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Mal de muchos, lucha de todos| Hora Cero

Roberto Orozco Melo

El Republicano Ayuntamiento de Saltillo tiene, entre otros planes, el de exigir el cobro por uso del suelo municipal a la empresa Teléfonos de México. Igual tendría que hacer ante la Comisión Federal de Electricidad y la Secretaría de Educación Pública del Gobierno Nacional dependencias que ocupan suelo y cielo con sus postes, alambrados, transformadores y otros accesorios afines a sus servicios.

Las declaraciones del Tesorero municipal del Ayuntamiento saltillense tienen más de entusiasmo y optimismo que de apego a nuestra singular realidad fiscal, uno de cuyos más sonados fracasos es la inequidad y falta de proporcionalidad de las exacciones legales que conocemos como impuestos o contribuciones. Ojo: las conocemos quienes bimestre tras bimestre o por anualidades adelantadas pagamos a querer y sin ganas; mas no los organismos federales que las han evadido desde que México es lo que es.

Y no es el único ramo evadido: los comerciantes ambulantes eluden el impuesto sobre ingresos mercantiles, así paguen el uso del suelo a la Tesorería Municipal; otros gastan más dinero en sobornar a los inspectores de pisos que en pagar lo debido. Tantos son los evasores y tantos los recursos de evasión para las contribuciones locales, que ni siquiera se conocen las elusiones: por lo general en las oficinas fiscales municipales no existen padrones actualizados y bajo control.

¿Sabe usted, amigo lector, si los propietarios de lotes baldíos en sectores urbanos residenciales, medios y populares pagan algún sobre cargo en sus impuestos prediales por la propiedad o posesión de terrenos desocupados, generalmente en las esquinas de los fraccionamientos y sin ninguna delimitación perimetral?

El piso urbano debe conservarse con cuidado. Nada hay que mortifique más a un automovilista como que su vehículo caiga en uno de los múltiples baches que tienen nuestras calles, sobre todo después de una intensa temporada de lluvias como la que acabamos de pasar. ¿Acabamos? Quién sabe; en estos tiempos ya ni los fenómenos climáticos tienen palabra de honor.

Sin divagaciones, el hecho es que para no suscitar el encono de los propietarios de vehículos en circulación el Ayuntamiento debe mantener en buen estado el pavimento de las calles. Los automovilistas dirán, si son requeridos de cooperación económica para repavimentar las vías públicas: “¿Y a mí por qué? Mi auto es chico, mejor cobren a los pesados autobuses que dejan inservibles las calles; o a los grandes tráileres de dos cajas que circulan por el centro a ciencia, conciencia y paciencia de las autoridades de Tránsito municipal”.

¿Quién será capaz de hacer el milagro de que “Aguas de Saltillo” y las otras empresas distribuidoras del líquido potable en nuestras ciudades acepten su condición de sujetos pasivos de las obligaciones fiscales municipales que tenemos a cargo los simples ciudadanos, el comercio establecido y aún las mismas autoridades estatales y municipales?..

¿Quién podrá hacer que Telmex asuma como un compromiso legal el pago de los impuestos prediales dada su tenencia de bienes raíces y el uso de espacios de la vía pública, así terrestres como aéreos, que están dedicados a su objeto social? Antes Telmex fue una empresa paraestatal y estaba exenta de tales deberes fiscales; ahora ya es una empresa mercantil y como tal debe contribuir equitativa y proporcionalmente al gasto público municipal.

Hemos de reconocer que el alcalde de Torreón no acaba de sorprendernos en su afán de crear mejores condiciones económicas para los servicios del municipio. Ante la resistencia de los propietarios urbanos para continuar pagando los servicios de limpieza y recolección de basura en la comunidad y una sentencia relativa de inconstitucionalidad de la Suprema Corte de Justicia, el edil mayor propone por la voz del director de Ingresos de su Tesorería, un cambio en el cobro y retención de dicho impuesto para que sea en adelante la empresa paramunicipal de agua potable y alcantarillado, Simas, la que, de acuerdo a su padrón de usuarios, reciba y retenga a nombre de la Hacienda Pública Municipal esa contribución.

La idea no es mala, sin embargo, requiere de análisis por parte de los consejeros jurídicos del Ayuntamiento en prevención de una nueva demanda de amparo de los ciudadanos. Después de todo, son ellos quienes seguirán cargando al muerto.

Hay mucho trabajo por hacer en favor de la Hacienda Pública Municipal y resulta muy positivo que se empeñen los esfuerzos de los Ayuntamientos coahuilenses en esa tarea; mas por desgracia es necesaria la concurrencia de todos los municipios de la República en un esfuerzo catalizador, pues en la mayoría de las municipalidades la CFE, Telmex, Ferronales, SEP, Pemex y un sinnúmero de empresas estatales y paraestatales del Gobierno Federal omiten cumplir sus obligaciones fiscales municipales. El mal es de muchos, la lucha debe ser de todos.

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