EL UNIVERSAL
BUENOS AIRES, Argentina.- En un estadio colmado por miles de militantes, el presidente venezolano, Hugo Chávez, aseguró ayer que el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, es un ?cadáver político?.
?Lo que exhala del caballerito del norte es olor a muerto político?, enfatizó anoche el mandatario venezolano en el acto organizado contra la visita de Bush a América latina en el estadio de Ferrocarril Oeste en el barrio de Caballito.
Chávez desmintió que él y el presidente argentino Néstor Kirchner organizaran el acto para obstaculizar la visita del mandatario norteamericano en Sudamérica: ?No nos hace falta, porque ese visitante que estaba en Brasil y a estas altura debe estar al otro lado del río (Uruguay) es una verdadero cadáver político?, subrayó y tras llamar a una silbatina, reclamó: ?¡Gringo go home!?.
Chávez lanzó duras críticas contra lo que denominó como ?dominio imperialista? que atribuyó a los Estados Unidos.
?El presidente de los Estados Unidos con el más bajo nivel de credibilidad y de aceptación de su propio pueblo es el actual presidente?, subrayó. Por otra parte, Chávez destacó el ?proceso de unión? entre la Argentina y Venezuela y reiteró el proyecto para extender el Mercosur a la unión Sudamericana: ?Sólo unidos seremos libres?, afirmó.
Además, elogió al presidente Néstor Kirchner y aseguró que ambos son ?hijos de la misma crisis histórica?. ?Somos hijos del mismo parto histórico de los pueblos que se cansaron de aguantar la dominación de las élites que traicionaron nuestros pueblos y los entregaron al imperio americano?, enfatizó.
Chávez ingresó a Ferro rodeado de una custodia que se trasladó en seis automóviles y una camioneta, con personal de civil y algunos con las tradicionales marineras rojas del movimiento bolivariano.
El líder venezolano llegó la noche del jueves a la Argentina y estuvo reunido ayer por la mañana con el presidente Néstor Kirchner. Decenas de movimientos sociales y piqueteros confluyen en Ferro, tanto grupos kirchneristas como adversarios al Gobierno nacional.
Los organizadores estiman que la asistencia al acto llegó a las 40 mil personas. El ?acto anti-Bush? tuvo el respaldo encubierto de Kirchner, lo que provocó cierto malestar en el Gobierno de los Estados Unidos.