En las librerías la clasificación más común es por tema y por autor según su apellido, aunque es frecuente que los libros estén revueltos y la búsqueda es más entretenida. (El Universal)
MÉXICO, DF.- Son como cajas de sorpresas. Se puede pasar dentro de ellas horas completas descubriendo algo distinto a cada paso; además, estar ahí resulta divertido y provocador.
Las librerías son un mundo de oportunidades para encontrarnos con nuestro autor favorito, al que ni conocíamos, o con ese texto que logre cambiarnos la vida.
Hurgar en una librería es más sencillo de lo que parece al entrar en ellas; tan repletas de libreros aparentan un desorden almacenado y no se sabe por dónde empezar, la mesa de novedades puede ser un buen inicio.
En esa mesa hay de todo. Son las ediciones recientes de las diversas áreas del conocimiento y entretenimiento. Hay para todos los gustos e intereses.
Luego hallamos los grandes anaqueles ordenados, en su mayoría, por editorial y por tema, al hojear cada libro y repasar alguno de sus párrafos se olvida que el tiempo corre sigiloso.
Literatura universal, Clásicos, Poesía, Ensayo, Arte, Educación, Tecnología, Derecho, Filosofía, New Age... y así podemos seguir explorando temas. Un día no alcanza para recorrer la estantería ávida de algún lector entusiasta.
VIEJITAS Y BONITAS
También están esos baúles de recuerdos en los que podemos encontrar alguna joyita. Son las librerías de viejo, esas empolvadas. Este es un tipo de librería especial porque en ella lo mismo hay ediciones príncipe (primera edición impresa de una obra con varias reediciones o reimpresiones) que diamante (edición de tamaño reducido que incluso se lee con lupa) o de autor (ediciones financiadas totalmente por el autor del texto).
También hay en ellas ejemplares de revistas que ya no se publican como “El cuento” o los adoctrinadores pasquines soviéticos. Hay algunos libros que de tan viejos se deshacen en las manos por lo que se recomienda el uso de tapabocas y guantes de algodón por aquello de los hongos y enfermedades extrañas.
En las librerías de viejo la clasificación más común es por tema y por autor según su apellido, aunque es frecuente que los libros estén revueltos por lo que la búsqueda es más entretenida. Vale la pena indagar porque incluso se puede encontrar un texto firmado por el propio autor del mismo.