Las llaves de la ciudad fueron entregadas ayer a Benedicto XVI de manos del alcalde de Sao Paulo Gilberto Kassab, durante su primer viaje a Latinoamérica. (AP y EFE)
Realiza el Pontífice una enérgica condena al aborto en su primera visita a Latinoamérica.
El Papa Benedicto XVI llegó ayer a Sao Paulo en su primera visita a Latinoamérica con una enérgica condena al aborto y un llamamiento a Brasil para que sirva de puente de solidaridad con el resto del continente.
A las 16:00 horas locales (19:00 GMT), el boeing 777 de la compañía Alitalia tocó tierra en esa ciudad brasileña que lo recibió con lluvia, un poco de viento y un cielo nublado.
El Papa Benedicto XVI invocó la intercesión de la Virgen de Guadalupe para que proteja e inspire a todos los gobernantes de América Latina en su “difícil tarea de ser promotores del bien común”.
En el primer discurso que pronunció en portugués al pisar tierras brasileñas durante la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de Sao Paulo, el Pontífice defendió también los valores de la vida y la familia.
“Brasil ocupa un lugar muy especial en el corazón del Papa, no solamente porque nació cristiano y porque posee hoy el mayor número de católicos, sino sobre todo porque es una nación rica en potencialidades”, dijo el Pontífice.
“Sé que el alma de este pueblo, como en toda América Latina, custodia valores radicalmente cristianos y tengo la certeza de que en Aparecida, en la conferencia general del episcopado, esta certeza será reforzada”, indicó el Papa.
Dijo que la identidad cristiana de Brasil “al promover el respeto por la vida, desde su concepción hasta su natural declinación, como exigencia propia de la naturaleza humana, hará también de la promoción de la persona humana el eje de la solidaridad, especialmente con los pobres y desamparados”.
Benedicto XVI habló de pie sobre una tarima, en otro extremo de la cual estaba el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y su esposa María Leticia. También fue recibido por la “plana mayor” de la Iglesia Católica brasileña y continental.
“Este país... deberá servir de cuna para las propuestas eclesiales que, Dios quiera, podrán dar un nuevo vigor y empuje misionero a este continente”, dijo el Papa vestido de blanco, con una estola y solideo del mismo color y un crucifijo en el pecho.
El Pontífice estará cinco días en Brasil, donde canonizará al primer santo nativo, hablará con la juventud, visitará un centro de drogadictos e intoxicados e inaugurará la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano, que trazará el curso de la Iglesia para la próxima década.
“La Iglesia quiere apenas indicar los valores morales de cada situación y formar a los ciudadanos para que puedan decidir consciente y libremente”, dijo Benedicto en una tarde fresca poco después que amainó una lluvia que cayó durante casi todo el día.
“En este sentido, no dejaré de insistir en el empeño que se debe dar para asegurar el fortalecimiento de la familia como célula madre de la sociedad; de la juventud cuya formación constituye un factor decisivo para el porvenir de una Nación y finalmente, pero no por último, defendiendo y promoviendo los valores subyacentes en todos los segmentos de la sociedad, especialmente de los pueblos indígenas”.
Lula dijo al Pontífice que su país “lo recibe con los brazos abiertos”. “Todos los pueblos del planeta saben que la palabra del Santo Padre será siempre en defensa de la paz, la concordia y la solidaridad”.
“La Iglesia Católica es fundamental en la vida brasileña”, agregó Lula. “La Iglesia y el Estado tienen una larga tradición de respeto mutuo”.
LA IGLESIA ESTÁ ‘EN FIESTA’
Por la noche, unas cinco mil personas se congregaron frente al Monasterio de San Benedicto, de cuatro siglos de antigüedad, donde el Pontífice llegó para pasar la noche.
