“Si alguien se quiere pasar de vivo, el Gobierno va a hacer cumplir la ley”.
Marcelo Ebrard
Es uno de los retos más grandes de Marcelo Ebrard. Si lo logra, quizá por eso se le recuerde al final de su Administración.
El jefe de Gobierno del Distrito Federal se ha comprometido a dejar limpio de ambulantes el llamado perímetro A del Centro Histórico de la Ciudad de México a partir de hoy. Ningún vendedor o puesto comercial podrá ya establecerse en las calles o aceras de esa zona.
Ayer hubo una manifestación de grupos de ambulantes encabezados por Alejandra Barrios y otros líderes en protesta por la decisión del Gobierno capitalino. Exigían también que se permitan las romerías de Navidad, lo cual equivaldría a abrir las puertas otra vez del comercio ambulante en la época de mayor venta en todo el año.
Hasta este momento los líderes de los ambulantes parecen dispuestos a retirarse del Centro Histórico. Exigen para ello que el Gobierno capitalino les entregue plazas desde las que puedan operar, cosa a la que han accedido las autoridades. Pero plazas como éstas ya las había entregado el Gobierno del Distrito Federal en los tiempos en que Manuel Camacho Solís era regente y el propio Ebrard secretario de Gobierno. Poco después los ambulantes regresaron a las calles y en mayor número que antes.
Varias experiencias nos demuestran que sí es posible eliminar el ambulantaje. Lo han logrado con el paso de los años ciudades como Querétaro, San Luis Potosí, Morelia y Zacatecas, las cuales han podido de esta manera rescatar la belleza de sus centros históricos para goce de los ciudadanos y de los visitantes. El resultado ha sido un auge en la actividad comercial, turística y cultural que ha creado numerosos empleos.
En la Ciudad de México ha faltado hasta ahora la voluntad política para hacerlo. Uno de los obstáculos es la fuerza política que tienen las agrupaciones de comerciantes en vía pública. Otro es que esta actividad genera una enorme cantidad de recursos que se traducen en ingresos ilegítimos para líderes y funcionarios que tienen así un interés especial en impedir la recuperación de los espacios públicos.
Los líderes de los ambulantes afirman que sus protegidos se ven orillados a ganarse la vida en la venta callejera debido a la falta de empleo. La verdad, sin embargo, es que el ambulantaje destruye tantos empleos como los que crea, si no más. Sólo que los empleos que destruye son en su mayoría formales, con prestaciones y pago de impuestos, mientras que los que crea carecen de beneficios, no pagan impuestos y dependen estrictamente de la buena voluntad de los líderes que controlan los espacios de vía pública.
Los ambulantes tienen una serie de ventajas que les permiten vencer al comercio organizado en una competencia desleal. La más importante es el hecho de que al colocarse en la vía pública pueden atajar a los posibles clientes directamente en su camino. El comercio organizado está, por naturaleza, confinado a una tienda o local por lo que debe esperar a que el cliente decida entrar. Así, el ambulante puede alcanzar sin esfuerzo a un número mucho mayor de posibles clientes, pero además lo hace endosando buena parte de sus costos –alquiler, electricidad, agua, etc.— a los contribuyentes y sin necesidad de aportar impuestos al erario.
Limpiar de ambulantes las calles de la Ciudad de México puede detonar un crecimiento económico y cultural muy importante. A pesar de las dificultades que hasta ahora ha habido para llegar a esta zona, el Centro capitalino está lleno de museos y edificios de importancia histórica y belleza física. La primera ventaja de quitar a los ambulantes será lograr un mejor uso de los activos culturales y económicos con los que ya cuenta el lugar.
Pero si con el tiempo se percibe que este retiro es permanente, es muy probable que se realicen nuevas inversiones. Algunos de los edificios, que por su importancia histórica no pueden demolerse, podrán renovarse y convertirse en residencias, oficinas, restaurantes y comercios. Otros cascos históricos de ciudades en el mundo han vivido espectaculares renacimientos cuando ha recibido este tipo de inversiones.
La decisión de limpiar el Centro Histórico puede convertirse en el legado más trascendente del Gobierno de Ebrard, quien ya mostró en este tema más valor político que cualquiera de sus predecesores. Por el bien de todos, esperemos que no le tiemble la mano cuando las presiones crezcan.
PISTA EN REFORMA
Uno de los grandes logros de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno de la Ciudad de México fue remozar el Paseo de la Reforma desde Chapultepec hasta avenida Juárez. Con ello impulsó un renacimiento turístico y económico de la zona. Su plantón de julio a septiembre fue paradójico precisamente porque afectó esa obra. Hoy, desafortunadamente, Ebrard continúa por el mismo camino. Convertir el Paseo de la Reforma en una pista de carreras este próximo fin de semana, para lo cual ha cubierto con chapopote zonas adoquinadas y de concreto hidráulico, parece un sueño loco. Podría entenderse la decisión si Renault e ING hubieran pagado una fortuna por la promoción. Pero Fernando Valdez, vocero del Gobierno del Distrito Federal, me asegura que la ciudad no ha recibido un centavo por este magno comercial para estas dos empresas.
Página de internet:
www.sergiosarmiento.com