“En Latinoamérica no haces cosas por dinero… porque no hay dinero”.
Gael García
Santiago, Chile.- Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Latinoamérica representaba el diez por ciento del comercio mundial. Para 1990 esta cifra había caído al cuatro por ciento. Ha transcurrido más de una década y media desde entonces y durante este tiempo los países de América Latina han abierto sus economías, han privatizado empresas y han controlado la inflación; pero lo único que han logrado con este esfuerzo es llegar a representar el cinco por ciento del comercio mundial.
Esta reflexión la hizo el ministro de Hacienda de Chile, Andrés Velasco, este pasado miércoles, 25 de abril, en la primera sesión plenaria del Foro Económico Mundial sobre Latinoamérica. No es que la región no haya avanzado. El problema es que no lo hemos hecho al ritmo de otras regiones y otros países del mundo, en especial los de Asia oriental. Ésta es la razón por la cual nos estamos quedando rezagados.
Peter Hakim, presidente estadounidense del Inter-American Dialogue, advirtió en la misma sesión que ninguno de los temas que hoy se están discutiendo en Latinoamérica es nuevo. Estamos hablando de los mismos problemas que hace 50 años. “Latinoamérica es la única parte del mundo –apuntó— que todavía debate acerca de la política económica”. El resto del mundo está más interesado en encontrar oportunidades de mercado.
Pero José Miguel Insulza, el secretario general de la OEA y a quienes muchos consideran como posible futuro candidato socialista a la presidencia de Chile, considera que es correcto que estemos discutiendo temas de política económica. Después de todo, Latinoamérica sigue siendo una región sumida en la pobreza. “Esta noche –dijo Insulza— cien millones de latinoamericanos se van a ir a la cama con hambre”.
Luiz Fernando Furlan, quien hasta hace unas semanas era ministro de desarrollo, industria y comercio exterior de Brasil, señaló en la reunión que es posible hacer algo al respecto de la marginación y que su país lo ha demostrado. “En Brasil, tres millones de personas salen de la pobreza extrema cada año”. En parte esto se debe a los programa s gubernamentales de apoyo a las familias más pobres, pero también a políticas de apertura y competitividad económica.
Durante los años de Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva el comercio exterior de Brasil ha pasado del 14 al 26 por ciento del Producto Interno Bruto. El aumento en el uso de computadoras, necesario para reducir la brecha digital, ha sido de 40 por ciento tanto por una reducción de impuestos como por apoyos directos para su adquisición.
El hecho de que los problemas de pobreza extrema pueden resolverse a través de programas gubernamentales de apoyo enfocados directamente a las familias que viven en la miseria es recalcado por varios de los participantes, entre otros por el ministro Velasco de Chile y por Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, el BID, que hicieron un reconocimiento al programa Oportunidades de México y a su antecesor Progresa.
Sin embargo, Moisés Naím, venezolano director de Foreign Policy, una revista académica estadounidense, advierte sobre los riesgos de enfrentar los problemas de la región con impaciencia. El tratar de resolver en unos cuantos años rezagos que han tardado décadas o siglos en acumularse hace que se busquen “soluciones mágicas” que al final resultan más costosas que los problemas que buscan resolver. Viniendo la advertencia de un venezolano, resulta particularmente significativa.
Latinoamérica podría estar viviendo un momento de oportunidad. Si bien dista de tener el crecimiento de China o la India, está registrando sus tasas más altas de expansión en los últimos 25 años. La región, de hecho, ha recuperado la estabilidad financiera. “La diferencia con China –sentencia Insulza— es que falta claridad de camino. China sabe a dónde va”.
Hay consenso en que Chile representa el ejemplo a seguir en la región. Es un país que ha sabido desarrollarse en apenas una generación. En buena medida esto se debe, según Insulza, a que los chilenos han sabido encontrar una forma de cooperación política. Ésta es la razón del “milagro chileno”. “Nos peleamos, pero al final todos vamos en la misma dirección. Hemos logrado acuerdos políticos”.
En cuanto a la idea de que Latinoamérica se está beneficiando hoy de altos precios en sus productos de exportación, Furlan nos conmina a ser un poco escépticos. En 1965, la primera vez que él fue a Nueva York, una habitación en el hotel Waldorf Astoria costaba 32 dólares y una Coca-Cola en el despachador automático 25 centavos. Hoy una habitación en el Waldorf cuesta 350 dólares y una Coca-Cola cuando menos uno o dos dólares. Pero el precio de la soya, uno de los principales productos de exportación de Brasil, ha subido apenas de 180 a 220 dólares por tonelada.
CRÉDITO EN CHILE
Hoy Chile no sufre ya por la falta de crédito que es uno de los problemas económicos más importantes en Latinoamérica. Virtualmente cualquier empresa o individuo que quiera una financiación la puede conseguir si el riesgo que ofrece es razonable. Hoy el 25 por ciento de los fondos de pensiones de Chile deben invertirse en el extranjero por falta de opciones de colocación en el país. Se espera que pronto se permita invertir hasta el 80 por ciento en el extranjero. La estabilidad financiera, las pensiones individualizadas, el crecimiento económico y el respeto al Estado de Derecho han tenido sus beneficios.