Estoy segura que al leer el título de hoy muchos panistas habrán pensado ¡Qué lenguaje el de esta señora! En México el término “madre” tiene connotaciones denigrantes al infinito que provienen de la Conquista, exactamente de la invasión española y de la inmensa gama de complejos, empezando por el machismo, seguido del sexismo, del racismo y del clasismo, heredados por la raza mestiza que creó. Hace milenios que los hombres son “machos” en todo el planeta y no quieren dejar de serlo. Cuestión de fuerza bruta.
Pero en México más. No por nada el término “macho” así en idioma mexicano ha invadido otras lenguas y se utiliza tal cual en francés, en italiano, en inglés y en alemán. Basta un mínimo ejemplo para aceptar que algo hay que hacer para regenerar el vocablo “Madre” en este país: Cuando algo es muy bueno o muy bonito es ¡padre! cuando no es el caso ¡es una madre! Yo no quisiera pensar que además de la discriminación genérica, el padre es el español y la madre la indígena, pero me temo que tal es la malinchista e indecente verdad.
En otras latitudes a la madre tampoco se la deja en paz en la intimidad y en todo el planeta se cree que ha venido a este mundo a parir y a servir al otro sexo, pero quizá no se la desprecia ni se la santifica como en México.
Se reconoce bien que mal su enorme influencia en la sociedad y sobre todo en la formación de los hijos. A este propósito se ironiza a las madres que en el hogar mandan y pretenden disciplinar a sus vástagos a base de un rigorismo convencional. Hace años mi amiga Roselen, una mujer inteligente y con sentido del humor, me envió una divertida lista de “frases de madres” que se salió del archivo esta semana para que la publique en calidad de regalo a las madres, pero también a los padres que dirán desde luego a sus esposas “¿Ya ves?”.
Estas son algunas de las supuestas opiniones maternas sobre sus hijos, nótese que todos son varones:
“Dejá de joder todo el día con la pelota y estudiá para hacerte un porvenir”. Madre de Maradona.
¿Cómo que la leche tiene un gusto raro? Madre de Pasteur.
¡Deja de gritar todo el día! Madre de Plácido Domingo.
Deja de bobear con esas maquinitas o nunca vas a salir de pobre. Madre de Bill Gates.
Basta de pegarle a todos, te vas a encontrar con alguno que te va a romper la cara. Madre de Mohamed Ali, alias Cassius Clay.
¿Otra vez al cine? ¿Para qué? Madre de Spielberg.
Estoy cansada de limpiar todo el día las huellas de tus zapatillas. Madre del astronauta Neil Armstrong.
Pero ¿quién te crees que sos vos? Madre de Carlos Gardel.
Es la última vez que me haces garabatos en el techo del baño. Madre de Miguel Ángel.
¡Qué relativo ni que ocho cuartos, si llegas tarde te ponen falta! Madre de Einstein.
Deja de golpear la mesa, ya me tienes harta con esos ruidos. Madre de Samuel Morse.
Di la verdad, no intentes convencerme con esas fábulas. Madre de Esopo.
Quédate quieto de una vez. La madre de Fred Astaire.
Irrespetuoso, no le eches cacahuates al abuelo. Madre de Darwin.
Nada de iguales, yo soy tu madre y tú eres mi hijo. Madre de Carlos Marx.
No me hagas versos para ablandarme. Madre de Rubén Darío.
Deja de contestarme con gestos. ¿Te comieron la lengua los ratones? Madre de Charles Chaplin.
Le debo en cambio a Jorge Díaz Serrano la anécdota, ésta sí auténtica, sobre el filósofo René Descartes (Cogito ergo sum-Pienso, luego existo). Perdió a su madre a temprana edad por lo que fue educado por sus tías. Y estas buenas señoras se quejaban preocupadas de él: “Es un perezoso. Nunca hará nada en la vida. Cuando se le pregunta ¿qué estás haciendo? Sólo responde: Estoy pensando”.
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Bueno, se acabó el recreo. Lo que leerá usted en esta segunda parte, eso sí no tiene madre, calificado sea en el más puro sentido nacional. O más exactamente el Gobierno que así se comporta es una madre, hablando siempre en buen mexicano. Fox-Goebbels dejó su inmunda huella: se debe gobernar y ganar elecciones a base de propaganda cuando no se sabe cómo hacerlo, cuando se ha mentido a lo largo de un año de campaña y no se es capaz de cumplir una sola promesa, cuando en 45 días de “Gobierno” se han aumentado todos los precios básicos, cuando en los primeros 60 días hábiles han cerrado cuatro mil empresas, cuando lo único que se pretende ser sin que importe la vida de los mexicanos, es “ héroe”.
Por un lado se llama al Ejército para combatir a los narcos y a todo aquel que se inconforme. La dictadura del débil. Y por el otro, se atosiga a la población con propaganda de la burocracia que se paga con el dinero del paupérrimo pueblo. De paso se cumple con lo prometido a Televisa y anexas. Anuncios y más anuncios caros y constantes.
Juan María Naveja de Anda, subsecretario de Normatividad de Medios de la Secretaría de Gobernación (SG) -¡inefable Ramírez Acuña!- autorizó la utilización de recursos por mil 476 millones 464 mil 290 pesos, entre el primero de enero y el 12 de abril del presente año para la difusión de campañas de las secretarías y entidades del Gobierno Federal, mediante la compra de espacios en radio y televisión, medios impresos certificados y “medios complementarios”.
El gasto del Gobierno en propaganda que sólo los retrasados mentales creen, es de 14 millones 475 mil 528 pesos diarios.
Spots y anuncios en TV: 401 millones 905 mil 730 pesos, en 102 días.
En radio: 226 millones 876 mil 140 pesos.
En diarios del DF : 107 millones 824 mil 920 pesos.
En diarios de los estados 57 millones 812 mil 950 pesos.
Y en “medios complementarios” (no se especifica cuáles por lo que pienso que pueden ser bolsillos) 604 millones 786 mil 60 pesos.
Las secretarías de Gobernación, Salud, Educación, Hacienda y Marina han botado en tres meses y 12 días 362 millones 307 mil 490 pesos, equivalente a 92.5 por ciento del total autorizado. Al cabo es dinero del pueblo.
Y no hablemos de los constantes guayabazos del que firma con enternecedora musiquita “ Gobierno de la República”. Con los aparatos para adelgazar, ha desplazado de la publicidad televisada hasta a las popularísimas toallas higiénicas femeninas.
Esto sólo se ve en las dictaduras. No andamos muy lejos. So pretexto de combatir al narco, la novedosa llamada de Calderón a “su” Ejército lo insta a lo dicho: acabar con las protestas sociales. Bonita democracia.
Así que con las necesidades ingentes, ¡terribles! que hoy padece este país tan bien gobernado por el Gobierno anterior y el presente, el dinero del erario, el del país, el del pueblo se tira a la basura de la propaganda de una burocracia cada vez más impopular. Lo dicho, este Gobierno no tiene madre.
manoudornbierr@gmail.com