Don Abundio sabe muchas cosas de la vida. Quizá por eso sabe tantas cosas de la muerte. El otro día murió en Ábrego doña Chentita, anciana de 90 años. No se casó; no tuvo hijos; no se le conocieron nunca hermanos ni parientes.
-Va a morir pronto –me dijo don Abundio en su velorio.
Pensé que no había oído bien. ¿Cómo que iba a morir pronto, si estaba muerta ya? Le pedí que me repitiera sus palabras. Y dijo don Abundio:
-Morirá pronto porque sólo morimos cuando muere el último que nos recuerda. Y esta pobre mujer no tiene casi quién se acuerden de ella.
Se dice que con la muerte viene el olvido. Pero tiene razón el sabio viejo. Más bien con el olvido viene la muerte.
¡Hasta mañana!...