La enfermera búlgara Valentina Siropoulo (der) saluda a su llegada al aeropuerto de Bulgaria, hoy martes 24 de Julio. (EFE)
Bulgaria celebra hoy con enorme alivio el regreso a Sofía de las cinco enfermeras y el médico búlgaros condenados en Libia primero a muerte y después a cadena perpetua por infectar con el virus del sida a 438 niños libios, de los cuales 56 fallecieron.
Las enfermeras Kristiana Valcheva, Nasia Nenova, Valia Cherveniashka, Valentina Siropulo y Snezhana Dimitrova, y el médico palestino Ashraf al Hadzoudz, al que le fue concedida recientemente la ciudadanía búlgara, regresaron a su país en un avión oficial francés.
Con ellos volvió también el doctor Zdravko Georgiev, marido de Kristiana, quien estuvo encarcelado aunque fue absuelto en 2004 cuando los demás fueron condenados a la muerte.
Poco antes de las 10.00 hora local (las 07.00 GMT) los trabajadores sanitarios fueron recibidos en el aeropuerto de Sofía por las más altas personalidades búlgaras, así como por sus familiares y por cientos de ciudadanos que los esperaban con ramos de flores y con banderas del país.
Las enfermeras y los médicos viajaron acompañados por la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, y la esposa del presidente de Francia, Cécilia Sarkozy, quienes viajaron a Trípoli hace dos días para intentar acelerar la extradición.
Ello fue posible debido a que el 17 de julio el Alto Consejo Judicial libio conmutó las penas capitales por las de cadena perpetua después de que las familias de los niños afectados recibieran cada una de ellas una indemnización de un millón de dólares.
Entonces las autoridades búlgaras pidieron la extradición de los trabajadores sanitarios en virtud de un convenio de asistencia jurídica existente entre Bulgaria y Libia.
Hoy, guiado por la "firme convicción de la inocencia de los trabajadores sanitarios búlgaros", el presidente del país balcánico, Georgi Parvanov, firmó el decreto para su indulto escasos minutos después de su llegada a Sofía.
Las autoridades búlgaras han defendido siempre la inocencia de las enfermeras y el médico, y su postura fue apoyada por expertos internacionales, según los cuales la epidemia de sida en el hospital infantil de Bengasi, donde se produjeron los hechos, fue causada por sus deficientes condiciones higiénicas.
Por su parte, el primer ministro búlgaro, Sergei Stanishev, destacó hoy el papel crucial de la Unión Europea para el regreso de los trabajadores sanitarios.
"Fue decisivo que, después de la entrada de Bulgaria en la UE, hayamos conseguido convertir este problema en un problema de las relaciones entre Libia y la UE, y no sólo entre Libia y Bulgaria", dijo Stanishev a la prensa en el aeropuerto de Sofía.
"Las enfermeras señalaron que hasta el último momento no era seguro su regreso y que fueron despertadas a las 03.00 hora local de Libia (01.00 GMT) y llevadas al aeropuerto desde donde partieron tres horas más tarde.
Expertos comentaron hoy que los liberados necesitarán tiempo y ayuda profesional para recuperarse psicológicamente de los más de ocho años de cárcel, de las torturas y la amenaza de ejecución tras las condenas a muerte.