Los Rockies buscan la remontada y los Medias Rojas un triunfo más

DENVER, COLORADO.- Después de haberse cumplido los dos primeros partidos de la Serie Mundial todo marcha como se había establecido en los pronósticos al tener los Medias Rojas de Boston la ventaja de 2-0 sobre los Rockies de Colorado.

El duelo del Clásico de Otoño del beisbol profesional ahora se traslada a territorio de los Rockies, al Coors Field de Denver, donde su objetivo es lograr el primer triunfo en el tercer partido de hoy sábado y comenzar la remontada.

Los Rockies por primera vez en la competición de octubre están abajo en una serie y con dos derrotas consecutivas, después que en la primera de división y en la del campeonato de la Liga Nacional habían logrado sendas barridas de 3-0 y 4-0 frente a los Filis de Filadelfia y Cascabeles de Arizona, respectivamente.

Sin embargo, al llegar al Fenway Park de Boston se encontraron al mejor equipo durante toda la temporada regular y los Medias Rojas se lo demostraron con una exhibición de bateo y pitcheo.

Lo anterior ha colocado a los Medias Rojas más favoritos de lo que eran en las apuestas y su objetivo en el Coors Field, uno de los estadios más favorables para pegar jonrones, es completar la barrida y el título de campeones o cuando menos lograr el triunfo que les dé la tranquilidad de regresar al Fenway Park.

La conexión latina encabezada por los dominicanos David Ortiz, Manny Ramírez y el boricua Mike Lowell están listos a hacer sonar su bate en el Coors Field y son los más comprometidos en no bajar la presión para asegurar la victoria en la segunda Serie Mundial que disputan los Medias Rojas en cuatro temporadas.

Existe confianza dentro de los Medias Rojas, pero también el convencimiento de que es necesario mantener el máximo de concentración y rendimiento en el campo para lograrlo.

A diferencia de lo que les sucedió en la serie de campeonato de la Liga Americana frente a los Indios de Cleveland, que al final tuvieron que hacer la gesta de remontar una desventaja adversa de 1-3 después de haber ganado el primer partido, ahora quieren sentenciar cuanto antes.

“No los vamos a dejar respirar. Si los tienes contra la lona, hay que mantenerlos ahí, aplicar el instinto asesino en el plano deportivo”, declaró Ortiz. “Fíjense en lo que pasó en la serie de campeonato contra Cleveland, cuando nosotros fuimos los que vinimos de atrás”.

Ortiz podría jugar hoy sábado como primera base, algo que no le preocupa al pelotero dominicano por considerar que está más que “preparado” para hacerlo, a pesar que este año no lo ha hecho en esa posición.

Esa es la incógnita que tienen los Medias Rojas, ya que al no haber bateador designado en la Liga Nacional como existe en la Americana, el manejador del equipo de Boston, Terry Francona, debe decidir.

El sacrificado saldría entre Ortiz, Lowell y Kevin Youkilis. Se cree que Francona pondrá a Ortiz en la inicial y alternará a los otros en la antesala, ya que esa fue la posición con la que Youkilis empezó en las grandes ligas.

Ortiz no entiende el debate sobre su habilidad para jugar como primera base, en una discusión que se ha incrementado por la persistente dolencia que arrastra en la rodilla derecha.

“Hago un mejor trabajo de lo que la gente piensa”, comentó Ortiz.

“La he jugado muchas veces. Lo hice en 2004 contra San Luis y resolví. A mí no me pueden dejar tres juegos seguidos sentado”.

La vuelta al Coors Field puede ser el bálsamo para una reacción.

Hay varios factores que hacen fuertes a los Rockies en su campo, como la altitud y el amplio espacio de sus jardines, dos factores con los que algunos equipos visitantes tienen problemas para adaptarse de inmediato.

Los Rockies han sido un equipo consistente en el Coors Field, donde han ganado 11 de sus últimos 12 partidos, incluyendo un desempate por el comodín contra los Padres de San Diego, y aseguraron las barridas ante los Filis y los Cascabeles.

Frente a los Medias Rojas cuando menos van a conseguir mantenerse en la pelea por su primer título de la Serie Mundial y para eso tendrá que ganar dos partidos, una meta nada fácil ante un rival como el equipo de Boston.