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Lo que la censura se llevó

SIN FIN | LOS RECLAMOS AÚN SON CONSTANTES EN EL SÉPTIMO ARTE

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El Universal

El Código Hays impuso sus límites a la expresión cinematográfica.

MÉXICO, DF.- La frase más famosa en la historia del cine: “Francamente querida, me importa un bledo” dicha por Clark Gable en Lo que el Viento se Llevó (1939) estuvo a punto de ser sólo un mito. En la novela, el personaje de Rhett dice: “My dear, I don’t give a damn” pero la palabra “damn”, estaba prohibida por el Código Hays por considerarse demasiado fuerte para la época. El productor David O. Selznick insistió en no modificar el guión y filmó dos versiones de la escena para presentarlas en la oficina Hays en espera de su aprobación.

Anécdotas de este tipo se originaron desde que el 31 de marzo de 1930, la Asociación de Productores Cinematográficos de los Estados Unidos (MPPA) dio a conocer una serie de estatutos sobre lo que debería aparecer en las pantallas cinematográficas... o más bien, sobre lo que NO; lo que estaría prohibido exhibir a los castos ojos y oídos de los espectadores: desnudos, actitudes lascivas, violencia gráfica, palabras altisonantes y demás. Preocupados por los continuos escándalos protagonizados por actores del cine que incluían divorcios, drogas, orgías y otras linduras, varios sectores de la sociedad estadounidense demandaron a los estudios cuidar el contenido de las producciones a fin de evitar conductas de imitación en los espectadores. Así nació la MPPA en 1922, y ocho años después vio coronados sus esfuerzos con el Código Hays, llamado así en honor a su presidente el líder del Partido Republicano, William H. Hays.

Las prohibiciones contempladas limitaban la expresión de los cineastas y el tratamiento de temas ineludibles como el sexo o la violencia. No se negaba el estreno a ninguna producción pero durante más de 30 décadas se cortaron escenas y modificaron diálogos. El cine de gánsters se vio obligado a dar otro giro a argumentos y personajes. Varios directores recurrieron a la justicia para mantener intactas sus obras como Otto Preminger y El Hombre del Brazo de Oro (1955) que aborda el tema de la adicción. El Séptimo Arte enfrentó la censura a través de las producciones independientes y del cine extranjero; el mismo cine negro surgió como respuesta al código de moralidad. Las reglas restrictivas se abolieron en 1967, de lo contrario, filmes como El Último Tango en París, El Padrino o Naranja Mecánica no existirían.

Principios generales del Código Hays

El llamado cine negro surgió como respuesta al código de moralidad.

■ No sé mostrarán besos ni abrazos de lascividad excesiva, de poses o gestos sugestivos.

■ Las escenas de quitarse las ropas deben evitarse si no son indispensables para la trama.

■ En lo sucesivo queda prohibido mostrar a las mujeres quitándose las medias. Nunca un hombre quitará las medias a una mujer.

■ El desnudo completo no se admite en ningún caso. Esta prohibición alcanza al desnudo en siluetas y exhibir el ombligo.

■ El carácter sagrado de la institución del matrimonio y del hogar será mantenido.

■ Los vestuarios de la danza que permitan exhibiciones inconvenientes y movimientos incidentes durante la danza, están prohibidos.

■ El adulterio y todo comportamiento sexual ilícito no serán justificados o presentados bajo un aspecto atractivo.

■ Es preferible que las parejas casadas duerman en camas separadas. Jamás mostrar a la pareja en la cama al mismo tiempo.

■ No se mostrarán los detalles de asesinatos brutales. Las heridas se mostrarán con un mínimo estricto de sangre.

■ Las blasfemias están prohibidas bajo todas sus formas.

■ Las perversiones sexuales y toda alusión a éstas están prohibidas.

■ El personaje de Cristo no es tema de comedia.

Después del código

A decir verdad, la censura no desapareció junto con el Código Hays. La MPAA empleó como restricción el sistema de clasificación por edades. La exhibición de un filme con escenas eróticas o de violencia gráfica podía ser castigada con una espantosa X, la clasificación más fuerte que limitaba el acceso a las salas a personas mayores de 18 o 21 años. La X condujo a decenas de cintas de autor y a filmes independientes a los rincones oscuros de salas porno o a los restringidos límites geográficos de los videoclubes. La manera de evitar este camino era acceder a suprimir escenas. Nuevamente, las protestas de realizadores, críticos y audiencia significaron la defensa a la libre expresión del arte, sobre todo con escándalos tan sonados como el de ¡Átame! (1990) de Pedro Almodóvar, calificada como porno. Para acallar las voces, la MPAA sustituyó la X con la clasificación NC-17 a fin de eliminar la asociación con la pornografía.

En las producciones estadounidenses persisten lineamientos marcados en el código como el que se refiere al mestizaje. La mezcla racial es tabú; especialmente su representación en la relación entre una mujer blanca y un hombre de color. De ahí que el éxito de Adivina Quién viene a Cenar (1967) o la razón de por qué Julia Roberts jamás besó a Denzel Washington en El Informe Pelícano (1993).

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