De Mastretta se comenzará el rodaje de Arráncame la Vida.
Al igual que Gabriel García Márquez, ahora Ángeles Mastretta, Laura Santullo y Enrique Berruga verán sus obras literarias en celuloide
MÉXICO, DF.- ¿Qué tienen en común los escritores Ángeles Mastretta, Laura Santullo y Enrique Berruga? Pues que desde ahora sus nombres estarán ligados al séptimo arte mexicano, al escribir algunas novelas y cuentos que han sido retomados para hacerlos en su versión cinematográfica.
De Mastretta se comenzará el rodaje de Arráncame la Vida, cuya historia ha sido traducida a 11 idiomas.
De Santullo se adaptó el cuento La Zona y de Berruga la novela Propiedad Ajena, estas dos últimas ya con su propia película, a estrenarse en los siguientes meses.
“Los personajes ya existieron en el libro, cada lector creó el suyo; ahora el reto es hacerlos creíbles para varios”, apunta Mastretta.
“Por contrato, puedo opinar acerca de la versión, más no votar, ¡eso lo cuidaron muy bien los productores!”, añade bromista, al tiempo de que acepta a Ana Claudia Talancón y Daniel Giménez Cacho como quienes darán vida a su creación.
Esta es la primera vez que coinciden varias adaptaciones literarias para el cine nacional.
Anteriormente, se han hecho, entre otras, Asesino en serio, de Javier Valdéz, y El Coronel No Tiene Quién le Escriba, de Gabriel García Márquez.
La adaptación, dice Luis Vélez, guionista y director de Propiedad Ajena, no es fácil. Más, tomando en cuenta que por cada página de un guión cinematográfico, se representa un minuto en pantalla.
Propiedad... es un libro de más de 300 páginas, en las que se retoma lo que ocurrió con los mexicanos que vivían en Texas antes de ésta anexarse a Estados Unidos.
Está situada en dos periodos: de 1848 a 1863 y posteriormente se traslada a la actualidad. “Se tienen que tomar cosas que te interesen, gustarte los personajes y de ahí hacer tu propia historia, pero respetando la esencia”, explica.
“A mí me pareció más sabroso, más rico, mezclar las dos épocas y ver cómo los personajes de aquella época deben cruzar la frontera, luego de ser expulsados, mientras que la protagonista va a Estados Unidos, buscando sus raíces”, indica.
A veces es el mismo autor del libro quien hace su adaptación cinematográfica. Así lo hizo Laura Santullo, quien de un cuento de 14 páginas, incluido en el libro El Otro Lado, creó, junto con su esposo, el realizador Rodrigo Plá, una versión fílmica de 97 minutos de duración.
Ésta narra la historia de un ladrón que es perseguido al interior de un barrio residencial privado, donde los vecinos han decidido hacerse justicia por mano propia.
“Básicamente todo lo que está en el cuento se conserva, la línea dramática, por eso decimos que es una adaptación.
“Lo que debimos hacer fue crear las vidas paralelas de los personajes: ¿quiénes eran los vecinos?, ¿cómo era el ambiente? Todo eso tuvo que ponerse”, relata Santullo.
En México, la adaptadora número uno es Paz Alicia García Diego, quien ha hecho lo propio con el escritor egipcio Naguib Mahfouz en Principio y fin, y el dominicano Pedro Antonio Valdéz para El Carnaval de Sodoma.
Cuando adaptó El Coronel No Tiene Quién Le Escriba, prácticamente lo que había en un párrafo lo detalló minuciosamente en páginas.
“Es lindo leer la novela, pero es difícil, porque la pantalla requiere acción, y cuando digo acción no me refiero a coches que chocan sino a gente que hace muchas cosas y por eso la esposa del personaje toma una mayor relevancia, en el libro prácticamente no existe.
“Aquí, la mujer sale a conseguir la comidas del día y la cámara, entonces, va tras ella. Ese fue el principal trabajo, sin que perdiera su esencia”, relató.
Para el próximo año se ha anunciado el rodaje de Pedro Páramo, presuntamente protagonizada y coproducida por Gael García Bernal.
¡También fueron adaptaciones!
El cine mexicano y la literatura, más cerca que nunca.
■ Otilia Rauda, novela de Sergio Galindo.
■ El Crimen Del Padre Amaro, creación de Eca de Queiroz.
■ Pedro Páramo, de Juan Rulfo.
■ Dos Crímenes, novela de Jorge Ibargüengoitia.
■ Rosario Tijeras, de Jorge Franco Ramos.
■ La Habitación Azul, de Georges Simmenon.
■ Vivir Mata, de Juan Villoro.