Los británicos, que no son conocidos precisamente por su contribución al arte culinario, se han convertido desde la invención del microondas en auténticos reyes de ese instrumento destinado a gentes con prisa.
Los inventores del "fish and chips" (pescado frito y patatas rociados con vinagre y envueltos originalmente en papel de estraza o de periódico) son los mayores consumidores de comida para microondas de Europa.
Según un estudio de la empresa de investigaciones de mercado Mintel, cada vez más ciudadanos del Reino Unido acuden al supermercado a comprar alimentos preparados que pueden luego calentar en cuestión de minutos en el microondas.
Los británicos gastaron el equivalente a más de 3,000 millones de euros en ese tipo de comidas el año pasado frente a 2,000 millones que invirtieron sus vecinos franceses o 1,800 millones, los alemanes.
Y, según apunta hoy el diario "The Independent", se prevé que el número de comidas preparadas que consumirán los ciudadanos de estas islas aumente en un 25 por ciento en los cinco próximos años.
La popularidad creciente de la comida preparada entre los británicos refleja al mismo tiempo un fenómeno social, y es que cada vez más adultos comen en casa solos.
Así, tan sólo un 44 por ciento de los británicos dicen comer en compañía de la familia el fin de semana mientras que los franceses que suelen hacerlo son un 54 y los alemanes llegan al 56 por ciento.
Y cuando se les pregunta si pasan el tiempo necesario en la cocina para preparar una buena comida, sólo un 34 por ciento de los británicos responden afirmativamente frente a un 56 por ciento de los alemanes.