La conjuntivitis es un mal que debe atenderse lo más pronto posible y sobre todo, recomiendan no automedicarse.
Días soleados, calurosos y tardes polvorientas son característicos de marzo, un mes loco, en lo que al clima se refiere, y amenazante en lo que toca a la salud, pues los riegos de padecer males respiratorios están a la orden del día, así como afecciones oculares.
Las nubes de polvo que los vientos arrojan provocan que las infecciones oculares se disparen. Los médicos dicen que atienden 50 por ciento más de casos, ya que los ojos registran daños como consecuencia de la proliferación de virus, bacterias y polen que se encuentran en el medio ambiente.
Los ataques de estos agentes nocivos se detectan con la aparición de ciertos síntomas: comezón, sensación de cuerpo extraño -como cuando entra una basurita o arenita-, enrojecimiento y ardor de ojos y la presencia de secreción, que puede ser desde color claro (viral) hasta amarillosa-verdosa (bacteriana).
Una forma de hacer frente a las polvaredas es usar lentes, así como evitar tallarse o tocarse los ojos con las manos sucias. La oftalmóloga Luz María Rodríguez López señala que uno de los problemas más populares de la temporada es la conjuntivitis.
Cuando se reconoce el ataque de estos enemigos, dice, "es importante no dejar evolucionar el problema y mucho menos automedicarse, típica conducta que sólo incrementa el riesgo de complicarse, ya que puede lesionar la córnea y provocar su inflamación, lo que puede alterar la visión".
La especialista del Servicio de Oftalmología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI dice que las mujeres deben adoptar ciertas medidas, como hacer que los cosméticos sean exclusivamente personales y evitar que entren a los ojos. Y para mantener en buena forma los ojos, señala, se puede emplear algún lubricante no medicamentoso, de los llamados lágrima artificial, que ayudan a mantener húmedo al ojo, pues entre más seco esté, existe mayor riesgo de infectarse.
Insiste sobre el riesgo de la automedicación: "Es tan grave que puede comprometer la vista, ya que el tratamiento para una infección bacteriana no es el mismo que para una de tipo alérgica o viral, por lo que el uso incorrecto de fármacos puede ocasionar úlceras o abscesos en córnea".
Además, llama la atención sobre que cualquier tipo de lavado de ojos, como el famoso "lavado con té de manzanilla", incrementa las molestias oculares y puede depositar los residuos de la planta en el fondo del saco ocular y producir una severa infección.
Únicamente el médico es quien debe prescribir un tratamiento.