Este niño vive en una comunidad indígena, en Tabasco. Ha cumplido seis meses, y su madre lo va a enjorquetar. Eso quiere decir que en adelante va a cargarlo llevándolo a horcajadas en la cintura.
Hay fiesta, con baile y comilona. El adulto mayor de la casa pone al niño en medio de la choza, y coloca frente a él utensilios propios de diversos oficios: el de pescador, el de músico, el de cazador, el de carpintero, el de tejedor... El niño toma uno, y eso anuncia lo que será en la vida.
Me pregunto: si el chiquillo no escoge ninguno ¿cómo se interpretará ese augurio? ¿Pensarán sus padres, por ejemplo, que el niño está destinado a ser poeta? Incontables oficios tiene el hombre. El principal de ellos es vivir. Si vive en el bien habrá cumplido bien su oficio humano. Si no, será como el mal carpintero que echa a perder la madera preciosa que se le dio para hacer un bello mueble.
Seamos un buen utensilio de la vida.
¡Hasta mañana!...