Mientras que en España y Grecia los hombres son legendarios por no colaborar en la labor doméstica, el mexicano, cuyo machismo sigue bien arraigado, parece estar dispuesto a ceder ante la insistencia, y a veces enojo, de sus parejas.
Así lo refleja un sondeo de Notimex a 10 madres y amas de casa quienes registran, en su universo inmediato, un ligero, pero significativo avance en la participación de sus esposos en el quehacer del hogar, trabajo asociado con las Hijas de Eva.
Nueve de las encuestadas reciben ayuda masculina, porque a diferencia de sus pares en España y Grecia, sus parejas "apoyan en labores domésticas casi de manera incondicional", en palabras de Ana
Argueta, de 54 años, que refleja el sentir del grupo entrevistado.
Entregados y solidarios, pero no siempre voluntarios. Luisa Gómez, de 33 años, Soledad Almanza, de 47 y Lourdes González de 54, coinciden en que muchos mantienen la noción de que la mujer es la
responsable de la casa y ellos sólo coopera cuando ella se enoja.
"La esposa es siempre la encargada del hogar. Nosotros la ayudamos, pero es su responsabilidad", afirma Arturo, esposo de Luisa. "Hacemos lo que podemos, que nunca es lo mismo que lo que hace
ella, ni ponemos todo nuestro empeño en eso", agrega.
Una investigación del INEGI le da la razón. Mientras las amas de casa, en general, dedican unas 15 horas semanales al quehacer, los hombres apenas entregan cuatro horas en el mismo periodo de tiempo, según los resultados de la investigación del año pasado.
No en todos lados es así. En casa de Judith Navarro, madre de familia de 40 años, por ejemplo, las labores están distribuidas de manera equitativa. Su esposo barre, y lo hace como ella; sus hijos
lavan los trastes, la ropa y el baño mientras ella cocina para todos.
Y las parejas de Estela Durán, de 45 años, y de Ana, parecen incluso compañeros ejemplares. Ambos barren la casa, limpian los muebles, planchan y cuidan a los hijos de manera voluntaria, sin la
presión de ellas.
Pero ojo, todos comparten un "talón de Aquiles", de acuerdo con las encuestadas.
En la cocina, siempre les falta sazón y nunca lavan bien la ropa porque son "medio chambones, no enjuagan bien y las prendas quedan tiesas", admite Estela, madre de una joven estudiante de sicología.
Y es que no es ningún secreto que todavía existe un alto grado de machismo en México, en especial en los hogares y entre las parejas, pues muchas mujeres han acostumbrado a sus esposos a ser ellas las que se responsabilizan de las actividades domésticas.
Que la fémina sea la encargada del hogar es típico de la cultura tradicional que promueven muchas madres mexicanas como Teresa Corro, de 35 años, quien, con dos hijos que mantener, no recibe ayuda de su esposo porque él paga "la comida, la luz, el agua y el teléfono".
