El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Humberto Chavarría Celestino es tapicero. Él como otros tantos vecinos y comerciantes que habitan sobre la calles Comonfort y Madero se han visto seriamente afectados con las obras de ampliación del par vial y la reposición de las redes de agua y drenaje.
Las obras frente a su tapicería, ubicada desde hace 35 años sobre la Comonfort entre las avenidas Abasolo y Allende, iniciaron el pasado ocho de diciembre y es fecha que no concluyen. Para Humberto, estos trabajos sólo han dejado pérdidas en su negocio, las cuales calcula en más de 20 mil pesos durante cuatro meses.
Gracias a la ayuda que le ha brindado uno de sus hijos, quien es taxista, ha podido sobrevivir a lado de su esposa, quien depende directamente de los ingresos de la tapicería. “Los clientes se han cansado de esperar, pues es imposible llegar hasta el negocio”, dice Humberto, quien confiaba en que los trabajos concluyeran en un mes, como lo anunciaron las autoridades.
Rosa Elia Díaz es otra de las comerciantes que se han visto afectadas. Platica que en octubre abrió por primera vez su negocio de gorditas, entre la Abasolo y Ocampo sobre la Comonfort; dos meses después iniciaron los trabajos de ampliación y reposición de las redes de agua y drenaje.
“A penas nos dábamos a conocer, pero ahora hemos perdido clientes y parte de nuestra inversión, dinero que tomamos del patrimonio de nuestros hijos”, señala la comerciante y asegura que las autoridades nunca dieron aviso a los vecinos. “Un buen día llegaron y comenzaron a trabajar”.
Pero Rosa aclara: “No estamos en contra de la modernización de la ciudad, pero es que nos dijeron que sólo tardarían un mes y ya van casi cinco”.
Pero no sólo los comerciantes y vecinos se han visto afectados sino también los peatones y automovilistas. Tal es el caso de Lidia Soto, quien por lo menos cada tercer día circula por ambas rúas, pero ante la presencia de enormes montones de tierra, ya sea en la esquina de Comonfort y Abasolo o bien Comonfort y Allende, ella debe bajar a la calle y cruzar hacia la otra acera.
“Resulta peligroso porque los autos van muy rápido por la Abasolo (...) deberían tomar sus precauciones o por lo menos que un agente de Tránsito estuviera pendiente”, señala la ama de casa.
Por otra parte, los automovilistas al llegar a este punto crean un gran conflicto puesto que algunos trabajadores o vecinos de lugar, aprovechan la presencia de las máquinas y los montones de tierra para estacionar sus vehículos en doble fila, reduciendo la rúa a un solo carril, lo cual aunado a los camiones de pasajeros, ocasiona por momentos un caos vial.