Un cubano llevó en su cuerpo durante más de 20 años una punta de lápiz de un centímetro de largo que se había clavado en la mucosa de su paladar cuando cursaba estudios de enseñanza primaria, informa la prensa local.
Michel Contreras, de 33 años y periodista de profesión, explicó al diario Juventud Rebelde que en la escuela se había clavado por accidente la punta del lápiz.
"Nunca me había molestado en absoluto, hasta que recientemente empezó a hincarme", dijo.
El diario señaló que una estomatóloga de La Habana procedió hace unos días a la extracción del grafito y de esta forma alivió el dolor y la liviana carga añadida en su boca.
"Según la doctora, parecía un nevo o lunar color violeta en el paladar", indicó Contreras, al recordar entre risas que le manchaba el dedo de negro cuando lo tocaba.