La Iglesia está “en fiesta” dijo el Papa. “Es una Iglesia en fiesta. En todos los rincones del mundo están rezando... Cuento con ustedes y sus oraciones”, dijo el Pontífice desde el balcón del Monasterio de Sao Bento, en el centro de Sao Paulo.
“Gracias por haber venido... buenas noches, obrigado (gracias)”, agregó en su rápido mensaje al final del cual impartió la bendición y obtuvo de respuesta un sonoro “¡amén!”. La multitud ocupaba también las calles adyacentes.
Desde lo alto de los edificios de oficinas y comercios cercanos se podían ver las ventanas plenas de personas que intentaban dar una mirada al visitante.
Detrás de un vidrio antibalas colocado en el balcón del primer piso, el Papa se despidió de la multitud que abajo ondeaba banderas de Brasil, Argentina y Chile, entre otras.
Una pertinaz lluvia y una inusual baja temperatura de unos 18 grados centígrados parecieron minar el ánimo de los devotos, quienes estuvieron prácticamente ausentes del recorrido del Papa entre el Campo de Marte, un aeropuerto metropolitano y el monasterio, un complejo de diez mil metros cuadrados y tres pisos, el primero ocupado por el Pontífice y su delegación.
Se reunirán con el Santo Padre jóvenes brasileños
Cuando el Papa Benedicto XVI se reúna con jóvenes brasileños en Sao Paulo hoy jueves tendrá frente a sí a representantes de un segmento de la sociedad que apoya en su mayoría una de las prácticas condenadas por la Iglesia Católica, el uso de preservativos.
“Esas exigencias morales de la Iglesia contrastan con la actual cultura, el mundo de hoy”, dijo el obispo Rafael Llano, de la pastoral de la familia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por sus siglas en portugués).
En el mundo actual “evidentemente se torna muy difícil para los jóvenes optar por una madurez... por la propuesta de la Iglesia de la castidad, la fidelidad. Hay un contraste muy grande entre la propuesta del evangelio y la sociedad actual”, agregó Llano en entrevista telefónica.
Al encuentro del Papa con jóvenes se espera concurran entre 30 mil a 35 mil jóvenes invitados por las 270 diócesis del país.
Bajo esa óptica del contraste entre las dos propuestas “es comprensible ese tipo de actitud”, dijo el obispo, en la que un país como Brasil descrito como el de mayor número de católicos del mundo, también una mayoría apoye el uso del preservativo y se oponga a la condena de la Iglesia al aborto.
Una encuesta de la firma privada Vox Populi publicada el fin de semana en la revista “Carta Capital” indicó que 86 por ciento de los brasileños apoya el uso del preservativo y 51 por ciento está contra la condena de la Iglesia al aborto.
El sondeo, realizado entre el 28 al 30 de abril en 121 municipios brasileños, indicó también que 41 por ciento considera que la Iglesia no acompaña la evolución de la sociedad o que está “retrasada”, frente a 47 por ciento que la considera “moderna”. Un 13 por ciento dijo no saber o no respondió si la Iglesia era moderna o atrasada, agregó el sondeo que tuvo un margen de error de 2.2 puntos porcentuales.
Otra encuesta de la firma privada Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE) reveló que 95 por ciento está de acuerdo con el uso del condón para evitar el embarazo o enfermedades sexuales y 60 por ciento se opone a la prisión de una mujer que se hizo un aborto.
La encuesta de IBOPE consultó de noviembre pasado a enero último a mil 989 jóvenes, mil 268 que se declararon católicos en 315 municipios del país y tuvo también un margen de error de 2.2 puntos porcentuales. Los entrevistados tenían de 18 a 29 años.
PREOCUPA AL PAPA AVANCE DE SECTAS EN AL
El Papa Benedicto XVI se mostró ayer muy preocupado por el avance de “las sectas” en América Latina y explicó que la Iglesia tiene que ofrecer un camino a estas personas.
