El Papa Benedicto XVI Explicó el sentido de la castidad y el celibato en el catolicismo. EFE
El Papa Benedicto XVI lanzó hoy un fuerte llamado a sacerdotes y religiosas a que cumplan con el voto de castidad, abandonen las riquezas materiales y respeten con obediencia la autoridad de la Iglesia.
'La vida de seguimiento a Cristo es una empresa riesgosa porque estamos siempre amenazados por el pecado, por la falta de libertad y la desilusión', aseguró el Pontífice al reunirse con un grupo de presbíteros, consagradas y laicos.
Al interior de la basílica de Mariazell, santuario ubicado a 160 kilómetros al suroeste de Viena, Austria, el líder religioso llamó a quienes ostentan el orden sagrado a observar sus votos de pobreza, castidad y obediencia.
Sobre el primero de estos mandatos estableció que 'quien desea seguir a Cristo en modo radical debe renunciar a los bienes materiales; debe vivir esta pobreza a partir de Cristo como volverse interiormente libre para Dios y para el prójimo'.
'Para todos los cristianos agregó-, pero especialmente para los sacerdotes, los religiosos y religiosas, sea en lo individual o en comunidad, la cuestión de la pobreza y de los pobres debe ser siempre objeto de un severo examen de conciencia'.
Explicó el sentido de la castidad y el celibato en el catolicismo, sobre los cuales, dijo, deben ser analizados desde una perspectiva positiva.
'Con el voto de castidad no se consagran al individualismo o a una vida aislada, sino que prometen poner sin reservas al servicio del reino de Dios las intensas relaciones de las cuales son capaces y que reciben como un don', argumentó.
El Pontífice defendió también la vigencia del celibato sacerdotal, uno de los temas por los cuales la Iglesia Católica es criticada desde diversos espacios de la sociedad contemporánea por considerar esa norma disciplinaria como 'obsoleta'.
Destacó la importancia de los religiosos porque 'en medio a toda esta avaricia, a todo el egoísmo de no saber esperar, al consumismo, en medio al culto al individualismo, nosotros intentamos vivir el amor desinteresado por los hombres'.
'¿Qué habría ocurrido en la historia del cristianismo si no hubieran existido todas estas figuras indicadas por el pueblo?, ¿qué sería de nuestro mundo si no existieran sacerdotes, personas que con su vida atestiguan la esperanza?', añadió.
Tras rezar las vísperas, una combinación de oraciones católicas de la tarde, Benedicto XVI se refirió al voto de obediencia y aseguró que escuchar a Dios y hacerle caso 'no tiene que ver con una presión desde el exterior o la pérdida de uno mismo'.
Sólo al cumplir la voluntad de Dios, sostuvo, los sacerdotes mantienen su identidad y esta aceptación se traduce, de manera práctica, en una 'humilde obediencia a la Iglesia' sobre lo cual, pidió 'hacer un profundo examen de conciencia'.
Al culminar las vísperas Benedicto XVI dejó el santuario de Mariazell y abordó un automóvil que lo trasladó a Viena donde cenará y pasará la noche en la nunciatura apostólica para retomar actividades este domingo con una misa en la catedral de San Esteban.