EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Madurando

Federico Reyes Heroles

“La juventud es una embriaguez

perpetua: es la fiebre de la razón”.

La Rochefoucauld

Nuestra democracia es joven, padece ese mal que sólo se cura con el tiempo. Se olvida con frecuencia que crecer duele. Quien crece deja atrás la cómoda infancia plagada de juegos y fantasías. Son otros los encargados de pagar por nuestras faltas. Crecer supone entrar a una etapa en la cual los errores cuestan. México está madurando con los dolores correspondientes.

Cuándo terminaremos, se preguntan muchos con ansiedad. Pareciera que la madurez política fuera un proceso finito, un puerto de arribo. En todo caso es una larga travesía. Con frecuencia las señales de madurez, de avance están allí, pero el dolor nunca gusta. Eso aturde. Somos presas de nuestro propio proceso de crecimiento. ¿Estamos mejor que hace una década? Por supuesto que sí. A pesar de los cientos de muertos en las calles, de las trifulcas electorales, de “spots” fantasmas detectados por el IFE y un largo etcétera, estamos mejor. Las pruebas han sido muy duras, pero México es hoy más maduro.

En el 94 entró en vigor el TLC. Sus opositores decían que el imperio nos devoraría. Hoy, con un significativo superávit con Estados Unidos, estamos preocupados por exportar más a Europa y Asia. Las pesadillas se disolvieron. La apertura dolió. Aprendimos la lección: estar abiertos supone exportar. En 2000, sin violencia, se dio la culminación -en mucho simbólica- de la alternancia. El PRI pagó el costo del desgaste y la soberbia. Les dolió. Presidencias municipales, diputados locales, diputados federales, senadores, gobernadores, el ascenso llevó por lo menos tres décadas con dolor para todos.

Fox manejó la Presidencia como si fuera su rancho. Se le olvidó que el país estaba madurando. Le soltó la rienda a su señora, lo pagó carísimo. Se montó en el desafuero, la factura fue tan alta que tuvo que recular, para utilizar términos rancheros. En la mejor tradición priista, trató de dejar sucesor, no pudo. Todo le dolió. Hubo cobro y muy alto. López Obrador estuvo a punto de ganar la Presidencia. Perdió y evidentemente le dolió. Cambió la política por la extorsión callejera. Prefirió la estridencia del “pelele”, cultivar su ego subversivo, que una madura estrategia opositora. Hoy, en lugar de ser el más visible líder opositor, es una sombra de páginas interiores. La factura para él y su partido ha sido altísima. Les duele.

La soberbia de Fox y la inmadurez de los legisladores federales provocaron que los acuerdos políticos no caminaran. Oponerse al sentido común le costó al PRI decenas de curules. Al PAN por la vanidad de negar las coincidencias, por poco le cuesta la Presidencia. Hubo un costo enorme. Al final tuvieron que hacer (pensiones del ISSSTE) y tendrán que hacer (reforma hacendaria y sector energético) lo que tienen que hacer. Nada ganaron con posponer y sí perdieron mucho. Hay factura histórica y les duele.

Cien días antes de la elección los señores legisladores pasaron como relámpago una Ley de Radio, Televisión y Telecomunicaciones que gozaba de una total oposición de los especialistas y la mayoría de los involucrados, salvo del duopolio televisivo. No hubo tiempo de confrontar. El albazo fue total. Muchos argumentamos en favor del veto presidencial (Veto, abril, 2006). Como niños irresponsables pensaron que se saldrían con su travesura. Pero no, resulta que en nuestra creciente democracia el Poder Judicial cada día juega un papel más importante. Todo indica -basta con revisar el sólido proyecto de dictamen del ministro Aguirre Anguiano en Internet, otro gran cambio- que el revés será histórico. Habrá factura y a varios les va a doler.

Los sindicatos herederos del México corporativo se han manejado como si fueran sultanes, no rendían cuentas a nadie. Pero resulta que estamos en una República cada vez más República. Y en ese país el secretario del Trabajo -sin más trámite- puso a disposición de los ciudadanos la información concerniente a los contratos colectivos de trabajo de los grandes pulpos que rodean a la Administración pública Federal. Es un paso histórico que el barullo parece haber despreciado. Les dolerá muchísimo. De ahora en adelante habrá escrutinio y factura. Vamos creciendo.

El Banco Mundial acaba de publicar un estudio que nos recuerda los principales obstáculos que nos impiden crecer más y generar mayor prosperidad. Una forma distinta de ordenar lo evidente: los señores legisladores no están haciendo su trabajo, le han quedado chicos al país. ¿Cómo cobrará la opinión pública esta dilación irresponsable? No lo sabemos, pero queda claro que en México cada día que pasa la impunidad política disminuye. Quisiéramos que se acabara de tajo, pero no es posible. Por cierto, mientras el país se amanece con decenas de muertos todos los días ¡los señores legisladores no han tenido tiempo de revisar las varias iniciativas sobre seguridad pública que se encuentran en su sala de espera!

En nuestro país hoy hacer o no hacer tiene cada vez más premios y castigos. Los castigos duelen. Ese es el mecanismo último de una democracia. Hoy hay muchos adoloridos y habrá más. La reelección les dolería mucho a las dirigencias partidarias. Pero los contrapesos institucionales hoy operan mejor. Además el ciudadano ha aprendido a ejercer el voto como castigo. De eso se trata. Ese cambio cultural no es reversible, es el pilar de la democracia. Más vale que el PAN reflexione sobre Yucatán. Todas estas tensiones y enojos son parte del proceso. Cada castigo es un avance. No caigamos en el desánimo, crecer no es optativo. Permítaseme el gerundio: mientras todo esto ocurre vamos madurando.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 276673

elsiglo.mx