La tradición que comenzara San Francisco de Asís hace ya más de 800 años con la representación del Nacimiento del Niño Jesús, la vive la ciudad de Nápoles de manera particular. (Archivo)
Esta tradición también ha evolucionado o a decir de otros, no ha escapado a las modas.
La tradición que comenzara San Francisco de Asís hace ya más de 800 años con la representación del Nacimiento del Niño Jesús, la vive la ciudad de Nápoles de manera particular, sobre todo porque es aquí donde defienden que surgió el primer pesebre en todo el mundo.
Sin embargo, la historia no es clara. Por una parte, se señala que fue en la Navidad de 1223 cuando buscando señales de Dios, el entonces apóstol reprodujo en vivo el momento del nacimiento de Jesús en la ermita de Greccio. Por otra parte, existen documentos que refieren que el primer pesebre se puso en la iglesia de Santa María del Pesebre, en Nápoles, en el año de 1025, es decir, 198 años antes de que lo hiciera San Francisco de Asís.
Incluso, es en esta zona del sur de Italia donde hay varios registros del nacimiento de los nacimientos (valga la redundancia).
Así, en el año de 1324 se dice que en la Costera Amalfitana existía una capilla del pesebre. Otro ejemplo dice que fueron los hermanos Giovanni y Pietro Alemanno, que en 1470 crearon las primeras esculturas de madera para la representación de la Navidad de ese año en Nápoles.
Y que además, las primeras figuras de barro cocido aparecieron en el siglo XVI en un pesebre realizado por Matteo Mastrogiudice, un noble de Sorrento, ciudad cercana a Nápoles.
No en vano, que los napolitanos se sientan los creadores de esta tradición y además la sigan honrando.
Ahí está la calle de San Gregorio Armeno, en pleno Centro Histórico de la ciudad, que desde los últimos días de noviembre cambia su fisonomía para la vendimia de los pesebres o las figuritas que puedan ayudar a construirlo.
Y es que esta tradición también ha evolucionado o a decir de otros, no ha escapado a las modas.
En un principio, desde San Francisco de Asís o desde la iglesia de Santa María del Pesebre, los representados eran pocos: la Virgen María, San José, obviamente el niño, un buey y un burro, con unos cuantos pastores.
Después se agregaron los Reyes de Oriente y luego ya no sólo era el pesebre como tal. En el siglo XVII fue cuando los escenarios cambiaron y se comenzó a escenificar el llamado mundo profano, es decir, la vida común, como los mercados, las tavernas, panaderías y demás.
IDEAS SIN LÍMITES
Y es aquí, precisamente en la calle de San Gregorio Armeno donde las ideas y propuestas no tienen límites. Pues también es una tradición napolitana representar el realismo.
Así que no es raro encontrarse las figuritas de los pastores junto a las de personajes políticos o del ambiente deportivo y artístico. Y para representar al mal: están además del diablo, los mafiosos.
Ya el año pasado, cuando Italia venció la Copa del Mundo, los artesanos de San Gregorio Armeno popularizaron la figurita del defensa, también napolitano, Fabbio Cannavaro. Antes habían hecho la figurita de la estrella de la Roma, Francesco Totti. También existe otra figurita menos popular este año, la del primer ministro Romano Prodi.
Otra característica de esta calle es que se pueden encargar pesebres al gusto, es decir, uno puede elegir desde el tamaño, los personajes, los materiales y las dimensiones, pero no hay que emocionarse demasiado, que también estos privilegios tienen su costo y si bien es cierto que en San Gregorio Armeno se pueden conseguir figuritas desde un euro, también se encuentran hasta en miles de euros.