Insta Jezbolá a paro en el país para derrocar al actual Gobierno.
AP
BEIRUT.-Reinaba la tensión en el Líbano el lunes tras el llamado de Jezbolá a una huelga general y a protestas masivas a fin de forzar el derrocamiento del Gobierno.
El primer ministro Fuad Saniora pidió a la población ignorar la convocatoria a la huelga, afirmando que perjudicaría a la nación.
"Le pedimos a todos los libaneses que ignoren esta campaña de intimidación", manifestó en rueda de prensa, refiriéndose a las advertencias de los opositores de Jezbolá de que intentarán llevar a cabo la huelga el martes. Pidió a la población que confíe en las fuerzas de seguridad y aseguró que estas garantizarán la seguridad y las libertades.
No aclaró qué harán la policía y el ejército, pero declaró al diario francés Le Monde que "las fuerzas de seguridad harán lo que deban para impedir una parálisis de la vida pública".
Descartó asimismo la división de las fuerzas de seguridad, como sucedió durante la guerra civil de 1975 a 1990.
En la rueda de prensa, Saniora también le extendió la mano a la oposición y reiteró su oferta de cumplir algunas de sus demandas de expandir el gabinete para incluir a sus representantes. Sin embargo, no se refirió a los reclamos de la oposición de tener poder de veto sobre las decisiones.
Los planes de la huelga de los sectores opositores tienen lugar mientras Saniora y su equipo económico se preparan para buscar ayuda financiera en una conferencia internacional de donantes que se realizará en París el jueves.
La oposición y los sindicatos han rechazado las propuestas de reformas que entrarían en efecto a partir del 2008.
Saniora criticó a la oposición y dijo que mientras el gobierno busca apoyo internacional, sus opositores "quieren darle a los árabes y al mundo un panorama inquietante del Líbano".
La oposición ha criticado la conferencia de París al considerar que el dinero de los donantes y los préstamos -que según algunos analistas locales podrían ascender a unos cinco mil millones de dólares- sólo incrementarán la deuda nacional y debilitarán aún más al país.
La guerra que hace algunos meses libraron los guerrilleros de Jezbolá y las fuerzas israelíes profundizó la crisis económica del Líbano.
Los líderes de la huelga del martes han amenazado con disturbios y los grupos que avalan al Gobierno alientan una campaña para frustrar la medida de fuerza.
La oposición, liderada por Jezbolá, demanda compartir el poder en el gabinete, y reclama poder de voto en decisiones claves, o de lo contrario que el gobierno se vaya y se realicen nuevas elecciones. Saniora se ha negado a renunciar o ceder poder.
Los seis ministros de la oposición en el gabinete de 24 miembros renunciaron en noviembre.