Benedicto XVI afirmó -antes de viajar a Brasil- que “el avance de las sectas significa que existe una sed de Dios” y que la misión de la Iglesia y de los católicos es “ofrecer su testimonio para todos juntos encontrar el camino que ofrezca unas condiciones de vida más justas a estas personas”.
El Papa deseó que en la cumbre de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM), que él inaugurará, puedan “salir las directrices para ofrecer este camino a estas personas” que tienen sed de Dios y de religión”.
Respecto a la Teología de la Liberación, a la que Benedicto XVI siempre se ha opuesto desde cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dijo que “el cambio de la situación política en América Latina ha propiciado también el cambio sustancial de la doctrina que predica la Teología de la Liberación”.
Asimismo, añadió que “el magisterio de la Iglesia no ha pretendido destruir el sentido de justicia social sino reconducirlo por el camino justo”.
Para el Papa, “la doctrina social de la Iglesia marca las guías para crear las condiciones humanas dignas y de justicia social”.
Gays protestan contra Benedicto XVI
Manifestantes homosexuales quemaron un foto del Papa Benedicto XVI en la ciudad de Salvador, a unos 1.500 kilómetros de Sao Paulo, urbe a la cual el Pontífice llegó ayer miércoles en su primera visita a Latinoamérica.
El Pontífice, quien llegó en la jornada a Sao Paulo para una visita de cinco días a Brasil, ha dicho que el “homosexualismo es intrínsecamente malo” y que los casamientos de gays son “inmorales” y “nocivos”.
Unos 350 manifestantes gays se congregaron en las escaleras de la Catedral da Sé, en la ciudad de Salvador, en el estado de Bahía. La manifestación fue convocada por el Grupo Gay de Bahía (GGB), cuyos miembros portaban pancartas en las que se leía “Papa Benedicto XVI, basta de inquisición”, y “el amor no tiene sexo”.
En declaraciones a Agencia Estado, Otavio Reis, coordinador del grupo, calificó a Banedicto XVI como “Papa homofóbico”.
Los grupos gays estiman que homosexuales y lesbianas representan más de diez por ciento de la población de 185 millones de Brasil.
‘Brasil es así, un país para todo’
“Él es la autoridad máxima de la Iglesia, si viene gente desde Argentina a verlo, cómo es que nosotros no vamos a aprovechar la oportunidad aquí”, dijo Regina Shin, una dentista de 38 años, apretada entre un grupo de amigas minutos antes que el Papa apareciera a bordo de su “papamóvil”. “A mí me parece un Papa correcto. Él habla sin medias palabras y dice todo claro”, agregó sonriente.
El Papa Benedicto XVI llegó a Sao Paulo, Brasil, en su primera visita a Latinoamérica.
A poca distancia Alberto Zucchi, de 45 años, un fiscal de la oficina tributaria de Sao Paulo, dijo que esperaba que el “Papa condene el aborto, el casamiento entre homosexuales... todas esas leyes inmorales que están por ahí en el congreso” brasileño.
No todos parecieron estar de acuerdo.
“No soy católica, no creo en ese hombre”, dijo Alipa Sakano, una estudiante de 24 años, quien pasó por la plaza frente al monasterio. Pero Sakano tampoco se mostró favorable a algunas escenas ocurridas en la plaza más temprano: desde un hombre que la recorría jugando con un balón de futbol hasta otro disfrazado de Bin Laden.
Un tercero ondeaba una enorme bandera negra reclamando justicia para su hija quien dijo murió en abril baleada en una barriada pobre de Río de Janeiro.
Todas esas escenas estuvieron sazonadas primero con cantos gregorianos difundidos por parlantes ubicados en las esquinas del monasterio y más tarde por un banda militar que entonó desde conocidas sambas hasta temas musicales como el de la película “Misión Imposible”.
“Brasil es así, un país para todo”, comentó Carmecí Rodrigues, de 36 años, quien prepara dulces caseros para vender. “Esto es una oportunidad única”, agregó.