Encabezará Margarita Zavala la entrega al Papa Benedicto XVI de los adornos navideños mexicanos.
La esposa del presidente de México, Margarita Zavala, encabezará la delegación de México que entregará el próximo miércoles al Papa Benedicto XVI los adornos de la muestra “Navidad mexicana en El Vaticano”.
La legación diplomática de México ante la Sede Apostólica confirmó que Zavala estará acompañada por el representante de México en El Vaticano, Luis Felipe Bravo Mena, y por el gobernador del occidental estado de Jalisco, Emilio González.
Al finalizar la audiencia general de los miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa recibirá sobre el escenario a los representantes de México quienes le harán entrega simbólica de los elementos que adornarán diversas partes del Palacio Apostólico.
Se trata de un nacimiento y un árbol para dicha sala de audiencias, así como cuatro ángeles para un nacimiento monumental en la Plaza de San Pedro, piezas que fueron fabricadas por los artistas Agustín Parra y Jesús Guerrero Santos.
Mientras, ayer, un grupo de empleados del Vaticano trabajaba a marchas forzadas para dejar listo el árbol del aula para pasar a la decoración con las piezas mexicanas de alpaca y cerámica.
Junto al pino de unos ocho metros, traído especialmente desde Suiza y colocado junto al escenario central del Aula Paulo VI, se encuentra un par de decenas de cajas que contienen además esferas de vidrio soplado y figuras de cerámica.
Durante un recorrido realizado en el aula se corroboró que se trata de figuras de pájaros multicolores (unos 150 de diversos tamaños), clásicos querubines estilo barroco, pequeños tejocotes (fruta de estación) y cañas de azúcar.
Además una base de madera de unos ocho por seis metros acogerá al pesebre cuyas figuras esculpidas a mano estarán colocadas sobre un escenario que representa una construcción rústica del campo mexicano.
Para lograr ese efecto un grupo de arquitectos preparó una escenografía con dos paredes cuyo material simboliza el barro usado para la edificación de los establos en las haciendas, las que serán complementadas con paja artificial.
Los adornos del árbol fueron preparados por Jesús Guerrero, quien personalmente coordina las labores de montaje.
“Este trabajo representa al pueblo mexicano, eso me da una sensación de un compromiso fuerte; la intención es formar un árbol que exprese el equilibrio de lo mexicano”, explicó el artesano.
Confesó que desde su llegada a Roma y el desempaque de las piezas la gente que tuvo contacto con ellas mostró su admiración por México, por el producto de ese país que ha sido reconocido en todo el mundo y ahora en El Vaticano.
“Los artesanos no tenemos el don de la palabra, pero nuestro espíritu habla por nuestras manos y el regalo que daremos transmite el mensaje de que México tiene todo el sentimiento de amor y de adhesión al Papa”, agregó.
Realizan en EU muestra de juguetes mexicanos
El balero, el trompo, las canicas y otros juguetes artesanales mexicanos que disfrutaron los padres, los abuelos y los tatarabuelos están desde ayer al alcance de los niños de Washington en un espacio donde no existen las consolas de videojuegos.
Algunos niños abren, mudos, la boca, y otros sueltan un respingo de gozo, pero a todos les brillan los ojos y les cosquillean los dedos al entrar en el Museo de Arte de las Américas, donde hoy se inauguró la muestra de trescientos juguetes mexicanos, que durará hasta el 16 de marzo.
Es un festival de colores saltarines, de ruidos de matraca y de tambores, y de texturas de madera, trapo y latón, donde el plástico es un elemento alienígena.
Son los juguetes de los mayores, algunos de los cuales, como el futbolín, han sobrevivido al cambio de los gustos, y otros, como el palo, el hilo y la cazoleta del balero, deberían estar en una lista de objetos en peligro de extinción.
“Queremos que no se pierda el sentido de admiración por lo que no tiene tecnología”, dijo Marinela Servitje, directora del Papalote Museo de Niños, la institución en México de donde proceden todas las piezas.
En realidad, muchos de los juguetes sí funcionan con tecnología, pero son sistemas sin chips, de una simplicidad rústica y reconfortante: es la bola que al girar tira de cuerdas y hace que los pollitos bajen la cabeza, o los hilos de los títeres antiguos que controlan el toro, el torero y la cuadrilla.
La muestra se divide en dos. Por un lado, protegidas en vitrinas y expuestas como uno espera ver las cosas en un museo, están las miniaturas, las cerámicas y otros objetos antiguos y delicados, incluida una colección de pulgas vestidas con ropas absurdamente pequeñas y que se ven con una lupa.
La otra sección consiste en réplicas y versiones recientes de los juguetes, que los niños, y los no tan niños, pueden sacudir, lanzar, martillear y acunar a su antojo.
“Estos juguetes se están perdiendo, queremos rescatarlos”, dijo Mercedes Jiménez del Arco, la comisaria de la muestra.
Además, el Museo tiene previstas sesiones de manualidades, en las que los menores podrán crear su propia piñata o hacer una muñeca de una mazorca de maíz.
La muestra cuenta con algunos juguetes de principios del siglo XX, elaborados en la época en que Pancho Villa participaba en tiroteos en Chihuahua. Muchos otros son de difícil datación, porque los artesanos no marcaban las fechas, según Jiménez del Arco.
Quizá no se preocuparon de hacerlo porque nunca los consideraran como obras de arte, pero para la comisaria no hay duda de que lo son, pues “transmiten los valores de su tiempo, y el sentir y el espíritu de las comunidades”, dijo.
Mientras que las muñecas de trapo o los soldaditos de plomo tienen una dimensión universal, otros juguetes en la muestra son intrínsecamente mexicanos.
Están, por ejemplo, los esqueletos vestidos de gala del Día de los Muertos, las figuras de Judas y el diablo para quemarse en Semana Santa o las matracas usadas para llamar a misa el Sábado de Gloria.
También se puede ver los cascos y cornetas que se sacan a la calle en las fiestas patrias y algunas figuras de naguales del estado de Michoacán, el animal que los indígenas creen que protege a la persona.