El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva pidió paciencia para esperar el resultado de la investigación de la tragedia aérea que causó casi 200 muertos. (Archivo)
Los aeropuertos de Brasil seguían congestionados ayer cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva pidió paciencia para esperar el resultado de la investigación de la tragedia aérea que causó casi 200 muertos.
Las autoridades aeroportuarias informaron de atrasos en salidas y llegadas en las principales terminales del país, como consecuencia de la acumulación de vuelos durante el fin de semana por una falla eléctrica en Manaus, uno de los cuatro centros de control aéreo de Brasil.
El total de muertos del accidente del 17 de julio se elevó de 191 a 198 después que TAM divulgó una lista actualizada con los nombres de las víctimas en tierra. Aparte de los 187 ocupantes del avión, al menos otras 11 personas murieron en tierra cuando el Airbus 320 de la aerolínea no consiguió detenerse en la pista del aeropuerto de Congonhas, de esta ciudad y siguió fuera de la terminal para estrellarse con un edificio y una gasolinera.
Miles de personas visitaron el lugar el domingo dejando flores y protestando por la falta de seguridad del sistema de la aviación civil del país. Pero en su programa radial de cada lunes, el presidente Lula afirmó que era prematuro e irresponsable hacer ahora un juicio sobre quién era el responsable por el accidente.
“Todo juzgamiento es prematuro, diría casi que irresponsable. En un momento como ése, en que hay una tragedia, la mejor cosa que podemos tener es prudencia para investigar correctamente, en cambio de hacer especulaciones”, dijo Lula en su programa Café con el Presidente. “Esperemos con prudencia la investigación para decir lo que sucedió... si el problema fue de la lluvia, si el problema fue de la pista, del avión, si el problema era del piloto. Todo eso, pido a Dios que tengamos las condiciones de obtener el resultado de la caja negra del avión para que podamos informar a la opinión pública”, agregó.
Sin embargo, Lula admitió que para los parientes y amigos de las víctimas “no da para pedir paciencia y comprensión. Apenas para pedir fuerza porque las personas tienen derecho de estar indignadas, tienen derecho de querer saber lo que sucedió. Y esa es la obligación del Gobierno, hacer una investigación seria para que no acusemos ni exculpemos a nadie antes de tener una investigación correcta”.
Pero para los brasileños la peor tragedia aérea del país, la segunda en 10 meses, marca la hora de poner punto final a la crisis, que estalló después que en septiembre un avión Boeing 737 de la aerolínea Gol cayó en una región amazónica y murieron sus 154 ocupantes.
Juan Pedro Medeiros y Leticia Volasco, sin parientes en la tragedia del martes, llevaron al lugar del accidente una pancarta en la que se leía “Basta”.
“Es hora de decir que ya tuvimos suficiente de esto”, dijo Volasco, una abogada de 38 años. “Estamos cansados de la impunidad, queremos saber quién causó esto y por qué y que sean castigados”, agregó Volasco.
Un grafiti en una de las paredes cercanas a la pista de Congonhas afirma que “Brasil está de duelo, Cierre de Congonhas” y pancartas colgadas en una autopista piden “Justicia para el Crimen del Vuelo 3054”.
