascencia, ex jugador tapatío de los años 70.
La Femexfut sólo invierte en lo que le genera ganancias inmediatas, es decir, la Selección Nacional. La prueba está en la Copa del Mundo 2006, en la cual una tercera parte de los ingresos de la Federación se destinaron al grupo de jugadores que perdió contra Argentina en aquella ocasión: 40 millones de dólares, de los cuales diez fueron para el técnico Ricardo La Volpe. Hoteles de lujo, sofisticadas zonas de entrenamiento, boletos de avión en primera clase y comidas en los mejores restaurantes del mundo, forman parte de ese presupuesto.
Migajas es lo que se invierte en las selecciones juveniles o en la capacitación de entrenadores, dice Plascencia. Aun cuando los clubes de futbol tienen escuelas para niños, éstos las tratan como negocios, donde cobran cuotas y sacan más ganancias, en vez de volverlos verdaderos semilleros de talento.
Sólo se tiene que ver el sistema de competencia juvenil en Argentina o leer sobre los programas de capacitación en Estados Unidos, para entender por qué México está lejos de crear un gran equipo.
Juan José Kochen, director de Relaciones Públicas de la Femexfut, defiende el flujo de dinero de la FMF. Los ingresos que entran a la Federación se reparten equitativamente entre las diferentes selecciones nacionales y en gastos operativos, afirma Kochen, pero acepta que la organización no tiene un programa que integre todas las fuerzas básicas de los equipos.
“Debemos democratizar el deporte dando instalaciones dignas a las fuerzas básicas y formar verdaderos entrenadores”, dice el diputado Plascencia.
Con infraestructura de lo mejor, muy pobres, los resultados
El Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol (CAR) es uno de los tres mejores del mundo; sin embargo, a ocho años de su inauguración los triunfos de la selección han sido pocos: una Copa Confederaciones que se le ganó a las reservas de Brasil en 1999 y un Mundial Sub-17 en 2005. Resultados que los modelos tomados de Europa y Sudamérica han superado por mucho.
Cuando Joseph Blatter, presidente de la FIFA, visitó el CAR donde se entrena la selección se sorprendió. “Es uno de los mejores centros que he visto en 24 años, en todo el mundo”, dijo.
Pastos amortiguadores para que los futbolistas no se lastimen al entrenar, repartidos en cinco canchas. Un circuito cerrado de televisión que les permite capturar la señal de los torneos y partidos de selecciones. Un sistema de aire purificado. Una casa club con 21 suites. Un centro de entretenimiento para que los jugadores vean películas y hasta un futbolito de madera en el que, según la encargada de la limpieza, los jugadores pasan varias horas.
No es gratuito que el argentino Jorge Griffa, formador de grandes figuras del futbol argentino como Batistuta y entrenador de su selección, haya hecho una pausa en la parte más alta de la montaña mientras recorría el circuito aeróbico recreativo de dos kilómetros y preguntara: “¿Y por qué no ganan?”. Eso preguntan todos los que han puesto un pie en el CAR.
A los seleccionados se les trata a nivel de Ronaldinho, Beckham y Figo, con sueldos que alcanzan el millón de dólares anuales. Cuauhtémoc Blanco, por ejemplo, ganaba dos millones de pesos mensuales hasta el año pasado, una cifra que le tomaría mil 100 años ganar a un jornalero que percibe el salario mínimo.
Aunque los recursos económicos no están reflejados en ninguna estadística de campeonatos de la página oficial de la Federación Mexicana de Futbol. Hoy la Selección Mexicana está “en un merecido descanso”, dice Heriberto Ruiz, administrador del CAR.
Pagan 88 mdd por vestir al Tri
A finales de 2006 la FMF firmó un jugoso contrato a ocho años con Adidas, por el que la empresa alemana pagará nada menos que 88 millones de dólares para vestir a la Selección Nacional. La cifra cubrirá dos ciclos mundialistas: 2010 y 2014, y al mismo tiempo se convertirá en uno de los mayores contratos comerciales mediante los cuales se pretende alcanzar ingresos por 200 millones de dólares para la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.
Las principales televisoras del país (Televisa y TV Azteca) hicieron una tregua y terminaron por repartirse el gran negocio que representa para ellas la Selección Nacional.
Dos millones de pesos mensuales llegó a ganar Cuauhtémoc Blanco, una cifra que le tomaría mil 100 años en ganar a un jornalero que apenas percibe el salario mínimo.
QUÉ ES LA FMF
Es una asociación civil que regula el futbol en la totalidad de México, tomando en cuenta todos los niveles, incluido el amateur.
Se encarga de controlar todos los recursos que giran alrededor de la Selección Mexicana.
Es el medio por el que se dan a conocer todas las convocatorias de los equipos nacionales, además de regularlas.
Quizá perdido entre los archivos de la Federación Mexicana de Futbol existe un documento denominado “Plan Integral de Reformas al Futbol”, cuya puesta en marcha sólo depende de la aprobación de los dueños de equipos. En dicho plan se incluye la creación y puesta en marcha de la Liga Premier Mexicana, un proyecto que podría cristalizarse hasta 2010.
LAS TRES TAREAS
Para lograr un desarrollo verdadero y sostenido que le permita competir con posibilidades de triunfo a todos los niveles, México está obligado a elaborar un proyecto a largo plazo a nivel de clubes y de Selección.
1.- Primero la FMF debe definir lo que se pretende en la liga y convocar a los clubes para caminar en el mismo sentido, y de la misma manera precisar objetivos para la Selección Nacional.
2.- Después se tendrá que elaborar un plan a largo plazo y hacerlo público para comprometer a todos los involucrados, tanto directivos como futbolistas y entrenadores.
3.- Finalmente, se tendrá que invertir en la realización de los proyectos, destinando para ello recursos de los millonarios ingresos generados por la Selección Nacional.
Mucho dinero, pocas nueces
Los ingresos de la FMF se destinan a lo que más dinero deja, y a los lujos
TRICOLOR: Todo lo que los rodea en cualquier concentración o entrenamiento es en plan cinco estrellas.
LUJOS: Es impensable escatimar recursos para tener cómodos a los dirigentes que viajan con el equipo.
SUELDOS: Ricardo La Volpe y su equipo se llevaron el 25 por ciento de lo que ganó el Tri rumbo al 2006.
PREMIOS: Lo más duro de negociar con el equipo cada cuatro años son las millonarias sumas que ganarán por jugar en el Tri.