La lagunera Bibiana Candelas, medalla de bronce en Panamericanos, posó al lado de Oswaldo Sánchez, poco antes del inicio del juego del Santos. (Fotografía de Jesús Galindo)
TORREÓN, COAH.- Parecía que el sol iba a ser factor. Que la nueva modalidad de transmisión del juego iba a detener al corazón guerrero. Que hasta La Komún no iba a llegar a ocupar su lugar para dejar un gran hueco en la tribuna.
Sin embargo todo cambió, el balón volvía a rodar en el campo mítico del Corona, donde hace unos meses los Guerreros dejaron todo en la cancha para volver a respirar en la Primera División.
La solución para cualquier problema de un guerrero es tener el hacha afilada. Ayer eso sucedió, Daniel “Hachita” Ludueña sacó todo su coraje contenido con un penal muy bien cobrado y un soberbio tiro de castigo que dejó mirando visiones al “Conejo” Pérez.
A pesar de todos los inconvenientes, ahora los Guerreros volvieron, después de torneos aletargados, en donde parecían apenas un esbozo de lo que en otros tiempos fueron aquellos jugadores que portaron el uniforme albiverde.
Las gratas sorpresas fueron en todas las líneas. La defensa ahora protege a su portero, y toda la Comarca, Castillo y Estrada fueron la pesadilla para el “Chelito” Delgado y compañía, aunado a que “Tano” Ortiz y Rafael Figueroa soportaron todos los embates. Oswaldo cuando fue exigido resolvió y salvó el marco local.
Por fin apareció el 58 en la cancha, Juan Pablo tuvo uno de sus mejores partidos con Santos Laguna. Walter Jiménez se desempeñó bien en el medio campo, “Paco” Torres ayudó a que el ataque fuera incesante.
Para destacar, la actuación de Matías Vuoso. El Toro demostró que tiene ganas de brillar como en otras épocas, corrió todo el tiempo, buscó hacerse espacios y se vio que no ha perdido el “trapío”.
Christian “Chucho” Benítez cayó con el pie derecho, provocó las dos faltas que se convirtieron en las anotaciones santistas. El calor no fue problema para el moreno, y ahora puede ser la pieza que le faltaba al engranaje albiverde. Y Ludueña se convirtió en el motor del conjunto, obtuvo el respeto de todos por su calidad en el campo, y ayer cortó de tajo al Cruz Azul.
Hasta la afición dejó aquellas tardes de angustia en los recuerdos a olvidar y ahora se divertía cantando, saltando, confundiendo a un despachador de refrescos. Al final todos salieron satisfechos, dos horas después algunos en sus casas pudieron ver la repetición del juego por cable y otros más tarde, casi a las 11 de la noche, para dormir tranquilos. A cualquier hora un triunfo es para verlo y quedar satisfecho por lo que resta de la semana.
En el ambiente se quedó un aroma que desde hace algunos años no se percibía. Los Guerreros regresaron.
Momentos para no olvidar.
Un partido inaugural que tuvo momentos singulares.
Previo al encuentro, hubo un espectáculo vistoso de bailables mexicanos. Al final se soltaron miles de papelitos, que fueron recogidos a mano por varios voluntarios, al no contar con un aparato para despejar la cancha.
Las Guerreritas, porristas del Santos Laguna, estaban realizando su coreografía de la canción Vaquero de Rodeo, cuando el CD que tocaba la pieza estaba rayando, por lo que ellas tuvieron que realizar la “graciosa huida”.
Estuvieron presentes antes del silbatazo inicial la voleibolista Bibiana Candelas, medalla de bronce panamericana en voleibol de playa, y varios adultos mayores que tenían cien años, debido a que eran los padrinos del Centenario y se les dio un obsequio por parte del club.
En el minuto 20 del juego, y para no entumirse, Oswaldo Sánchez empezó a hacer unas lagartijas, que el público contó.
