Miles de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador llenaron ayer el Zócalo a un año de las elecciones presidenciales, el ex candidato llamó a los legisladores del Frente Amplio Progresista, integrado por el PRD, PT y Convergencia, a oponerse a la reforma fiscal presentada por el presidente Felipe Calderón. (Fotografías de El Universal)
Refrendan PRD, PT y Convergencia su alianza frente a López Obrador.
El ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador lanzó un llamado a diputados y senadores del Frente Amplio Progresista (FAP), que integran PRD, PT y Convergencia, a que por ningún motivo aprueben la reforma fiscal del presidente Felipe Calderón porque no pueden convertirse en una “izquierda legitimadora”.
El tabasqueño lanzó la consigna un día después que el presidente Felipe Calderón dijera que su Gobierno y el PRD tienen importantes coincidencias en materia de reforma fiscal; ambas partes buscan evitar la elusión y la evasión fiscal de las empresas y acabar con los privilegios tributarios.
El perredista sólo agradeció el respaldo a su causa por parte de Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal; no, mencionó a los cinco gobernadores (Zacatecas, Amalia García; Michoacán, Lázaro Cárdenas; Guerrero, Zeferino Torreblanca; Baja California, Narciso Agúndez, y de Chiapas, Juan Sabines) que estuvieron en Los Pinos con el presidente Calderón la semana pasada para dialogar en torno a la reforma fiscal.
Los dirigentes nacionales de los partidos aglutinados en el FAP reafirmaron ante López Obrador, en el discurso, que mantienen su alianza política.
A un año de las elecciones presidenciales Leonel Cota, del PRD, sostuvo que en este “primer aniversario del fraude estamos ante ustedes para decirles que nuestro movimiento no se vende, no negocia ni trafica ni acepta cargos públicos a cambio de bajar nuestras banderas”.
Alberto Anaya, del PT, dijo que “quienes pensaban que el Frente Amplio se iba a desintegrar están equivocados, hoy más que nunca seguimos unidos”.
Dante Delgado, de Convergencia, se pronunció por evitar que se decidan las elecciones desde la Presidencia de la República.
Estuvieron presentes en el templete los líderes de Nueva Izquierda, el coordinador en el Senado, Carlos Navarrete y Jesús Zambrano.
Ayer, en el Zócalo que “se desbordó”, según la actriz Jesusa Rodríguez, López Obrador sostuvo que “debe entenderse que no nos oponemos por oponernos. Lo legítimo en nuestro caso es no adherirnos como comparsa a la estrategia que insiste en mantener el atraso del país y el empobrecimiento del pueblo”, dijo, ante sus seguidores al conmemorar un año del “fraude”.
“Cero negociación”, sostuvo López Obrador, mientras Carlos Navarrete, líder de los senadores del PRD, asentía con la cabeza.
“Nada de negociaciones con la derecha que lo deshumaniza todo. No podemos nosotros secundar, no podemos ser una izquierda legitimadora, muchos menos podemos adherirnos como comparsa a la agenda del Fondo Monetario Internacional. No queremos nada con esa política antipopular y entreguista”, sostuvo el tabasqueño.
Según López Obrador, los graves problemas nacionales como el de la corrupción, la impunidad, la pobreza, no aparecen en la agenda “del Gobierno usurpador, ni siquiera se discuten en la Cámara de Diputados y de Senadores, y como es obvio tampoco son temas de reflexión y análisis en los medios de comunicación”.
El equipo de López Obrador se rehusó a manejar cifras de asistentes al mitin.
Iglesia pide a ciudadanos olvidar encono electoral
A un año de las elecciones presidenciales de 2006, la Arquidiócesis Primada de México llamó a los mexicanos a superar el encono y la confrontación del proceso electoral, para trabajar por la reconciliación y la justicia social.
En el editorial de su órgano informativo “Desde la Fe”, la institución eclesial acusó a “las izquierdas”, de intolerancia, autoritarismo e incivilidad y a los ganadores de la contienda, de tener adormecida la conciencia social y preocuparse más por conservar los privilegios y el poder que por superar los problemas que aquejan al país.
“Las izquierdas parecen no tener rumbo ideológico y lejos de trabajar en pro de una democracia abierta y moderna y de una mayor justicia social, se unen a las peores causas y seudo líderes sociales para obstaculizar toda iniciativa de progreso para el país”, sostiene la Arquidiócesis.
AMLO: con su gente, en su calle, en su ciudad
En unos cuantos segundos, apenas descendió de la camioneta y se abrazó con Alejandro Encinas, la seriedad desapareció de su rostro, se encendió su mirada, mostró una amplia sonrisa. Luego, Andrés Manuel López Obrador levantó la mano derecha, la agitó, respondió a los saludos.
Ya estaba otra vez en la calle, su calle, ya se colocaba al frente de la marcha, procesión, peregrinación, siempre con Encinas a su lado, y con el resto de ellas, ellos, los del primer círculo, los apóstoles, las sacerdotisas del lopezobradorismo exacerbado.
Él y los suyos. El líder y su multitud. Ellos, 364 días más tarde. Él y la demostración, a la ciudad, al país, al mundo... a sí mismo, de que no está solo, que mantiene su capacidad de convocatoria.
Y: “¡Es un honor, estar con Obrador!”, se escuchó nuevamente. Y: “Va a caer, va a caer, el pelele va a caer”, amenazaron. Y: “Vendidos, vendidos... ¡fuera, fuera!”, amenazaron, acosaron, agredieron los devotos a casi todos los reporteros, camarógrafos, fotógrados. A casi todos...
Marchaba Andrés Manuel López Obrador. Y con él, con su pasión de conversos, los ex priistas Manuel Camacho, Arturo Núñez, Porfirio Muñoz Ledo, y su fieles Nicolás Mollinedo, Federico Arreola, Gerardo Fernández Noroña, y los integrantes del “legítimo” gabinete de su “legítima” presidencia.
Y contemplaba brazos tendidos al frente, y puños que golpeaban al aire húmedo y rostros encendidos y ojos humedecidos y las pancartas y los insultos escritos contra Felipe Calderón y las cámaras y celulares que atrapaban su imagen.
Él, ellos, en la calle, su calle, y después con su corazón, en el corazón mismo de la ciudad, su ciudad. En el encuentro, reencuentro, la mutua, recíproca alimentación de pasión, pasiones. Mirarlos, verlos. Sentirlos, sentirse. Convencer, convencerlos, convencerse...
