Le cumplen un ‘milagro’ a 'Chuyito'
Por primera vez en 4 años de vida que tiene el pequeño, el bocado que se lleva a la boca llegará a su estómago.
TORREÓN, COAH.- “Quisiera despertar y que se hiciera el milagro de que estuviera sano, así como se hace el milagro todos los días de que esté vivo”. Hace más de un año este fue el deseo de Brenda, madre de un niño que nació con dos malformaciones congénitas operables pero muy costosas. Hoy lo que parecía imposible se materializó gracias a la labor altruista de médicos, empresarios y un hospital. Sin embargo aún falta más por hacer.
En su cama yace Chuyito, es la habitación 128 del Hospital Ángeles donde fue operado el 11 de octubre, luce tranquilo. Su madre está con él, también sus tías y un sacerdote. Ante el asombro de los presentes y de él mismo todos son testigos de algo nuevo: por primera vez en los 4 años que tiene de vida el bocado que se lleva a la boca esta vez llega a su estómago.
Su recuperación tras la operación fue delicada, estuvo entubado con un respirador artificial durante 24 horas y permaneció tres días más en terapia intensiva. “El doctor decía que la operación era riesgosa, nosotros nos la pasamos pidiéndole a Dios para que saliera bien”, recuerda Brenda Carolina Hernández Favela, quien junto con la familia pasaban noches en vela.
El 6 de junio de 2006 El Siglo de Torreón dio a conocer la situación del niño en ese entonces de 3 años de edad, había nacido con atresia de esófago (el esófago no conecta con el estómago) y ano imperforado, es decir la ausencia de una abertura anal normal, por lo que el recién nacido fue operado para que pudiera sobrevivir.
El pequeño Jesús Hernández, 'Chuyito', conoció las bondades del primer “milagro” realizado por los doctores que para su madre son “ángeles” de carne y hueso. El médico cirujano José Luis Salazar Chavira, el cirujano Alberto Castilla, la intensivista Rebeca Vallejo Moreno, el gastroenterólogo Miguel Ramírez Arenas y el nefrólogo Jesús Hernández, prestaron sus servicios de forma gratuita.
Antes de esto el niño se alimentaba a través de una sonda conectada al estómago y en el cuello tenía un orificio por donde salía su saliva y todo lo que bebía o “comía”, lo que causaba extrañeza entre otros niños que no comprendían.
“Verlo comer y pidiendo churros es una gran satisfacción para mí, pues... gracias a Dios se puede decir que es un milagro”, dice Salazar Chavira, quien aunque ha practicado operaciones similares en el IMSS de Torreón éste era un caso especial para lo cual pidió el apoyo del director general del Hospital Ángeles, Edmundo Mesta, nosocomio donde también presta sus servicios.
“Era comprometerse con el chiquito pero también resulta frustrante por el dinero que se necesita y por lo cual a veces no se puede hacer en cualquier hospital, se requiere tener ciertas condiciones, es una gran responsabilidad, es decir ‘bueno, vamos a arreglarlo’, con todas las posibilidades de que algo pueda pasar, que se complique, es un riesgo”, admite Salazar.
La operación se realizó gracias al apoyo económico de una empresa de Torreón que prefiere mantenerse en el anonimato. Tras el donativo hecho a través de Cáritas se hicieron los exámenes previos al niño y el doctor Salazar contactó a los médicos.
El 18 de octubre 'Chuyito' fue dado de alta del Hospital y los médicos aseguran que en tres meses el niño estará en condiciones de que se le practique la segunda operación que consiste en formarle el ano, pues actualmente parte de su intestino grueso está fuera del cuerpo, en un costado del abdomen, para poder evacuar. La familia de 'Chuyito' se enfrenta a un nuevo reto: conseguir otro donativo.